
Esa es una de las grandes verdades del año, por no decir del siglo. Ni me gusta la moda ni me ha gustado nunca ni, dudo, que me vaya a gustar en esta vida. A la gente que le gusta la moda le gusta comprarse zapatos y bolsos, camisas y faldas, vestidos y pañuelos, sombreros y colgantes o accesorios de cualquier tipo. A la gente a la que le gusta la moda ésta temporada, la próxima para matizar más, debería comprarse algo que mezcle los toques extremadamente rock de los ochenta con lo conceptual del purismo de líneas de la moda actual. Aunque, ahora que lo pienso, no creo que Inditex tenga eso, exactamente, en su oferta a pesar de la maravilla de colecciones que hace. Sin ironía. Es una verdad como un templo. Dios me libre. O, yo misma.

No me gusta la moda y, aunque entiendo que a muchos lectores o consumidores de “prensa especializada” en moda o, en diseño o, en tendencia -o, en eso que las revistas dicen que hay que comprar- puedan decir que les “gusta” la moda. Teniendo en cuenta que vestir es una necesidad y que, no todo el mundo ve películas de culto, lee editoriales de revistas o conoce a Kate Moss más allá de ser esa-escuálida-modelo(
¿no?) y que, sobre todo es un negocio nacen sitios como los blogs en los que Don Nadies -o no porque, ¿quién sabe quién se esconde tras el pseudónimo?- pueden decir abiertamente que les gusta la moda y no ser considerados superficiales o estúpidos pedantes incultos.

A la gente le gusta la moda o no le gusta. ¡Como si fuera tan fácil! Es como esa idea que tiene la gente de que “los diseñadores visten mal” o que, “yo tengo un estilo muy ecléctico”. No, el eclectismo no tiene nada, nada, que ver con “eso” tuyo, que conste. Igual que no tiene nada que ver Ghesquiére con Balenciaga o Karl Lagerfeld con Chanel más que un contrato que les une con sus respectivas firmas. Además, la moda no es un tema “de relleno”. Y no, Madrid no es una pasarela internacional y, tampoco hay buenos diseñadores aquí. O, mejor. Les hay pero, no dónde la gente cree.

La moda española no va mal. Va inmejorablemente. Inditex y Pronovias son dos firmas de culto, que han cambiado el mundo y que lo van a seguir cambiando y, con nombre español. Y Balenciaga es el más grande de todos los modistos y, una leyenda. Y es español. Y Paco Rabanne es otro grande y, nadie le reconoce el mérito. Y, por cierto, Josep Font es un diseñador, pero todos los diseñadores tienen en sus prioridades vender y, si no tienes medios para presentar una colección de Costura, no lo hagas. Que para eso eres una empresa privada. Sin quejas. Sin llantos. Y, hay modelos españolas magníficas como Marina Pérez, como Sheila Márquez y como Eugenia Silva. Por nombrar unos nombres donde caben Esther Cañadas, Inés Sastre, Nieves Álvarez y Laura Ponte. Y, Helena Barquilla. Y, Cristina Ortiz y Manolo, ese hombre que hace que un zapato obtengas un pedestal en Manhattan, también. Y, además, moda contra la crisis: el señor Amancio Ortega abre
Uterqüe. ¿Será para completar “tú único vestido para la crisis-por la guerra” o para darle un nuevo enfoque al armario nuevo de cada temporada?

Y, eso son grandes verdades. Dicen que todas las mujeres tienen una ligera obsesión por los zapatos o por los bolsos. También que cuando hay crisis se pinta uno los labios de rojo y que, si hay bonanza, adelgaza y se pone minifaldas. Y, dicen que para existir hay que consumir. ¿Es consumir un hábito, un estilo de vida o un gusto? No, es otra cosa. Que alguien conozca de la existencia de Chanel, Prada y Carolina Herrera o, Alexander McQueen, Etro y Oscar De La Renta ¿es sinónimo de que le gusta la moda? No. Yo sé quien es Marx y no me uno al comunismo. Y, también quién era Larra y, no por eso voy a acabar suicidándome para cumplir un cliché.

Será que la imagen es lo primero que se ve y que “hay que ser un idiota para no fiarse de las primeras impresiones” pero es que, la moda y La Moda son dos conceptos muy diferentes. A mí no me gusta la moda, me gusta comprar. Y, luego siento otra sensación con La Moda. Es una mezcla de repulsión y atracción, como un gigante que me devora. Y, no soy -demasiado- superficial ni tengo la cabeza hueca.

Sinceramente, cuando algo se democratiza hasta el punto de que por un precio más que razonable se puede conseguir algo que parece sacado de una pasarela con altas dosis de diseño y creatividad sazonado con algo de clase y, un poco de tendencia ¿se puede decir que hay Moda? No. Tampoco hay educación por mucho que sea pública y obligatoria. Y, las rubias no se divierten más. Inditex y su política es un fenómeno de masas y ha conseguido que, se sea consciente o no de que lo que se lleva proviene de Nueva York, París, Milán, ¿Londres!; la moda venda. Y, eso es bueno y malo.

No soy quién para decir qué tiene que hacer nadie con su dinero. Ni creo qué tenga que hacerlo. Pero, la educación nunca sobra y, siempre falta. Igual que el respeto. El “me gusta la moda” se está extendiendo como la pólvora así como la cantidad de estilistas-modelos-diseñadores que surcan cualquier calle, ciudad o país. Cada vez creo más en “el de dónde vengo y adónde voy”. Quizás me haga socióloga que, es lo que la gente dice cuando estudia sociología, aunque, cada vez que me informo, la parte en la que hablan de preocuparse por el problema humano y por razones sociales me desmotiva. Añado un matiz, saber coser y que te guste ojear Vogue y, haberte confeccionado una falda una vez no es sinónimo de ser diseñador del mismo modo que garabatear en un folio no te convierte en pintor y, a mí estás líneas no me convierten en literata o, al que piensa una tarde no le convierte en filósofo. Que hay mucha incultura.

A mí no me gusta la moda. Y, a muchos de ustedes, les gusta comprar. No se ofendan,
es genial. Nunca entendí porqué se critica el consumismo si las tiendas están llenas siempre. Y, todos consumimos. El mayor secreto -a voces- del mundo de la moda es que las tendencias cambian para obligarnos a comprar. Hoy volumen y, mañana recto. Hoy dorado y, mañana negro. Hoy años cuarenta y, mañana ochenta. No es delirio creativo, es negocio. No es personal, es negocio. Por eso los pintores coincidían en ideal de belleza, para que les compraran el cuadro y, por eso, una temporada es toda azul cuando, la otra fue roja.

Sin tregua. Compren, compren, compren. Un mantra. Una oración o una forma de vida. Quién sabe y a quién le importa. Este blog está dedicado a otra cosa, no es moda. Es Moda. Una carta de amor a esa pasión. A mí me gustan pocas cosas. Ya saben, detesto el saludable punto medio. O blanco o negro. O vida o muerte. O vergüenza u orgullo. O aplauso o decepción. O risa o llanto. Mejor morir de pie que vivir de rodillas. Que no les guste la moda, que les apasione. Sin remordimientos. Un engranaje más del mundo, una verdad clamorosa. Belleza, Arte, Carácter y Esencia. Moda. Mayúsculas. Pasión. Libertad sin caer de rodillas.