jueves, diciembre 15, 2011

The New Yorker


El neoyorkino y su delirio es una diatriba típica de los cosmopolitas habitantes the "The City". Nueva York siempre ha sido el corazón de Estados Unidos, al menos fuera del rodeo de la política que se han montado los americanos. Sin embargo, la relación de la ciudad y sus habitantes ha estado siempre bien tratada por personas que nunca han puesto un pie en ella o por autores que se han enamorado de una ciudad de la que no eran, en la que no vivían pero a la que, en cierta forma, pertenecían.


No es una ciudad bonita. Pero no importa. Nueva York tiene una belleza futurista como la de las obras de Boccioni. Es dínámica, postmoderna, etérea en su fugacidad, veloz, rápida, frenética. Nueva York es más hermosa que la Victoria de Samotracia, es decir, más hermosa que Atenas y Roma. Alta. Nueva York es alta y, desde que cayeron las Torres Gemelas lo es un poco menos, pero realmente no importa demasiado. Nueva York es una ciudad de color gris y verde. Es un reconciliarse, sentir el aliento vital de cómo la vida sobrevive en la roca más agreste y escarpada.


Nueva York es una ciudad pobre y rica, de extremos y de contrastes. La última colección de Chanel se embute en unas zapatillas para ir en metro, el café caro convive con las librerías de lo viejo, en Central Park las ardillas creen vivir en un manglar y a su alrededor una campana de polvo y contaminación lo cierra todo. Las mujeres pisan fuerte con zapatos de tacón caros e imposibles y el asfalto se deshace por el calor en verano lo mismo que resbala por el hielo del invierno, en ese momento en que cortan árboles y las cuchillas de los patines arañan el hielo como llorando. Una fulana parece una dama y la miseria cohabita en la misma habitación del gran piso de lujo en el que uno se esclaviza por la modernidad, a cambio de... ¿sueños?

 No deja de ser un taxi que se difumina en el horizonte. Una mujer rubia, rica, tonta, triste, ajada, joven, infeliz, con laca, peluquería y manicura, zapatos de tacón alto, bolso grande, cartera repleta de tarjetas de metales preciosos y escasos, chofer los viernes y sábados, lista de la compra, niñera, esclava... se baja del coche, se arrastra al parque y allí se queda, contemplando con la mirada perdida el ir y venir de la vida.
 La fuente de Central Park le hace a uno pensar en las escaleras de la Plaza de España de Roma. Pero también te hace reflexionar sobre la vida que ya no es nueva y la vida que no es antigua. Que se vive entre dos oscuridades, en el anonimato total, en el poder ser un loco sin hacer alzar unas cejas. Uno está solo, protegido por las capas de ropa, y los edificios, se comen la naturaleza y recortan el cielo.
Hay algo trágico en que Nueva York sea la ciudad de los sueños. Significa que muchos no llegan. Que muchos fracasan. Está también el lirismo de lo trágico y de lo hermoso, de los sueños que se desea que surjan y que brillen y vuelen libres.
 Es la desesperación que Wilde conocía tan bien, por tener lo deseado y por no tenerlo.
Y la paz es con uno porque todos amamos Nueva York, ¿no?. Porque somos nosotros mismos, una pieza de un rompecabezas muy grande. Pero siempre somos los mismos aunque con distinto atrezzo. Qué bien saben eso en Vogue. Qué bien.

13 comentarios:

mmillan dijo...

Si como dice Charlotte York solo hay tres amores en la vida, no cabe duda de que Nueva York es uno de ellos.
Haces que cualquier reportaje mediocre y poco original resulte nuevo e inspirador, enhorabuena.

Holly Golightly dijo...

Mmillan. Muchas gracias. La verdad es que NY es una ciudad increíble. Un saludo

Holly Golightly dijo...

Por cierto, las imágenes son de Vogue París noviembre de 2011, número dirigido -claro- por Emmanuelle Alt.

Anónimo dijo...

Hay muchas manzanas en el árbol, pero si coges New York estarás cogiendo la Gran Manzana

Holly Golightly dijo...

Maika. Qué buena. :) Un saludo

Anónimo dijo...

vaya tetas que tiene la lara!!!!!!!!!!!!!!!!

Coco2000 dijo...

Grandisimo Post, nunca había visto NYC desde esa perspectiva aunque lo había pensado mil veces. Me permito hacerte una pequeña puntualización con la que me he sentido ofendida: Satirizas los tópicos típicos de Nueva York y sin embargo al hablar de su sociedad tu modelo es una mujer "rubia" y "tonta", amigo mío estoy hasta las reberendas narices de oir siempre lo mismo y nada más lejos de la realidad: yo soy el antimito, rubia natural con 148 puntos de coeficiente intelectual; ya es hora de que la humanidad recuerde que Marilyn era solo un papel y abra los ojos. Me molesta en DEMASÍA.

Morníë Thunderstorms dijo...

Una increíble y acertada descripción de Nueva York y una guapísima y genial (como casi siempre) Lara Stone. Un saludo

Patricia - minijuegos dijo...

Hola! es increible New York, y las chicas son hermosas! felicitaciones por el blog...
saludos

Holly Golightly dijo...

Anónimo. Tiene un cuerpo precioso. Un saludo

Coco. Muchísimas gracias. No creo que los tópicos hagan mal a nadie. Me parece más tonto molestarse por un tópico que lo que el tópico hace. ¿Y si yo también fuera rubia? Un beso

Lucille Stark. Muchas gracias. Un saludo

Patricia. Muchas gracias.

Alice dijo...

I love this photoshoot and she is one of my favorite models!
xx

Val dijo...

Me encanta New York, el estilo es unico, te felicito por las fotos de las modelos, son estupendas, se nota que tienes buen gusto
Valentina - juegos de moto

Val dijo...

Cierto!!! Val - juegos de moto