lunes, agosto 13, 2007

La Carga Del Histórico


Las Maisons de moda son como un libro en blanco. Las primeras páginas están plagadas de bocetos, de ideas, inscripciones, tejidos, pantones, aspiraciones; de las últimas sólo se espera que no aparezcan. Pero el problema del histórico es el legado. Hasta que punto debe respetarse, continuarse, idolatrarse, ésa es la cuestión y uno de los grandes intangibles. Pongamos por ejemplo la generación de los diseñadores que han tomado las riendas de la moda, son una generación que mezclan el histórico y los its del presente, pero es que está todo inventado…


Sólo me centraré en Lagerfeld como punto de partida, lo prometo. Cuando él llegó a Chanel obviando los doce años que la casa había quedado “olvidada y sola” en 1983 decidió que rendiría culto a los incondicionales de Coco. Para Karl el histórico era más importante que la maison y es que a fin de cuentas, a Karl siempre le importó más la comercialidad que la creatividad. Decidió que los etéreos chics de Chanel y que el “siempre restar y nunca añadir” era algo vano y absurdo. Decidió tiránicamente que él era el elegido y que el histórico de Madame Chanel sería su aspiración, su repetición y su consagración. Lagerfeld no es referencia sin Chanel, es como un pintor sin su paleta. Al principió tenía algunos destellos llamativos, exageró las proporciones de las perlas, decidió comercializar y hacer reconocible, más aún, el 2/55 o convertir a las celebrities, que Coco había rechazado vestir tachándolas de mujerzuelas en vez de damas, en sus amadas y vender su corazón al diablo.


Por otro lado, la percepción que Alber Elbaz tiene del histórico y de lo que le contrataron para hacer me parece muy curiosa. Él dijo que “Lanvin era una marca con tanto histórico que no entendía porque contratar a un creativo en lugar de aprovecharlo”. Yo tengo la respuesta, ¿Por qué vivir del pasado si puedes crear en el presente? En realidad el trabajo de un diseñador en una marca ajena es continuar con el espíritu con pequeños homenajes, pequeños rendez vous ante el santo sacro creador pero a la vez mezclar, arriesgar, apostar a la tendencia más radical. Cuando él llegó a Lanvin llegó entre comedidas comercialidades y luchas por seguir a flote y ahora, la firma hace que las mujeres se sientan bien aunando sus volúmenes y el parisino encanto.


En el otro extremo está Ghesquiére que es como un niño en una pastelería con los anaqueles llenos de dulces y sin sus padres. Llegó, vio y venció. Primero jugó con el histórico, decidió adueñarse de los volúmenes, convencer a las fashionistas que no probar el chocolate es sano para luego embutirse en prendas melón que rellenan las caderas inexistentes; dijo que él jugaba a los robots en un ataque al buen gusto con mujeres, o eso dijo, metálicas que podían conseguir el preciado look por apenas 300.000 dólares, ahora dice que las nouvelles riches arribistas deben ceder ante su invierno comercial-incomercial y con un toque grotesco. Él ha decidido convertir a Balenciaga en un escaparate, al histórico en las primeras páginas de un libro tremendamente hinchado, en su lanzadera y también en algo diferente, reconocible. Se ha propuesto aparecer en Vogue, y en cada editorial que se precie. Encontrar una musa, ser perseguido, alabado y convertido en patrón reverencial. Pero, aunque su trabajo me gusta, debo decir que no es un buen director creativo. Balenciaga, el genio de las proporciones, no tiene nada que ver con lo grotesco. Cristóbal Balenciaga era elegante y, Nicholás, desconoce ese término en pos de lo moderno.


Si hay que hablar de los sucesores de las firmas hay que hablar de Donatella Versace también conocida como una caricatura del Gianni de los inicios y una melena rubia más propia del Miami del asesinato de Versace que del lujo italiano que quiere vender en Versace. Resucitando Versace quiere ser su epitafio, cuando más bien es: tratando de que no muera nunca más. Donatella es muy especial, primero no se ha resignado a no creer que “el talento no está en la sangre” y al mismo tiempo quiere ser una celebritie de primer orden. Ha convertido a Versace en una firma lineal y esquemática alejada de los gustos de Gianni. Versace jamás creyó en el buen gusto, al menos en su firma, y sabía que su clientela estaba formada por queridas no por amadas. Donatella sencillamente se escandaliza, y quiere ocupar puestos de honor en las Alfombras Rojas con los mejor vestidos como bandera y con el legado de un séquito de celebrities a sus pies. Aún la queda mucho que aprender y necesita contratar a un grupo más numeroso de creativos que diseñen en pos de los que adulan al legado de la que quiso ser Barbie y se quedó en objeto grotesco de la moda y caricatura fácil de proporciones épicas.


Galliano llegó a Dior tras etapas de genialidad. Primero YSL, pura belleza, luego Gianfranco Ferré, arquitectura sublime. Llegó y se proclamó enfant terrible tras una nimia experiencia en Givenchy siendo un salvaje romántico en Dior con destellos perpetuos de genialidad. Excesivo, caricaturesco como la moda del propio Christian Dior, excentricidad Gallianesca de un devoto de Francia. Quizás no fuera el sucesor ideal, demasiado onírico, demasiado extravagante, demasiado obtuso, demasiado show para una casa demasiado respetable pero, desde que Galliano llegó a Dior entró por la puerta grande. Su primer encargo fue un diseño para Lady Diana, diseñó francesas vestidas de prostitutas o prostitutas vestidas de francesas, dijo que los clochard eran tendencia, vistió a las mujeres de verde militar muy restricción de los 40s, de geishas japonesas… Él se vistió de torero, de divo disco, de punkie, de mendigo, de dandy rock, de pirata, de Napoleón, de juerguista, de español y de francés… No es el idóneo, desde luego, pero por eso es tan genial.


No son los indicados. Hacen lo que quieren. Se han vendido y seguro que si los Grandes de la moda les vieran se revolverían y renegarían de ellos. Pero hay que tener en cuenta que una marca que no es propia tiene otro bagaje, tiene otro empaque y diferentes matices. Una maison es como un lienzo en blanco, algo que impresionar y llenar de magia exótica. Pero quizás no sean perfectos, pero se salvan por eso, por no serlo. Si le dijeran a Chanel que de visionaria y rompedora se quedaría en arribista y clásica, a Gianni que su oda al mal gusto y a los burdeles evolucionarían en equiparar a Versace a las más elegantes, a Lanvin que querrían saquear su histórico, a Cristóbal que su firma sería el escaparate de lo antagónico a la tendencia o a Christian Dior que lo caricaturesco sería caricaturesco pero de otra forma seguro que no estarían conformes. ¿O sí? Ése es la gran pregunta. ¿Crear para honrar o impresionar?

Conclusión: Me quedo con Galliano. Arriesgado y orgulloso pero genial.

13 comentarios:

DIABLE dijo...

yo creo que los más enojados serían cristóbal y coco. pero después cristóbal entendería y se divertiría viendo en nicolas al mismo niño que alguna vez el fue, jugando en esa gran dulcería de la que hablas.

coco estaría indignada, eso si puedo decirlo.

pero es un tema muy extenso que tal vez ameritaría una charla de cafe,,, pero vivís muy lejos.

jeje

te dejo abrazo holly

fausto

Holly Golightly dijo...

Diable. Llevas mucha razón. Balenciga es, algo que raramente ocurría, un permitido. Su familia le alababa, todos le querían y siempre le facilitaron por su estilo elegante y novedoso. Aunque me queda la duda de si le divertiría. En otra marca sí, en la suya... Ese es otro tema.

Coco estaría enojadísima sin duda. Ha cambaido el curso de su maison y no queda ni rastro del espíritu Gabrielle Chanel a pesar de que lo único que hace es reinterpretar sus items.

Como siempre, besos

EDUARDO dijo...

Nicolas por un momento dijo aqui esta mi elegancia y te ragalo mis volumenes AMEN, y lo adoro, coco en su tumba muere lentamente, ironico pero asi es, auneue creo q karl morira mas lentamente cuando desde el cielo vea que en muerte lo estan criticando y mucho!

Serendipity dijo...

No dudo que a Coco le daria tremendo chucaque de ver lo que hace Karl...Lanvin me parece bien...a Balenciaga, te puedo decir que esta haciendo lo que tiene que hacer para ser noticed, veremos como avanza con sus colecciones porque so far, esta logrando su cometido...me encanto eso que Versace viste a las querdias y no a las amadas, lo postearé, puedo?...y Galliano, me parece el que ha hecho el mejor trabajo con una marca, ha logrado ambos: Honrar e impresionar. Olé!

Besos,

Lara dijo...

Como no te vas a kedar con Galliano???Yo me kedo con Nicolas...tienes razón si Balenciaga lo viera se revolvería,xo creo que refleja muy bien las constantes que sigue la sociedad. Sin embargo Donatella no lo ha sabido llevar como lo hacía Gianni y es algo que pesaré en ella y que ya le está pasando factura! Y por último el Kaiser me parece que ha sabido sacar perfectamente a Chanel de la época en la que nadie supo nada ellos...Nada más, jeje!Un buenn post!

BESOSSS

Holly Golightly dijo...

Eduardo: Ghesquiére en un genio. Pero debería saber que el es el director creativo de Balenciaga no de su firma, y esa firam tiene un histórico,, unos patrones, unos cánones que no debe modificar radicalmente. Karl ya sabe que lo critican pero con su personalida ególatra y narcisista le da igual. Besos

Serendipity: claro que puedes postearlo. En mi opinión honrar es magnífico si eres el creativo y no el creador e inventar e impresionar es lo que te piden para ser el creativo. Es una labor cruzada. Besos

Holly Golightly dijo...

Lara. Gracias como siempre por tu amabilidad. La verdad es que yo escojo a Galliano como anónima no como trabajadora. Prefiero su trabajo porque es un mix entre tendencia y honor. Nunca ha perdido el refernete CD y sin embargo es fiel a su Francia de las aspiraciones.

Donatella es una tirana. Quiere y no puede es su filosofía. Versace pisó la Alfombra Roja en escuetos vestidos hecho realidad en Liz Hurley, ahora Donatella y Liz han decidido reformarse, más elegantes, más tapadas, más femeninas y tirar menos de pierna y escote.... ¿Funciona la fórmula? No.

Besos

Scummy man dijo...

Querida Holly,

Comparto con Diable. Creo que si Cristóbal se despertara, entendería y se divertiría con Ghesquiére.

Lo de Chanel...sin palabras.

Donatella...grotesco.

Saludos!

T38 dijo...

Mencionáis a la cúpula.
Qué pensáis de los "clásicos modernos"? Por ejemplo, qué futuro auguráis a Chloé sin las directrices de Phoebe Philo (vistas las últimas colecciones) ??

Siempre interesante leerte.
Besos

Holly Golightly dijo...

Scummy man. Touché. Se divertiría pero no lo querría en su propia firma. Chanel se revuelve en su tumba mientras Karl se sonríe y Donatella hace estragos permitidos por la anoréxica pobre niña rica Allegra. Besos

T38. Este post tiene segunda parte. No te preocupes. Lanvin, Chloé, la salida de Ferragamo, Gucci... Tranquila, ya aparecerá.Besazos

Mr. John Steed dijo...

Mencantó el informe. Quiero hacer dos comentarios al respecto:

1. De todos los que nombras, definitivamente me quedo con Alber Elbaz.

2. Quiero reivindicar la figura de Donatella Versace. Más allá de todo lo que se la puede criticar, y de alejarse tanto del espíritu de Gianni, no quiso ser una copia y le imprimió su propia estampa a la casa, generando resultados muchas veces desastrosos y otras no tanto.
No me gusta 100% lo que hace, aunque creo que ha podido despegarse completa y dignamente de una imagen tan fuerte y complicada, como fue la que había desarrollado su hermano.


Slds.

Holly Golightly dijo...

Queridísimo John.

Alber Elbaz está haciendo un trabajo maravilloso en Lanvin, conjugando sus mujeres resumidas con el alluere de la firma.

Donatella se ha convertido en una caraicatua de sí misma con semenjante melena rubia, labios y pómulos que gritan más muñeca de Mattel defectuosa que refinada italiana. En cierta forma es cierto que se ha despegado de su hermano y eso es loable pero, me sigue sin gustar el trabajo de Versace. Quizás su francesa entendida por los italianos sea lo mejor que haya hecho.

Besos...

Anónimo dijo...

Holly, lo primero enhorabuena por tu blog.

Lo segundo es que si te digo la verdad, no me identifico con ningun diseñador actual.

Puede que me guste alguna colección de este, otra de aquel aunque es cierto que la eterna elegancia de Valentino me apasiona.

Por cierto el Valentino que eligió Caludia para el anivesario no me gustó en absoluto.

Saludos.