Maisons Del Olvido

El auge en la moda es efímero y, más aún en los tiempos que corren cuando las marcas son importantes por sus cifras, no por sus prendas. Ahora una maison de moda pende de un fino hilo que sujeta un grupo empresarial con, los riesgos que eso conlleva. Los continuadores de la extirpe de la marca, el actual director creativo es, pieza efímera de un puzzle en el que sólo cuenta lo que la caja registradora marca. A pesar de que muchas marcas han caído en el olvido, algunas consiguieron volver y situarse bajo una ola de modernidad, léase Gucci con Tom Ford, volver a las pasarelas internacionales y crear tendencia en la Alfombra Roja, Balmain es la muestra, o, incluso despertar del letargo como Balenciaga. Otras en cambio, han caído en desgracia y no despiertan de su sueño perpetúo, persiguen sueños inalcanzables sin llegar a sacar rendimientos, han renacido cual Ave Fénix o, son, solamente, consideradas como el distintivo de una época y una de esas rarezas vintage.

Actualmente, una época especialmente inestable para cualquier firma y, más para las que han dejado su labor creativa en manos de un segundo de abordo, los sucesores caen cual piezas de ajedrez con una media de vida de dos colecciones. Pero, ése no es el problema, ahora un momento en el que la moda viste de gris por los hombres de negocios y, en el que las tendencia están opacadas por facturas, el dilema de quién será el siguiente en caer o renacer es un hecho. Y, lo peor de todo, es que puede ser que seas incluido en la Lista Negra y que, perezcas con tu casa de moda dejando como último retazo un sistema de licencias, una esencia con tu nombre o, sencillamente un pasajero recuerdo que, resucita con una exposición en el Metropolitan.

Ahora el espectáculo del último Couturier, Valentino, se ha acabado. Ha dejado en herencia un séquito de celebrities, un color y un estilo. En herencia, ha dejado su firma a un grupo empresarial y, como creativa a Fachinetti, una mujer cuyo máximo reto es durar en la casa algo más del año que duró en Gucci tras la salida de Tom Ford. El Imperio Valentino y su leyenda, se acaba seguramente con él. Ahora que su imperio ha caído en las redes comerciales, es muy probable que la Alta Costura se convierta en un destello del pasado y que, la elegancia femenina y sutil que hizo historia se torne en prendas democráticas, en diseños que explotan el histórico, en una maraña de cuentas y cifras.

Versace parecía ser la maison llamada a las cenizas tras el asesinato de Gianni Versace a las puertas de su mansión en Miami. Donatella decidió continuar explotando el filón de la mujer Versace, ese estilo “querida” del que Gianni siempre había hecho gala y continuar con “Sus mujeres de Burdel”. Pero, bajo el timón de Donatella, la casa se sumió en una espiral de deudas, las boutiques Versace subastaron el mármol y apostaron por el minimalismo, la firma comenzó a sentir una irrefrenable pasión por los accesorios y, por una corte de celebrities pendientes de sus favores. Curiosamente, y rodeada de un equipo de creativos, Donatella ha conseguido revivir su firma y, hacerla salir de las cenizas, dejando tras sí un reguero de Alfombra Roja, campañas con celebrities, accesorios con el logo Versace y, un espíritu grotesco y femenino. Donatella ha decidido renegar del “Las señoras visten de Armani, las queridas de Versace” que pronunciara Gianni y, convertir a la marca en la quintaesencia del lujo y del glamour de Hollywood. Para mí, Versace acabó con Gianni y, con su leyenda.

La ajada Rochas, cuya línea de pret a porter cerró hace un año y, deja sólo una estela de perfumes que, es la única parte lucrativa. El caso de Rochas es curioso, quizás otra casa propiedad de un grupo empresarial y con unos lujosos dividendos en perfumería podría permitirse perder dinero y ganar prestigio con HC y pret a porter pero, en este caso no. De hecho la marca, tenía como director creativo a Olivier Theyskens que se convirtió de la noche a la mañana en el niño mimado por las ediciones de Vogue y, en un aliado de las celebrities. La decisión de cerrar Rochas sorprendió y mucho pero, fue el futuro de la firma y el del diseñador lo que más desconcertó.

Quizás el caso más curioso sea el de Balenciaga, Cristóbal Balenciaga, el más grande de todos los españoles, consiguió encandilar a la moda con sus diseños arquitectónicos, perfectos y, en definitiva, sublimes. Cuando, Cristóbal decidió jubilarse continuaba en la cresta de la ola. Actualmente, es Nicolas Ghesquiére el que se dedica a ser la quintaesencia de la moda, enfant terrible ha conseguido devolver a Balenciaga esplendor y novedad aunque, tiene un problema, Ghesquiére ha encontrado en la maison un escaparate, y no es una continuidad del histórico, del espíritu ni de la firma.

Lo que es cierto, es que nunca se sabe cuando una marca es tendencia, de hecho, muchas marcas no valen nada actualmente pero, hace cinco años valían millardos o, en un par los valdrán. Hace mucho tiempo, antes de la llegada de Ford a Gucci, antes de que la casa significara tendencia y cuando las siglas de Cerruti aún valían lo que el oro, dijeron “Gucci es una de esas casas que esconde millardos pero, en las que reina más caos que en un pizzería romana”, esta sentencia se puede aplicar a casi todas las maisons actualmente, aunque, ahora la guarda y custodia corresponde a los buitres empresariales, el cáncer de la moda. Como mucho, la incógnita de la vuelta de alguna casa es el aliciente, ahora vuelven a correr los rumores de Schiapparelli…