lunes, octubre 11, 2010

Dios, Patria, Coca Cola Y Piel


UMNO vuelve en octubre. Nuevo número. Esta vez hablo sobre la piel. Porque desde que Karl Lagerfeld plantó su Iceberg en el Grand Palais y dijo que se trataba de piel sintética, aunque el iceberg fuera auténtico, todo el mundo comenzó a hablar sobre el tema. ¿Chanel y piel falsa? A Coco Chanel le gustaba la piel vuelta, decía que el lujo tenía que ir en el interior y no en el exterior y hasta los 50s, el lujo exterior fue, precisamente lo que primó. Se trataba de estatus tener una esposa, un par de retoños, una casa con jardín y, al ir ascendiendo, un visón y un coche deportivo más o menos caro.

Luego, en los 60s, llegaron los hippies, el LSD, los años de la margarita, Woodstock, Mary Quant, Tiwiggy y la gamba, Jane Birkin con un bolso de paja y los Beatles y a todo el mundo le parecía mal aquello de la piel. En cambio, los sombreros de paja blandos, los ponchos de lana y las faldas largas con el pelo al libre albedrío triunfaron. Estaba claro que aquello no iba a durar mucho y, de hecho, en los 80s a todo el mundo le dio la neura con el lujo.

Uno no sabe si era porque Claudia, Linda, Cindy y Naomi eran tan diosas que necesitaban un manto tan bello como su propia piel o porqué estúpida o importante razón pero a Lagerfeld le dio por teñir la piel de colores en Fendi, mientras Montana y Alaia convertían los visones en armaduras de Mad Max y la tecnofilia. PETA empezó a dar bastante la brasa y las bellas entre las bellas dijeron aquello de ¿matar a una foca para vestir a una zorra? y que preferían ir desnudas que sin pieles lo que, para ser francos, no las impidió posar con pieles hasta en la sopa en editoriales, campañas y desfiles. Crhisty Turlington fue una de las que lo hizo, también se pasó a la vida sana, al yoga y a no fumar cuando su padre murió de cáncer de pulmón pero, antes, había dejado para la posteridad piel: mucha piel.

En Prada, en su colección de verano, han sacado piel teñida de colores y nadie se ha sorprendido. Lo cierto es que hace ya bastantes veranos que vivimos con el mercurio cambiado y no nos sorprende ver ni piel ni pelo en verano ni sandalias en invierno con trajes escotados. El lujo, no obstante, sigue vinculado a las joyas y a las pieles.

Desde la Edad Media, los nobles vestían ropas finas de seda y piel, tejidos nobles, que los distinguían como nobles mientras que la gente vulgar -el pueblo- sólo podía llevar lana común. Las ropas hacía ya una diferencia social. En la Edad Moderna, y el fin de la sociedad estamental, el rey Luis XIV, lucía imponente con su manto de armiño, que estaba realmente reservado a él. Lo más noble para los nobles. Antes de la revolución francesa ya había grandes almacenes, eminentemente en Francia, donde podían ir las clases medias-populares a comprar, allí se comercializarían los gorros frigios por ejemplo, pero este inicio del pret a porter no igualó nada ni a nadie porque lo que diferenciaba a las prendas, realmente, eran los tejidos.

La moda se conforma por el tejido. Balenciaga lo sabía. Givenchy lo intuyó y Fortuny fue el más celoso guardián del secreto. Chanel lo puso en práctica. McQueen, si no se hubiera suicidado, habría continuado investigando. Y Alaia o Hervé Leger hicieron su versión 2.0 de tal afirmación. Y la sociedad de clases también.

O bueno, ahora que en Chanel hay piel falsa, quizás no.
Quizás somos comunistas.
Bueno, o hemos mimetizado el vive y deja vivir.
Y un poco más de esto en UMNO.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Precioso tu articulo

Trapiello dijo...

Yo quiero armiño!!!para ser como una reina...

Holly Golightly dijo...

Anónimo. Gracias.

Trapiello. Está bien eso. Un beso

Señor Don dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Señor Don dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Señor Don dijo...

Estupendo post, las pieles son fantasticas! por lo menos a mi me hipnotizan! de pequeño eran los visones, los zorros, hasta la piel de los Lapin!(sigh) ademas de prendas de abrigo, haber vivido en una casa donde la caza, y los caballos son un modo de vida, al menos para mi hermano, me han hehco estar más cerca de ellas,supongo el lado primigenio que esta en cada uno de nosotros, pues ser siempre un niño educado es un rollo! nunca pudieron quitarme la manía de tocar y tocar las pieles!

Holly Golightly dijo...

Señor Don. A mí hay pieles que no me gustan. Por ejemplo: de mono. Me da terror. :) Un beso

Anónimo dijo...

greeeeeeeeeeeeeeeeeat

Holly Golightly dijo...

Anónimo. Thanks