El negro de Balenciaga dejaba en ridículo a los otros tonos de negro, era negro puro, negro aterciopelado, negro exultante. Cualquier otro negro a su lado, parecía gris.
En la crítica de Style.com del desfile de Paul Smith decían que un vestido saco estaba bien, pero si no había salido de las manos de Balenciaga era sólo eso, un saco, ¡cuanta razón! Por lo visto era tan perfeccionista con los colores que una vez tuvo que ver 300 muestras para elegir el tono perfecto de rojo (y luego dicen de Valentino):
The Pilgrim. Cuenta la leyenda que Balenciaga, palpaba, olía, frotaba, rasgaba, veía, aspiraba, tejía, cosía y planchaba cada tela, teñía lienzos de seda blanca de cada color escogido para sus colecciones y siempre tenía un aura fria, misteriosa y perfeccionista. Un beso
6 comentarios:
!Qué plastico!
Únicamente felicitarte por tu blog, me paso a diario para ver si hay novedades. Es ya todo un básico para mi.
Un saludo
Anónimo. Es cierto. Casi puedes verlo. Un beso
Paupe. Muchísimas gracias. Un placer y un beso.
aleluya !... Después de Cristóbal Balenciaga... NADIE !!!
Besos
En la crítica de Style.com del desfile de Paul Smith decían que un vestido saco estaba bien, pero si no había salido de las manos de Balenciaga era sólo eso, un saco, ¡cuanta razón!
Por lo visto era tan perfeccionista con los colores que una vez tuvo que ver 300 muestras para elegir el tono perfecto de rojo (y luego dicen de Valentino):
Eduardian guy. Cierto.
The Pilgrim. Cuenta la leyenda que Balenciaga, palpaba, olía, frotaba, rasgaba, veía, aspiraba, tejía, cosía y planchaba cada tela, teñía lienzos de seda blanca de cada color escogido para sus colecciones y siempre tenía un aura fria, misteriosa y perfeccionista. Un beso
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