sábado, noviembre 19, 2011

La Delicadeza Y La Cursilería


Valentino al final de su carrera pecó, igual que Yves Saint Laurent, de cursi. Igual que Grace Kelly o incluso que Marilyn de cuando en cuando. Sin embargo, su trabajo no es menos delicado ni impresionante por eso. El problema está en la cantidad de veces que confundimos delicadeza y cursilería igual que confundimos lo romántico con lo ñoño. Al fin y al cabo, es una cuestión de matices igual que los distintos conceptos de Armonía que reflejaba Vitruvio en su obra y que hoy nos suenan indistintos. La gracia es la característica principal de la delicadeza porque el encanto no deja de ser mejor que la belleza y los matices son lo realmente trascendental. Algo puede pasar de aburrido a glorioso en un instante pero lo realmente magnífico es que también ocurre al contrario.

No paro de debatir con distintas personas sobre la permanencia del papel o su desaparición y sobre lo demodés que están los blogs y las páginas web e Internet. En mi opinión, el papel se debe volver algo delicado y lujoso. E Internet debe hacer lo mismo. Ya vale de blogs sensibleros que no dicen nada más que lamentaciones de creativos insomnes y de webs donde la cantidad de relleno y de neon que hay te llevan a pensar si no estarás en Los Ángeles. Lo mismo sobre las publicaciones que solo dejan deslizarlas al cubo de la basura tras echarlas un vistazo. Hay algo absurdo en los periodos de transición, hay algo muy poco Chanelesco en el Chanel de antes de la I Guerra Mundial y no deja de ser un tanto desilusionante ver a Balenciaga copiando a sus contemporáneos célebres de París cuando trabajaba en San Sebastián, en vez de explorar los matices de la costa vasca, la sensualidad de las mujeres de carácter de hierro. Hay que reivindicar fervorosamente lo que es nuestro y, es algo que se nos suele olvidar. Y, sin embargo, nosotros estamos en una etapa de transición hacia el conocimiento de las posibilidades de Internet y a la reordenación de esta cultura de la imprenta que tenemos en Occidente desde que el bueno de Gutemberg se decidió a darle caña a una prensa de vino.

Internet no deja de ser una caja desastre en la que todo tiene cabida y nada se encuentra. Es como ese cajón que todos tenemos en casa donde están lo mismo las tijeras que un imperdible que la postal navideña que un ex amigo te envió en el 92 (aunque sin pilas que tarareen el Merry Xmas). El género blogger es casi trágico. Me cuentan que un community manager -esa profesión metafísica- habla de los regalos que se hacen a bloggers (de moda y no) desde las marcas y sobre el quesito de la publicidad que ahora hay que repartir entre tantos. Bueno, la Wintour debe saber algo de eso porque Armani se cogió un buen rebote con la revista por ver sus prendas solo en los anuncios que pagaba.

Sin embargo, Internet me parece mágico. Y algo muy sutil y terriblemente delicado. No sé, quizá tiene algo de "La elegancia del erizo" porque nada es lo que te esperas. La Universidad española e internacional fue la madre de un efecto postapocalíptico de Internet: los enlaces. Es curioso que algo tan obsoleto y rancio como la bibliografía acabe sirviendo para algo. Desde que nuestra civilización ha comprendido que los dioses están en las pequeñas cosas, que la felicidad la dan los pequeños logros (una pequeña mansión y una pequeña fortuna que diría Groucho Marx) me parece que lo más delicioso es vivir una vida valiosa y sencilla.

Chanel en su etapa con Iribe, ese hombre terrible, (no sé en qué sentido, pero terrible de todas todas), también intentó vivir la sencillez que ya proclamaba con su inefable estilo del "quitar, todo es quitar". Sin embargo, no resultó porque Chanel estaba acostumbrada a la sencillez del lujo y no de la miseria. La sencillez no tiene porqué ser sencilla y austera, es más bien una cuestión de espíritu. Es díficil explicar esto, naturalmente, quizá más que entenderlo. Por eso, he decidido dar un rodeo a Chanel y añadir en vez de quitar, para muestra, tres -delicados- botones, un veneno, una filia y un inadvertido. Tres botones de una obra delicada.

14 comentarios:

variopaint dijo...

Cosa más preciosísma...¿Pero, Vitrubio...?

bssssssssssssssss

Holly Golightly dijo...

Variopaint. No sé cómo se escribe. Cuando escribo Vitruvio, me dicen que mejor con "b". Cuando pongo Vitrubio me siento imbécil inicialmente y luego creo que como está bien es con "v". Quizás no es ese el motivo de tu sorpresa. ¿Me equivoco? Un beso

Anónimo dijo...

Los enlaces dicen más de un blog que el propio contenido, los amigos definen mucho a uno mismo.

Por cierto, vitruvio, yo misma

Holly Golightly dijo...

Maika. :) Vienes ad hoc completamente. Son unos blogs estupendos. Un beso

variopaint dijo...

Dice Wikipedia : Marco Vitruvio Polión (en latín Marcus Vitruvius Pollio) fue un arquitecto, escritor, ingeniero y tratadista romano del siglo I a. C. Es frecuente, aunque inadecuado, encontrar su nombre escrito como Vitrubio, y eso a mi entender, es debido a lafamosa discusión entre el uso de ambas consonantes en latín para los nombres propios , de modo que “Vitruvio” sería el más correcto etimológicamente y “Vitrubio” el más eufónico y usado popularmente (por ej. para el nombre de una calle en su memoria) . En cualquier caso, como bien apuntabas, el asunto no era ortográfico, faltaría más, sino mucho mas mollar en cuanto a la concepción de “armonía” (harmonía) en Vitrubio y en general en todo el mundo clásico, algo que deriva fundamentalmente de la observación de las proporciones del cuerpo humano - cosa que quizá no interesara demasiado a los romanos - que luego retomarían los hombres del Renacimiento con un entusiasmo especial, con Leonardo y Alberti a la cabeza. En cualquiera de lo casos ese equilibrio de la proporción es un equilibrio abstracto sacado de unas proporciones que se otorgan al cuerpo (cuando no las tiene) al igual que se le otorga una simetría (de la cual carece).

He aquí el párrafo:

La simetría es la armonía apropiada que surge de los miembros de la obra misma y la correspondencia métrica que resulta de las partes separadas en relación con el aspecto de la figura entera […] La simetría nace de la proporción que los griegos llaman analogía; ningún edificio puede ser ordenado de forma adecuada sin analogía con la justa proporción del cuerpo humano.

Vitrubio, De architectura, III, 1

Parece también que esa idea no es estrictamente clásica, sino helenística, ya que en la arquitectura primitiva el canon no existe, aunque si aproximaciones al mismo, de forma que la cuestión del canon es asunto mental que se hace para tener la cocina ordenada y evitar discusiones. Lo que ocurre es que existe mucho díscolo y esa actitud trae (y traerá) un sinnúmero de conflictos estéticos, como el que nos ocupa. De ahí mi observación por tu entrada feliz y discreta en un huerto tan complejo, aunque eso si, apasionante.

bsssssssssssssss.

Holly Golightly dijo...

Variopaint. Yo me refería al citar lo de los "matices" de la armonía vitruviana al hecho de que (por cierto, yo siempre escribo Vitrubio porque me gusta más cómo queda escrito a menos que lo piense bien y ponga ambas con "v") en sus consideraciones de las categorías de la arquitectura, realmente todas se smplifican en la armonía. Al menos, para nosotros. Y bueno, también en mi opinión. No sé si esto lo aclara. Un beso

Holly Golightly dijo...

Por cierto, sobre el "canon" yo creo que tiene que ser una desviación lejana de la esencia original de lo griego porque los griegos no eran ordenados ni nada de eso, bueno, un poco sí con eso de que hasta el caos tiene orden pero realmente eso solo oculta un desorden monumental. Policleto tenía un canon en pleno clasicismo pero a mí lo del canon me parece algo aburridísimo.

Anónimo dijo...

Nunca pense que se iba a hablar de "mi" en un blog de moda. Pero, al fin y al cabo, ¿que es la moda?: Venustas,Firmitas y Utilitas. Armonia.

Holly Golightly dijo...

Maika. Igual que sirve para la arquitectura, Vitruvio sirve para la moda. Bello, útil y "sólido". Un beso

variopaint dijo...

Al canon siempre procede de alguien que es posterior al creador: quiero decir que el creador crea y luego viene los canonistas, ya que si el creador se sujeta al canon la creación deviene imposible “per se” ¿Porque seis cabezas y no siete...? "Yo pongo las que me parece, en concreto siete y media ...etc." - diría el que crea. Y desde luego la creación proviene de un cierto desorden que luego se convierte en orden, de modo que lo azaroso tiene una razón pero no se sabe si la razón de lo azaroso lo precede realmente igual que no se sabe si el huevo precede a la gallina o no. Y desde luego, los canonistas (incluso los eclesiásticos, que de casta le viene al galgo) han sido siempre un coñazo. Policleto menos, pero lo que ocurre con Policleto es que era realmente un artista primitivo y fresco, a pesar de la obsesión canónica. De hecho, el famoso “Kanon” se escribe a partir del estudio de una obra concreta y no antes, y se mira la obra se ve que existen sutilezas delicadísimas que no se ajustan al canon , sino al gusto, pero eso es malo para los clasificadores, que insisten en la pertinencia del canon, igual que lo hacen con el orden exacto de la creación. Pero ¿Quien es capaz de repetirse exactamente en un acontecimiento distinto y posterior...? Lo evidente (y sabido) es la diferencia y por eso el canon resulta tan aburrido como idea.

Holly Golightly dijo...

Variopaint. ¿Es necesariamente el canon aburrido? Yo no estoy tan segura de eso. Evidentemente es más entretenido lo que conocemos un día como experimento que la rutina pero, ¿realmente lo es o sólo nos lo parece?, ¿No es fascinante lo entretenido de la armonía de una vida sencilla? Quizá con el canon pueda ocurrir igual. Un beso

Mundo virtual dijo...

Me encantan tus post. Sigue así, porque es algo que no he encontrado en la red en ningún otro blog.

Hummingbird dijo...

Alphonse Doré brilla con luz propia dentro de ese cajón caótico que dices, y pasaré a conocer tus recomendaciones.

Post al que he vuelto también, porque me ha hecho reflexionar y sí Holly, concido en que es mejor cuidar con mimo, con el placer por el puro placer de hacer algo propio y cuidado; plasmarlo de manera sencilla -que no es simplista, obviamente- y que ése es el verdadero lujo de la formas y de contenido. En fin... en un período reflexivo y de aquí a que comente poco -y tarde.

otro abrazo, y un MT pronto, a la antigua usanza
otro beso,
Humm

variopaint dijo...

El canon es aburrido dependiendo de cómo se practique, tal y como ocurre con todo, en mi opinión. Lo importante deben ser las variaciones sobre ese canon, pero entonces surge la pregunta: si lo importante son las variaciones...¿para que sirve lo canónico...? con lo cual se vuelve al principio. Ocurre que lo canónico parece instalarse por épocas a veces muy largas dentro del universo visual y no digamos en el de las modas. En los hombres eso constituye hoy en día un drama si se compara lo aburrido de nuestra vestimenta con las excelencias que se ven en una pintura del Renacimiento, un suponer, pero algo parecido ocurre con las mujeres, como bien intuía el difunto y excelso Alexander McQueen. Sin embargo existen asuntos del canon que permanecen inscritos en la memoria colectiva y que se apoderan del inconsciente: el sentido de una puerta, o el de una ventana, el fuego, la frescura del agua, la fascinación del atardecer o la costumbre de besar, tan antiguos al parecer todos como el mundo, desde que el mundo empezó a verse. Y también la armonía de la vida sencilla, como dices, en una constante mantenida desde los poetas clásicos como Ovidio o Virgilio hasta Fray Luis y algunos más que seguro conoces. Sospecho que incluso en eso, cada uno disponía de su canon particular. Pero...¿es un canon particular realmente un canon...?. En eso me temo que los canonistas discreparían.

Un beso.