Marc Jacobs, El Nuevo Showman

La verdad es que descubrir, ahora, que Marc Jacobs ha sido ungido y aclamado, elevado y aplaudido por el mundo de la moda no es hablar de una noticia secreta ni de una nueva estrella fulgurante para la pasarela. Tampoco es algo nuevo hablar del séquito de celebrities adoradoras del Sagrado marc Jacobs, ni siquiera lo es que todo el mundo le ve como el sucesor de Karl Lagerfeld en Chanel (claro que también puede pasar como con Valentino y la sorpresa de Fachinetti) o que él mismo se autoproclame sucesor del Kaiser.

Últimamente, Marc Jacobs está impregnando de un espíritu Chanel todas sus colecciones, entre el negro perpetuo que ahora reina en sus desfiles, los guantes de satén transparente y los bolsos acolchados impregnados de logos de LV y hasta de Chanel, las flores al estilo camelia que copan sus diseños, los antifaces que lucen sus modelos, los brazaletes de perlas y la bisutería de fantasía o esas señoras acomodadas que ahora surcan los desfiles del amante de las mujeres modernas, del otro gran delirio del séquito de estrellas y del ojo derecho de Anna Wintour. Ahora en sus desfiles hay guiños parisinos rebeldes con toques Comme Des Garçons, pequeñas ensoñaciones a Schiapparelli con su mística mágica y su delirio de fantasía y a Lagerfeld entre otros amén de a sí mismo. Eso sí, Marc nos ha demostrado que no es intocable.

Y es que Suzy Menkes se la ha armado buena. Su crítica mordaz, ácida y negativa hacia el desfile de Marc Jacobs en NY se ha extendido con una mezcla del boca a boca, algo de ayuda de Internet, medios de difusión y tras el taimado saludo de Marc Jacobs que jugó a sacarla-no sacarla la lengua en su desfile para LV. Claro que, Marc la dejó una graciosa camiseta en la que Suzy (Oronda y Rechoncha Suzy) agarraba hasta asfixiar al pobre Marc Jacobs en el asiento de su desfile para Vuitton. Claro que, Marc Jacobs también se vendió a Vogue USA sacando a Winona Ryder su musa-cleptómana en el espectáculo “freak” de NY para su propia marca y dándola, como siempre, su amor a Anna Wintour. Desde luego, todos estos dimes y diretes benefician a Marc y, le dan aún más notoriedad. De esa que tanto le gusta. Y eso que ya le hemos visto desnudo, sólo nos queda una pelea en las duchas al estilo Tom Ford o, aún mejor, en el barro y con la luchadora de sumo Suzy Menkes.

Claro que Marc Jacobs ha sucumbido a otra de las tendencias de la temporada aparte de ser hombre espectáculo como Ford, Tom Ford; Karl Lagerfeld o Anna Wintour con sus documentales-seriales sobre ellos mismo. Marc Jacobs se ha vuelto peculiar y bohemio y, no sólo por ese cambio en su aspecto, no sólo por la clínica de desintoxicación, no sólo por Vuitton y su encanto neoyorkino, no sólo por su comercialidad: Marc ha vuelto a renacer con una ola de publicidad y la banda sonorosa de los aplausos aunque también con pequeñas notas de crítica. Eso sí, también hay una declaración de intenciones: Marc Jacobs quiere ser Chanel y dejar de ensayar con Vuitton. Aunque, eso deje muchos interrogantes como ¿Qué pasará con LV si se mueve a Chanel? ¿Y Lagerfeld? Claro que Lagerfeld ha hablado de Olivier Theyskens como el sucesor para la casa Chanel ideal por su romanticismo, su contemporánea lírica y ese espíritu mágico. ¿Qué le deparara el futuro a Marc Jacobs? Quizás Chanel o, quizás no…