domingo, enero 27, 2008

El Taller De La Costura, La Fábrica Del Pret A Porter


Cuenta la leyenda y narra la historia que el primero en crear la idea de la moda como etiqueta y en crear el primer desfile fue Worth, un inglés con ansias de snobismo y con ganas de pertenecer a la Alta Sociedad. Worth pasó a la historia como tirano, diseñó el mítico diseño de Sisí Emperatriz brillante en aquella noche de luna o, la capa brocada de Josefina Bonaparte en la Coronación de Napoleón como Emperador de Francia, Worth no sugería, Worth dictaba y el resto, acataba. Con el tiempo, la Costura y la marca como la propiedad más importante de la moda se extendieron por el resto de maisons que, vieron el negocio de la moda como algo más que un simple arte por el arte. Ahora, venían otros deseos, el deseo de la masa por llegar a las tendencias, lo cierto es que primero eran las galerías y luego los grandes almacenes los que, ofrecían al gran público las últimas tendencias de los exclusivos salones de Costura. La Gran Guerra y, luego la II Guerra Mundial junto con la Gran Depresión hicieron que el modo de entender la moda cambiara radicalmente, el racionamiento junto con una nueva clase que deseaba y, podía, consumir modas rápidamente con aire casi frívolo reclamaba otro tipo de prendas, menos artísticas, menos exclusivas y, obviamente, más económicas para la clase trabajadora. Muchos cedieron, comenzó el negocio del pret a porter, filtro a los grandes almacenes de tendencias que copiar y, aún un aire exclusivo y respetable para las matronas de los desfiles en primera fila.


La Alta Costura tiene muchos rostros pero pocos que valgan la pena. Worth, genio y maestro, el hombre que sentó precedentes en la moda, gobernó al mundo de la moda y sacrificó todo en honor a sus pretensiones. Un triunfador. Llegó Poiret, curiosamente discípulo de Worth que, tanto innovó, que se arruinó. Poiret cambió las crinolinas por el polisón y, las matriarcas por la juventud, el show room, por el exterior y el arribismo por la frivolidad. Poiret contrató artistas, celebrities y socialities para sus fiestas regadas en champagne con aires orientales, las Noches, el diseñador, contrató además tres barcazas cargadas de prendas, perfumes y exquisiteces en la mayor exposición del momento y, a medida que flotaban, su negocio se hundía.


Actualmente, la Costura está dominada desde el cielo, desgraciadamente, por tres maestros. Balenciaga, Dior y Chanel. Balenciaga, el maestro de todos nosotros, el jefe de la orquesta, el único modisto que ha dado la moda. Dior, el genio de la provocación, el hombre de los negocios, el maestro del New Look. Chanel, nombre propio del siglo, miserable del lujo, diosa de la moda. Y, ahora, bajo el genio de tantos creadores, Yves Saint Laurent, Valentino, Versace. Saint Laurent, el hombre de la elegancia; Valentino, Sagrado Dios Italiano De La Femineidad; Versace, el arribismo lujoso. La nueva generación de diseñadores incluye a Karl Lagerfeld, el hombre de los extremos; a Galliano, obseso e irracional o, Armani, el nuevo chic. Pero, el problema de la Costura es que aquellas damas que compraban vestidos por docenas, aquella alta sociedad ahora lejana, ha desaparecido. Y es que, ahora las condesas, duquesas y princesas visten de pret a porter.


El pret a porter nace cuando la clase media quiere llegar a las tendencias con un hambre voraz que todo lo destruye. Por un lado, diría sabiamente Balenciaga: “Nunca me prostituiré” y por el otro, el pret a porter es lo mejor que le ha pasado a la moda. Una forma de rentabilizar el arte y de cubrir gastos. Y es que ahora la Costura se mantiene con los perfumes y, como diría Dior: “Al menos sus labios vestirán de Dior”. Y llevaban razón. El pret a porter era otro tipo de prendas, prendas hechas ya confeccionadas y con una pátina menos exclusiva cuya confección no estaba realizada íntegramente a mano sino que estaba confeccionada en serie y a máquina.


Ahora, el negocio de la moda que, no el arte; es mucho más que eso. El pret a porter ya no es una pequeña parte de la iniciativa que da beneficios es, la gran parte de la moda, terreno de revistas y ropas de Alfombra Roja. Ahora llegan las líneas crucero, el Atelier reconvertido para actos especiales de Alfombra Roja, léase Oscar y Globos de Oro, y las líneas secundarias. La carcajada de la moda, la bofetada al modisto. El Atelier es un taller que reúne las características de la Alta Costura pero que no está reconocido por el Sindicato de Costura de París y que no presenta colección en la Semana Grande De La Moda pero que, ofrece modelos únicos, elaborados a mano, con patronaje exclusivo y confeccionados con telas de primera calidad para compradoras selectas. El caso más conocido es el de Versace, cuando retiraron el mármol de las boutiques de la medusa, Donatella dejó las líneas de Alta Costura. Ahora con el nuevo apogeo de un Versace moderado para starlettes de Alfombra de color carmesí que se creen Audrey Hepburn y se aprovechan de escote confían su aspecto de sirenas a la maison del mal gusto y se prodigan por las páginas de Vogue.


Las líneas crucero tienen dobles propósitos, por un lado, la creación de otra temporada perfectamente comercial con precios exorbitantes que combina los adelantos de la próxima estación con los must have de la presente. Antes, su objetivo era dar a aquellas damas de crucero un armario con las prendas más elegantes para los barcos de categoría, conjuntos con detalles marineros, vestidos de noche para el restaurante, caftanes para cubierta, trajes de baño para las piscinas del crucero. Ahora, son otra forma de comercialidad que además pretende ofrecer un adelanto de lo que va a ser la próxima temporada e, inevitablemente, descubrir lo que opina la crítica para corregir, exaltar, continuar, modificar la colección principal. Y, ése es el aquel del crucero y, la explicación al porqué las colecciones de Costura, pret a porter y Resort se parecen tanto entre sí que podrán conformar el guardarropa informal, profesional, fiesta de una mujer.

21 comentarios:

BoatoLuxo dijo...

Concuerdo plenamente con la dictadura de la moda.

Es cosa de ver los horrorosos trajes de Karl, que siguen sacando portadas.

saludos.

Holly Golightly dijo...

Boatoluxo. El nazismo de Lagerfeld. Besos

Anónimo dijo...

Totalmente en desacuerdo con Boatluxo, ya quisiera el ser la mitad de Karl...

Lucio dijo...

Lo de Karly es de verguenza ajena,la colecc de costura de chanel es de sonrojar al mas frio.

Georgi dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Georgi dijo...

Holly estas combativa. Pero tenes razon. La moda de antes parecia ser lo mas cercano al arte, con reglas claras y un aura a su alrededor que le daba ese misterio tan apasionante. Y, si bien, todos nos hemos beneficiado un poco del pret a porter, a veces se extraña esa magia de la moda que se lee en los libros.
Quisiera, en algun momento, hojear la Vogue y no tener que necesariamente relacionar a algun diseñador con "starlettes de alfombra color carmesi".-
me gusta tu intencion =)

PD: si que te pareces a la Holly de Truman!

Holly Golightly dijo...

Anónimo. Si no lo quiere él, lo soy yo. :b Un beso

Lucio. Es cierto, Karl necesita aires nuevos. Un beso

Gi. Un placer. Todo es ponerse. Un beso

Anónimo dijo...

A mi es que una casa como Chanel no me dice nada en términos de "¿que habrá hecho Karla para esta temporada?" . Es tan grande el mito que da igual lo que hagan , las ventas suben como la espuma, ya sea presentando un bolso hortera de charol atado al tobillo o un 2.55 de poliuretano fucsia... hace tiempo que no espero nada del pret a porter de Chanel porque se ha convertido en una sucesión de estilismos repetidos aderezados con alguna nueva inspiración de temporada. Y no es una crítica.

Saludos Holly.

Anónimo dijo...

Me encanta tu blog.

Holly Golightly dijo...

Anónimo I. Karl está desfasado. Chanel es un mito pero no por Karl, sino por Chanel. Chanel sin Chanel no vale nada, y es por eso por lo que antes los modistos no sobrevivían a sus casas. Un beso

Anónimo II. Gracias

Patri Jorge dijo...

sabias palabras niña! Espero que estés bien, que tú pie vaya ya genial y que sigas asi de escritora. Es un gusto leerte.

Holly Golightly dijo...

Patri. Ya puedo llevar zapatitos... Un beso

P.D. (El tacón no, ni mucho menos pero es genial andar.)

Anónimo dijo...

Hija, creo que haces un esfuerzo porque se te entienda lo que escribes, pero de verdad que sin comas ni puntos, y con esa afición por los adjetivos a destiempo, no hay manera. ¿Has probado con los cuadernos de Rubio?. Un saludo. Blanca Elena.

Holly Golightly dijo...

Blanca Elena. Mi escritura es diferente. Lo sé. No creo en los signos de puntuación de la manera tradicional, encorsetan demasiado el texto y le dan rigidez. El texto es como el arte, algo subjetivo.

Los adjetivos a destiempo son melodiosos. El ritmo libre es sólo apto para artistas, no para escritores. Siento si es díficil de entender pero es una forma de expresar sentimientos y no vanos textos.

Un beso

Laia dijo...

Excelente reflexión Holly, sí, es así, pero supongo que la moda como industria no hace más que seguir el ritmo evolutivo (o involutivo, según se mire) de todo lo demás, ahora los límites son difusos, no existen los tempos, la vida en general es una especie de atropello, ya no se trata se satisfacer y saborear sino de vender más y más a cualquier precio. Ah, y se te entiende más que perfectamente. Beso!

Miss at la Playa dijo...

chapeau

no tenía nada que añadir pero llevaba mucho tiempo sin comentarte (aunque leí los posts de alta costura! :)

Lara dijo...

Qué genial eres!!!Pa que meterme en el máster de periodismo de moda,si estoy aprendiendo un montón contigo!jeje.Yo tamb pongo a esos tres grandes,como ellos no habrá nadie.Seguro.

BESOSS

Holly Golightly dijo...

Aka Scrunchie Girl. Lo cierto es que nunca había tenido problemas de redacción pero, para gustos los colores.

Miss At La Playa. El fenómeno Gala. Por cierto, ¿Te perdiste la Costura? No hay un post de ella en tu blog y, eso querida mía, es arte. Un beso

Lara. Muchas gracias. Un beso

Anónimo dijo...

Pues yo te leo de corrido y me gusta mucho. Transmites pasión.

Holly Golightly dijo...

El Chic Campeador. Me ha gustado tu frase. Gracias.

Anónimo dijo...

Sólo puntualizar que Worth introdujo el polisón, decía "Yo soy el hombre que derrocó la crinolina", no Poiret. Éste último eliminó el corset.