viernes, agosto 03, 2007

Estereotipos…


Los estereotipos en la moda abundan. A Chanel tradicionalmente se le atribuyen las amantes esposas de los magnates neoyorkinos y a Versace el arribismo de las amantes a secas, de las queridas de los magnates. En NY cohabitan las diferentes clases sociales como las marcas del lujo unidas en la misma calle y deseosas de los mismos rituales. Poliannas pijas de Park Avenue adoradoras del conjunto de punto y del hilo de perlas a la caja del cuello son devotas de Chanel, las ejecutivas en ciernes prefieren una mezcla de clasicismo desenfrenado, accesorios de Hermés, Manolos y, Armani y Gucci como leit motiv de la vida ejecutiva. Las razas arias son una mezcla del imperio del polo de Ralph Lauren en el que la sinfonía abarca más a Ralph Lauren como hito urbano y toda su parafernalia, conjunto de cachemir, pantalones de montar de ante, pendientes de perlas y algunos toques de oro para mantener la insignia del montar americano. Combine también la estrella en ciernes que lleva el abecedario a la espalda y prefiere la excesividad del lujo italiano, escotes del Gucci leonado de Tom Ford, vestidos ceñidos de cuero lencero de D&G, prints leopardo de Cavalli y excesos de Versace.


Pero que las devotas se rindan ante las aras de una marca no es una novedad. El estereotipo de la moda parisina es el de la elegancia, el allure y el lujo. En París reside la Haute Couture y el exclusivismo, es la cuna de la moda y de las tendencias y la meca de las fashionistas, el nacimiento de las leyendas de la moda y, no hay nada más hermoso que París cuando nieva. Italia tiene fama de excesiva, aunque también de elegante y refinada de la mano de Valentino pero sobre todo sus escotes, el arribismo, los drapeados, sexualidad. En Londres rige el legado de la moda inglesa que es controvertida, político, popular, temporal y sobre todo, caduca. Aquí la moda no es motivo de orgullo, de hecho, fueron ellos los que amaron el no estrenar nada porque es símbolo arribista. NY es el fashionismo exquisito y comercial.


Por otra parte, Chanel siempre se ha rendido al legado de Coco, tweed perlas pumas y camelias son las notas de la sinfonía perpetua que Karl toca. Dior es un ágape exótico combinando el primer enfant terrible con el histórico de una maison. YSL continúa agasajando los cuadritos vichy, el parnasianismo de la riviera francesa y, aquellos encantos duales. Valentino siente predilección por el rojo, rojo Valentino, rojo oriundo, rojo contundente, rojo femenino y rojo español. Balenciaga ya no tiene reglas, ni doctrinas ahora sólo es genio e inventiva. Lacroix siempre ha sido un genio del color y Gaultier ha preferido el navy chic y los aires del exotismo esotérico. Armani siempre ha preferido la soberbia de Wall Strett, Oscar De La Renta es el recurso de las matronas de Park Avenue, el leopardo y los brocados orientales son su doctrina. Prada prefiere las jóvenes fashionistas con sus caprichos, Marchesa tiene predilección por las americanas que recelan de lo italiano. Carolina Herrera ha sucumbido a la misma maldición de Marchesa y, como Louis Vuitton ha sucumbido, en parte, al logo. Givenchy prefiere por un lado los toques enfant y por el otro la sofisticación del dualismo blanco y negro. V&R tiene predilección por el show y eso no es nada bueno al menos para las finanzas de la firma, Ferragamo es devoto de los 40s y siempre que puede impregna a sus maniquíes con las estelas de perfume francés, Michael Kors prefiere el punto, J.Mendel la piel, Valli aún no tiene esquemas, Fendi tiene una balada perpetua a la piel, DsQuared prefiere la hípica rúbrica y perfecta, Diane Von Fustemberg adora los estampados, Cynthia Rowley se rinde a los vestidos minimal sencillos, McQueen es el genio y el ingenio y siempre sorprende aunque con un sabor victoriano.


Lo cierto es que la moda siempre ha tenido unos rasgos preestablecidos que han sido su sello de identidad época tras época como lo fueron los ríos de champagne y las perlas en los años 20s, el punto y la regresión femenina de los 30s, el “improvisar y remendar” o el New Look de los 40s, el esplendor femenino y el auge teen de los 50s, la psicodelia rock de los 60s, los años disco de los 70s, los enfant terrible y las tribus urbanas de los 80s, la moda obsesiva de los 90s y las ejecutivas agresivas, o el actualismo multicultural del presente. La moda siempre ha estado basada en una tendencia principal que engloba a todos los ítems y, luego tendencias secundarias basadas en el puro y simple fashionismo, las tendencias, la exclusividad y el glamour. Por tanto que la moda sea identificable es parte de su espíritu y de su historia pero, al mismo tiempo una demostración de que necesita renovarse y continuar su historia con tendencias antagónicas, comerciales, imposibles, definitivas y sobre todo, caducas.


Por un lado, el sello de identidad de una firma la hace histórica, humana, reconocible, exquisita, sofisticada y elegante pero por el otro no supone un aliciente, no tiene novedades y la moda no se renueva. Los dos lados de la balanza cohabitan, entre el universo Chanel dedicado a las baladas sinfónicas repetitivas que mezclan el tweed, las perlas y las camelias para el pret a porter, las plumas y las pailletes para la Haute Couture y el eterno camisero así como el petite robe noire para todo el año y el universo Balenciaga que desmonta, crea, invierte y juega, como antes lo hicieran Galliano y su eterna inspiración desenfrenada, McQueen con el inconformismo británico, Gaultier y su fascinación por la jungla urbana o Versace con su etapa plástica, con las tendencias más radicales: reinterpreta el histórico, juega a los robots o se dedica al glamour del histórico del volumen. Eterno dilema pero, estamos cansados de la reinterpretación y apostamos por la tendencia más radical.

8 comentarios:

EDUARDO dijo...

Dentro de las diferentes identidades de cada diseñador y sus estilos, esxite una gama entre lo original y lo ya antes conocido, a eso se debe la reinterpretacion, pero dime ¿no somos todos una alucion a otros?¿existe la originalidad a la hora de vestir?

Holly Golightly dijo...

Bueno Eduardo en mi opinión llevas mucha razón. Al fin y al cabo la tendencia de la temporada es global y solo está reinterpretada con un halo persona pero marcado por el espíritu global de todas las pasarelas.

YO SOY ORIGINAL, si no puedes creer en todo, cree en mí. Besos querido...

EsTher Omaña dijo...

Como dices si existen los estereotipos, siempre al ver camelias y un vestido negro, imagians un aire Chanel, cada casa de moda tiene un sello particular especialmente las que llevan años vistiendo a las mujeres del mundo...
La moda se ha convertido en una alucion del pasado, y las tendencias de al calle, los cool hunter tan famosos... pero bueno yo prefiero 100% la elegancia, lo clasico...
Un besos

Holly Golightly dijo...

Miss Esther. ésa es la duda. ¿Hacer algo reconocible es repetir temporada tras temporada? Porque cuando dicen elegancia a muchas personas les viene a la mente Chanel como insginia, a mi no, en luagr de por ejemplo Balenciaga o Prada que siempre reinventan ya sea posible o imposible, real o irreal o teng estructuras de delirio en lugar de catwalk.

La moda siempre ha sido un histórico que evolucioan así como un escaparate al pasado y un guiño al futuro pero, ¿Con eso basta? No, imploramos creatividad.

Muchos besos.

Scummy man dijo...

Miss Holly,

Me he tomado el atrevimiento de linkearla.

Espero reciprocidad de parte suya estimada colega.

Great blog!

Salud!

Holly Golightly dijo...

Scummy man: es agradable su cortesía elegante. Por supuesto que será un honor tenerle entre mis links. Besos

Serendipity dijo...

La moda se reinventa porque el mundo gira sobre su propio eje, una reinvencion absoluta podria generar la persida de la escencia..,tal vez es ese el principal temor de las grandes casas. Dentro de todo, cada quien acude a ella a sabiendas de lo que va a encontrar, aunque siempre querramos algo nuevo.

La originalidad mejor la dejamos para uno mismo, no??? La reinterpretacion personal es lo que nos diferenciará cada vez.

Besos,

Anónimo dijo...

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semelokertes marchimundui