Karl Lagerfeld es el amante de la reinterpretación, el hombre que se convirtió en hereje y mitómano al mismo tiempo; el hombre que consiguió revolucionar a la moda con un poema inagotable de clásicos Chanel. Dicen que Lagerfeld es un genio, no lo dudo, pero no lo comparto; Lagerfeld llegó a Chanel cuando la marca era la esencia del chic y, en ella anidaba ya el espíritu de la elegancia, la tradición y el axioma del lujo como en ninguna otra. Mademoiselle Chanel se había convertido en diseñadora y musa; en diva y actriz para su propia marca de ropa y, con Karl aparecieron las rubias, que Mademoiselle no soportaba; las curvas que Chanel siempre había obviado; el añadir lo que ella había quitado y una hilera de musas cansadas, agotadas, elegantes o frágiles representando a Chanel en vez de la efigie, del perfil emblemático de Gabrielle Chanel.
Karl Lagerfeld siempre se decanta, temporada tras temporada, por los “clásicos” de Chanel, el tweed y las perlas junto con el 2.55 son sus consignas para el invierno; el camisero blanco y el Petite Robe Noire de gasa para el verano; las plumas y las pailletes para la costura y un delirio del binomio blanco y negro y del logo de la doble C. Mademoiselle nunca se encasilló, mantenía el esquema de la casa pero con una parsimonia femenina, selecta y, casi, intimidante. Llegó él y profanó; curioseó, apreció, añadió y triunfó. Y los aplausos se sucedieron; y las bellas tops encumbraron Chanel y, la marca murió, Mademoiselle volvió a morir, enterrada bajo curvas sinuosas, miradas arrogantes y atribuladas mademoiselles del chic francés.
Con el paso del tiempo, Chanel cambió. La casa se hizo mundialmente conocida, algo ensombrecida por el “gran” (en todos los sentidos posibles) Lagerfeld se vio de repente en todas las portadas y no porque una bella rubia alemana llegara a Chanel, desterrara el mito de las rubias en la casa y conquistara al mundo de la moda si no porque el mundo aplaudía su dieta; sus sentencias en Chanel y su “romance” con Anna Wintour y, Chanel se convirtió en la galería de Lagerfeld, en su pasatiempo favorito y en una sinfonía inacabada.
El hombre de la obra inconclusa, de los cánones reiterativos ha dejado en Chanel una obra inacabada. Pero es que el tema de los sucesores siempre es algo puntilloso; traidores, inconformistas, demasiado comerciales o presos en las redes de la reinterpretación se convierten día tras día en genios; en cifras. La era Lagerfeld dicen que está acabándose, de hecho; hay quien asegura que Chanel está buscándole un sucesor; que Lagerfeld curiosea el trabajo de nuevos creadores y que los mentideros de París comentan bulliciosos la (buena) nueva.
7 comentarios:
SI FUERA UN GENIO SU PROPIA MARCA(LAGERFELD GALLERY)SERÍA UN BOOM Y NO LO ES NI A NIVEL CREATIVO NI A NIVEL DE VENTAS.TE ACUERDAS CUANDO LANZÓ AQUEL BOLSO HORRIBLE DE CREACIÓN PROPIA QUE SE LLAMABA 2005? FUE UN FRACASO ECNÓMICO TERRIBLE PARA LA FIRMA,COMO EN EL 95.
HA "RESUCITADO" CHANEL PERO LO HA CONVERTIDO,A LO LARGO DE MUCHOS AÑOS,EN UNA PANTOMIMA EN UNA IMITACIÓN DE SI MISMA,CADA DÍA SE PARECE MAS AL MOSCHINO DE LOS 80'S.
ESO SI CREO QUE TIENE UN MÉRITO INCREIBLE ESTAR EN LO MAS ALTO DURANTE TANTOS AÑOS Y SER UN SÍMBOLO DE LUJO,MODERNIDAD Y ELGANCIA,Y SER UN SUPERVENTAS.
NO CREO QUE LE RELEVEN DEL PUESTO PORQUE LOS WERTHEIMER(DUEÑOS DE CHANEL Y DE BOURJOIS)SON MUY CONSERVADORES CON RESPECTO ALOS CAMBIOS RADICALES.
ME ENCANTA TU BLOG.
Adoro tu odio apasionado por Karl.
Qué decir, chanel es una casa conservadora aunque ha aceptado los caprichos de Karl no creo que el sucesor tenga las manos libres para inovar.
Esperamos mucho de Karl, pero sin duda alguna el sigue vistiendo a un rango amplisimo de clientas y ahora clientes... desde las damas conservadoras a la starlette más desparpajada.
Si fuéra mujer no dudaría en hacer de un chanel mi uniforme de diario...
Y es que el traje de chaqueta-falda de tweed y ribetes ha superado a su creadora y a su reinventor.
Chanel, ya no es Coco ni Karl, chanel son el N5, el traje y el 2.55.
Besisimos
Diegulazo. El llamado 2005 fue un fracaso total; ni era bonito, ni priginal, ni la publicidad fue triunfal ni nada. Fue lo que se llama un gran fracaso.
Chanel se parece cada vez más al Moschino de los 80s y, Moschino a Chanel, como ésta primavera verano.
Por otro lado, Lagerfeld afirmó cuando Valentino se retiró, que él no lo haría pues, todos sus contratos eran vitalicios.
Lagerfeld no es un genio, es un triunfador. Ha aunado el clasicismo con una fórmula que gusta, con la que siempre aciertas y que, al estar firmada por una marca de llujo impone respeto. Gracias. Un beso
Eduardian Guy. Chanel ha cambiado; ya no puede innovar porque a ahondado en la esfera de lo repetitivo y lo triunfal.
El porblema venga cuando haya un sucesor porque, ya no será Lagerfeld; será un MJ y ya no se dedicará a la oda continúa por la reinterpretación. Entonces, quien sabe...
Un beso
Karl ha sido uno de los máximos exponentes en la moda en las uñtimas decadas y eso no solo se debe a su suerte. Ha sabido consagrar a chanel en el olimpo de las dioses y toda la gente acaudalada lo compra.
Reinventando, si, pero de una forma magnifica.
VIVA KARL
Anónimo. Que una marca tenga una buena comercialidad no significa que entre en las puertas del olimpo de la moda. Coco Chanel entró al Olimpo, lo cambió y se consagró.
En mi opinión, Lagerfeld ha convertido a Chanel en un dios mayor y menor al mismo tiempo; ha conseguido que París se asocie con Chanel, que la moda se asocie con el logo y que Chanel sea una marca anhealda, deseada y codiciada.
Pero, aunque Karl pasará a la historia; desde mi punto de vista y llamándolo genio por su capacidad para estar arriba siempre, no creo que sea un genio. Lagerfeld no tiene talento, tiene suerte, genio e ingenio y una visión (genial) comercial.
Viva Karl, yo también me sumo a esa pètción, ha marcado al mundo de la moda, la ha vapuleado, alabado y decorado a su antojo. Pero Karl no es El Grande de la moda, es un Dios menor más conocido por su dieta, en términos populares, que por sus creaciones.
Un beso
Karl es un grande, pasará a la historia y tiene una mezcla de talento y suerte, consiguió resucitar Chanel y eso tiene mérito.Es constante su reinterpretación, pero es que Chanel tiene unos códigos estrictos.
A mí lo que me gusta es que sabe diferenciar muy bien lo que hace en Fendi, Chanel y Lagerfeld Gallery. En Fendi lleva desde hace 40 años acumulando éxitos e innovando, aunque Lagerfeld Gallery es lo más aburrido del mundo.En su faceta de fotógrafo tiene trabajos realmente buenos.
Anónimo. Chanel nunca tuvo códigos estrictos hasta que él llegó. El código de Mademoiselle siempre fue la elegancia, la femineidad y la modernidad que no la repetición.
Lagerfeld sabe cambiar, es cierto pero sus pasiones y sus odios son continuos. En Fendi me gusta, a veces, sobre todo sus chaquetones de pieles. Su faceta de fotógrafo no me gusta nada, de hecho, la aborrezco; es demasiado egocéntrica: Lagerfeld para Chanel por Lagerfeld por Lagerfeld. Un beso
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