Vivir Del Éxito

El éxito actualmente se basa en diferentes fragmentos, retazos de moda y decisiones. El éxito es sumar a fin de mes, hacer caja y tener el respaldo económico del público tras acabar la temporada. Pero, el número de portadas, cuántas it girls han llevado la prenda en cuestión, la lista de espera, el número de blogs que te nombran y los clones que cosechas son muy importantes. Los niños mimados de la moda son varios, Ghesquiére como referencia con su puesto de enfant terrible y amor de Carine Roitfeld ha conseguido revolucionar Vogue, Balenciaga y el fenómeno fashion victim; Prada con su tropa de devotas y sacrílegas a las tendencias de la marca italiana o, Marc Jacobs con sus destellos de estrella y su corte de celebrities y, las portadas y las cifras se acumulan únicamente en ciertas marcas.

¿Por qué? Ésa es la cuestión por la que muchas marcas se preguntan porqué sus prendas no cosechan portadas, no se disputan el amor de las guardianas de la moda o, porqué no se agotan cuando salen a la venta. Porque ahora, ser trendy que dicen en Vogue es tener un blazer Balenciaga, un abrigo de piel de Fendi, las calzas Prada del ugly chic, un pantalón navy de Givenchy y unos Venice Pop de Miu Miu, un vestido de noche de Dior, un abrigo Jackie O de Armani y un tocado vintage de la época del charleston de Galliano y un vestido plisado de S. Kokosalaki. Pero, ¿Y los otros olvidados?

Quién sabe, los rumores corren como la pólvora y atraviesan París, las críticas memorables a la colección de Ralph Lauren primavera verano por parte de Vogue USA y The Sartorialist han sido recompensadas con sustanciosas sumas por la aparición de su publicidad en ambos medios; por un armario RL a Anna Wintour y, dicen por un par de portadas al Sartorialita por excelencia. Dicen que Givenchy con Ricardo Tiscci por excelencia se va a convertir en el nuevo Ghesquiére y en el siguiente Galliano aunque, aún le quede mucho por aprender. Tout le monde dice que sus creaciones son frescas y que es el diseñador de los jóvenes será porque los reflexivos delatan los puntos flacos de su colección. Lo importante de éste grande hecho mediocre es que hace que la costura venda y que, haya una nueva generación enamorada de los vestigios románticos y góticos, algo oscuros e imperfectos de Tiscci y, eso es un peso pesado en una casa de moda.

Otros lo achacan al talento, es cierto. El talento es necesario pero en cualquier escuela de diseño ya han incluido el marketing y ya el cínico Ford se nombraba a sí mismo como director creativo en vez de cómo diseñador. Y ése fue el inicio de una era en la que la comercialidad es más importante que el talento. Ahora mismo la comercialidad y el éxito están absolutamente ligados, no existen el uno sin el otro y es que, el talento se mide en cifras y, el éxito también.

De todas formas, ¿No son la comercialidad y el éxito algo marcado y predeterminado por las altas esferas? Desde luego, la moda viene impuesta. Ejemplos hay muchos pero, quién entiende mejor las redes del éxito es Kate Moss bueno, ella y, seguramente Donatella Versace.