domingo, mayo 18, 2008

Escuela De Sirenas, Crucero Por Chanel


Si dices vacaciones dices Miami. Eso es lo que ha debido pensar Karl Lagerfeld al presentar su colección crucero de Chanel. Miami era antes el lugar del crimen, del mal gusto, del arribismo, de los geriátricos con mucho sol, de las casas de lujo y las residencias de ancianos, de los mafiosos sicilianos, del asesinato de Versace y de un berrinche de un diseñador con mal gusto o con una pasión desmedida por el kitsch casi rozando la perversión provocativa. El blanco muy blanco, el negro casi destellante y Angel de Mugler flotando en el ambiente que funde el hotel Delano en blanco resplandeciente con maravillas únicas en su haber en Miami. Dices Miami y ahora suena a hoteles de diseño, una nueva clientela millonaria y de clase alta de toda la vida que hablan y detestan a partes iguales a los nuevos ricos y de dinero. Dinero A, por decirlo de alguna manera. Y si Karl Lagerfeld ama a las estrellas, a la nouvelle étoile, al cine como negocio entre moda y Hollywood y a un amago de socialitie tanto como al reflejo de un flash, ahora ha descubierto a Miami. Miami pero, el Miami fascinante de los años cincuenta. De cubierta de barco con espectáculos de natación en la piscina, de señoras con cardados altos y enjoyadas tomando el sol, de jóvenes aristócratas risueñas desmelenadas pero que vuelven al camarote antes de las diez y de una sexualidad atractiva pero no obvia. ¡Miami! Y un verdadero crucero es la propuesta de Chanel.


Esther Williams parece ser la inspiración de Karl Lagerfeld que se decide a apostar por un Chanel fresco y relajado, apto para la orilla de Capri, las playas de Miami, Copacabana o un espectáculo años 50s con vedettes y Carmen Miranda cantando Tico Tico o “I want to be tall” con sus plataformas de cincuenta centímetros y su rotundo tocado de frutas. La sensación brasileña y las chicas de la piscina con gorros que parecen flores hechas estallar en un jardín que corona la testa divinal de la vestal enfundada en lycra. Aunque sin perder su mítica obsesión con el encanto parisino exagerado. A mí me asalta la duda de si todos los americanos quieren parecer franceses pero, visto cuánto adora Anna Wintour a Karl, quizás sí. Quien sabe.


La colección es una mezcla entre lo que Karl Lagerfeld sueña con ver en las orillas del Sena y lo que alguien piensa que llevaría una parisina que veranease en la Costa Azul tomando el sol en una tumbona de rayas azules mientras un apuesto socorrista, desde su torre esmaltada en color blanco, controla la playa de blancas arenas con unas gafas de aviador que reflejan el murmullo de las olas hecho imagen y el verde fulgor de las palmeras. Un pañuelo recoge el cabello de ella que flota con el viento y él la divisa como si fuera el galán de una historia de amor febril.


Al mismo tiempo, Karl Lagerfeld insiste en que París es Chanel y Chanel es París pero, acaba cayendo en el cliché. Lagerfeld infantiliza a la mujer dándola cuerpo de niña, vistiéndola con colores de infante y haciéndola pasear como si hiciera flotar barcos en un estanque de París pero con edad para pescar marido y no peces de colores del fondo de la fuente.


La mujer del crucero de Chanel está anonadada. Ella quizás tenga estilo y chic pero la mujer de Dior acapara todos los miradas, como si a cada paso, una catarata de flashes se disparara y la mujer de Oscar De La Renta es considerada la más elegante del hotel y del crucero. Entonces, ¿dónde encaja ella? A veces se siente como una telegrafista mal alimentada y otras como la única que brilla como mujer sin ser opacada por el refulgir de la prenda. Pero, ¿si no te miran, qué importa?


El baño para Chanel se remonta al bikini de los cincuenta, cuando las mujeres iban a la piscina a relacionarse y ni siquiera se sumergían en el agua. La mujer de Chanel no toma el sol, se relaciona; la mujer de Karl no toma el sol porque está demasiado ocupada evitando que su piel envejezca como para dejarse ver por un rayo de sol. Además, su atuendo no la permite relajarse. Es una mujer de mírame y no me toques pero, es muy divertida convertida en una especie de híbrido entre la mujer fatal y la niña adolescente obsesionada con el culto al cuerpo.


Las mujeres de Chanel son sofisticadas hasta el extremo. ¿Un cóctel en la piscina? Una túnica griega de gasa para captar las miradas. Parece Atenea mirando altivamente desde el Olimpo y, es en este momento en el que se ha dado cuenta de que quizás no brille de colores brillantes o en tonos neón pero que es una bella europea lánguida y etérea que, por lo menos, no necesita comprar títulos nobiliarios. Aunque eso no sea todo.


A veces la nueva mujer de Chanel tiene los aires díscolos y febriles de la modernidad, la da por ser joven, extremadamente delgada y vivir el presente. Y, eso sólo tiene una palabra: mini. Aunque eso ya se llevara en los sesenta y aunque cada vez haya más micro y menos mini o mucho maxi, el blanco, el vestido blanco y las flores son un clásico. O, al menos, una bella propuesta para un sencillo deleite de la vista.


Dicen que Karl Lagerfeld está obsesionado con el presente, es verdad para todos los que digan que no pero, siendo Chanel, porque él es Chanel y Chanel es él, también vive soñando en el pasado. En un mundo de damas enguantadas y con la testa tocada y fumando en boquilla de nácar con un caer de párpados resumidos por el eyeliner felino. Lessage y Massaro. Y bordados, y plumas y cuentas y encanto. Otra época. Otra…


El delirio de la postmodernidad, del avance de Cardin y la locura de Courréges o, simplemente de la pasión desenfrenada por el futuro y el conceptismo del genio Paco Rabanne o del aprendiz Chalayan elevado al séptimo cielo por los musos contemporáneos que se creen iconos de la perversa moda en un delirio del que se avergonzarán en menos de una década. Aún así, el engendro es tan perverso que es divertido. Es gracioso de la misma forma que los monos blancos y asépticos de Courréges entendidos como premonición de la forma de vestir del año dos mil.


Clásico y moderno, pasado y futuro. Si honramos a la teoría de que el presente no existe puesto que el ahora es indescriptible y mutable a la velocidad del nanosegundo, podemos entender la combinación de lo que ya fue con lo que será para no parecer obsoleto ni viviendo en la irrealidad. Quizás, la noche de Chanel sea producto de ésta reflexión, puede que no, pero lo cierto es que recuerda al febril estallido mini de Mary Quant en los sesenta con su corte de pelo cinco puntas y a la revolución de materiales de los noventa. Será o no. Pero a mí me lo recuerda y, eso -ahora- es lo que importa.


La noche, la verdadera noche, el traje que llevar a la fiesta de despedida del crucero o la inauguración del restaurante del hotel de cinco estrellas es un negligé cuajado de plumas y confeccionado en gasa y seda que si no recuerda al Poiret árabe y prohibido por el Vaticano, parece querer resarcir a la Chanel dedicada a las estrellas de Hollywood con su vestido Letty Lynton, sus zapatos de salón con pedrería y su negligé de noche con zapatillas de encaje o, quizás solo calmar el ansia de glamour del dorado Hollywood de una antigua heredera. ¿Quién sabe y a quién le importa? Cierra el desfile la tradición.


Para cerrar el desfile, Karl Lagerfeld convirtió la pasarela en el lugar para un espectáculo de natación. Las nadadoras sincronizadas se tiraron a la piscina y crearon el logotipo emblema de la casa Chanel a medida que la música fluía y los diseños desfilaban. Si a alguien no le recuerda a Escuela de Sirenas, tiene que ver la película. Un fin de fiesta inspirador, fresco y divertido. Puedo decirlo, no me ha gustado la colección pero sí me ha gustado el crucero de Karl Lagerfeld. Y quizás lo haya hecho porque sabe que esto sirve para vender, para millonarias que ya están cansadas del circuito de desfiles de Nueva York, Milán y París como para seguir sentándose en las mismas sillas que el Labor Day en otoño. Una idea ingeniosa. Una colección crucero que, realmente, lo parece.


Todo el espectáculo del crucero, la dama altiva, la estrella de Hollywood, la millonaria enfadada, la modelo retirada, la socialitie, la estrella, la heredera desconocida, la conocida, la musa de Lagerfeld, la moderna, la antigua, la de Woodstock y la mujer Chanel desfilaron alrededor de la piscina con Karl Lagerfeld como abanderado de una nueva forma de viajar. Una prenda, un viaje. Una marca, un estilo. Chanel, Chanel. Damas de Alta Sociedad, sueño, deseo y Chanel. ¿Quieren más? Alta Costura de Chanel.

22 comentarios:

Lara dijo...

Me ha gustado,xo tampoco me ha dixo muxo!A mi miami me recuerda a Julio Iglesias y la troupé de familia que tiene!jeje :)

BESOS

Carmen Porcel dijo...

Me ha gustado tu forma de redactarlo. A mi me gusta la mujer Chanel, aunque no soy una mujer Chanel. El desfile me pareció muy original. Un beso.

Miss at la Playa dijo...

es curioso, en chanel las colecciones crucero siempre me gustan más que las de ready to wear...

Holly Golightly dijo...

Lara. Jajaja. Un beso

C*. Gracias. Un beso

Miss At La Playa. A mí no me han gustado las prendas ni el desfile pero sí la esencia. Un beso

Lucio dijo...

Es raro, rarísimo, pero me ha gusstado uun poco este desfile, hay prendas maravillosas, algunas incluso pareecen de Chanel.

Patricia dijo...

Una duda existencial porque hoy es domingo y llevo dando vueltas por el blog buscandote y buscando aquel post personal que ya no he encontrado y parece que lo he soñado...se que no tiene relación con el post (lo siento) pero estoy casi convencida de que el domingo pasado Holly necesitaba ánimos o realmente lo he soñado y me estoy volviendo literalmente loca con esto de la blogsfera???;)

Hummingbird dijo...

el blanco con las flores en el centro me ha dado un golpe 'de tripas corazón', un efecto óptico algo extraño. me pierde también la curiosidad pero no voy a preguntar....xx!

Kira Aderne dijo...

muy lindas!!

agregame a tus vínculos, estás en el mio :)

besos

Angie dijo...

Genial el artículo! Como siempre.
Lo más original del desfile lo de las nadadoras sincronizadas. A mi lo que está haciendo Karl con Chanel no me gusta demasiado... me quedo con Oscar. Qué fantásticos son sus vestidos. Yo sin duda lo elegiría si pudiera permitirmelo.
Un besito y feliz lunes!

Unknown dijo...

Perfectamente descrito.De la colección no me gusta nada(bueno,la parte masculina me llama algo más,claro),aunque creo que viene en la línea de lo que hace lagerfeld últimamente con chanel.Más que la colección,sus desfiles son espectáculos,lo que me hace pensar que necesita de entornos y shows espectaculares para suplir algo...no diré más.

un placer leerte,como siempre!

Sr Q dijo...

A mí Miami como concepto me vuelve loco. Creo que es un universo rarísimo en el que se dan la mano lo peor y lo mejor, lo más hortera y la alegría de vivir más intensa mezcladas con aromas de Ultraviolet y perfumes dulzones. Miami es un misterio. En cuanto a la colección me parece muy aceptable aunque en ocasiones la encuentro aburrida.

Saludos Holly.

Holly Golightly dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Holly Golightly dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Holly Golightly dijo...

Salvacosta: Los superhéroes de verdad tienen identidad secreta.

El señor quinquillero tiene identidad secreta. No queremos que ningún villano le descubre. Además, él lleva tiempo tratando de ocultar su identidad.

Procedo a borrar los comentarios. Pongo a dios por testigo, que no contenían crítica positiva o negativa. ;) Para que luego nadie se me queje. Un beso

Holly Golightly dijo...

Lucio. !Qué divertido! Un beso

Zoe. ¿De qué hablas? No, en serio, no estás loca. Fue un post que evolucionó. Jajaja. Primeor necesité suerte, como no gané, necesité ánimos y, ahora es un tributo a la única dama del mundo: Jackie Kennedy cuya leyenda tiene que ver con el concurso. Un beso

Hummingbird.¿Qué curiosidad te pierde? Un beso

Angie. Princesas con dinero o princesas con linaje. Un beso

Kira. Ahora te agrego. Un beso

Jose Airam. Muchas gracias. Coincido contigo. Un beso

Señor Quinquillero. Te voy a matar.Un beso

Hummingbird dijo...

pero si lo sabes muy bien! me voy a leer a dame wintour y te prometo que no me tiene tan intrigada....xx!

Holly Golightly dijo...

Hummingbird. Jajaja. Un beso

BoatoLuxo dijo...

Karl está reciclando su propia basura.

Holly Golightly dijo...

Boatoluxo. Quizás sea un adelantado. Sonrisa maligna...

Diana Coronado dijo...

Eso es lo que yo llamo originalidad.

David dijo...

Si bien a mi no me gusta mucho la moda, a mi mujer le encantaría ir a un lugar como ese. Creo que si pudiera obtener hoteles 5 estrellas allí, seria un viaje perfecto para regalarle en una luna de miel. Ojala que pueda realizarlo próximamente