Miuccia Prada, Hot Cold

Miuccia Prada es una visionaria, su labor en la moda no ha dejado títere con cabeza y, temporada tras temporada, y con un espíritu poco italiano para lo que estamos acostumbrados ha conseguido convertir sus creaciones en obras pictóricas alabadas, en el anhelo de las fashion victims y en portadas de revistas. Si ella aplaude una tendencia, el resto del mundo la sigue; da lo mismo si es el Ugly Chic o si propone a adolescentes perturbadas por el art decó. Pero, hondeando en el histórico Prada se puede descubrir el halo futurista de las creaciones de Miuccia.

Si desde hace unas cuantas temporadas, el otoño invierno se convierte en primavera verano; las pieles son sustituidas por ligeros abrigos de seda; los vestidos de terciopelo se convierten en minivestidos brocados, las botas en stilettos y el invierno ruso se convierte en pasionales cruceros. Pero Miuccia ya lo sabía o, por lo menos ya lo avisaba en sus campañas. En aquella campaña se veían mujeres femeninas apenas vestidas bajo la fría nieve. Pero no era sólo una premonición futura si no una realidad preocupante.

Actualmente hay dos teorías, por un lado los modistos cuyo amor por la piel desenfrenado inundan la pasarela con chaquetones y estolas de piel al más puro estilo diva del dorado Hollywood y que sufren los odios de PETA y, los modistos que desvisten a las mujeres, que las cubren de sandalias, escotes y aperturas para la estación fría. ¿Ya no existe el invierno? Empiezo a pensar que, de él sólo queda el recuerdo de los inviernos rusos de Saint Laurent.

Pero, las revistas de moda aplauden el “hot cold” de Miuccia Prada, sus números de invierno son un despliegue de cálida frialdad, ya sólo son fríos los diamantes. Quizás ahora el invierno sea sólo una ilusión para la pasarela y una realidad para la jungla de asfalto; ahora el invierno puede que sea sólo el periodo navideño y que, en realidad sólo sea una técnica de ventas aunque, como en la publicidad de Prada; el suelo sigue nevado.