Legendario Vuitton

El viajar con elegancia es el leitmotiv de Louis Vuitton y ése es precisamente el espíritu de esta campaña en la que el culto al savoir faire y a la elegancia se rinde entre las páginas del histórico Vuitton. Si la firma nació con una leyenda acerca del viaje, cuenta la leyenda que sus equipajes se hicieron famosos cuando llegaron intactos a la bahía tras ser arrojados al mar desde un avión, luego la leyenda Vuitton continuó orientada a acompañar a las damas en sus camarotes, a los intelectuales en sus viajes, a los caballeros en los negocios, hasta el presente en el que Vuitton es por un lado la marca de la sofisticación, una insignia comercial y una revolución constante a manos de Marc Jacobs pero, también es una marca intemporal que representa lo culto, lo sofisticado y hasta un grado de extravagancia.

La dama de hielo, fría y severa coprotagoniza la campaña de Vuitton basada en la sofisticación del logo de la legendaria casa Vuitton. El Viajar Con Elegancia es la clave de la campaña en la que el leit motiv se reduce a lo culto, con estilo y elegante. En ésta ocasión es Catherine Deneuve la dama encargada de transmitir ese espíritu de sofisticación legendaria a la Casa Vuitton. Elegancia femenina basada en el glamour de las estrellas de antaño, de la dama perdida, del savoir faire parisino. Encanto chic.

En esta ocasión los directivos de Louis Vuitton han decidido agasajar a su clientela con el prestigio de una imagen diferente. Poder, glamour, talento y elegancia son las máximas de los hombres Vuitton aposentados en la distinción y el lujo más exquisito y, por eso, la firma ha escogido representaciones máximas relacionadas con todas las máximas del histórico Vuitton como la dama de hielo Deneuve o, Gorvachov como insignias del lujo y del talento. Por el momento la campaña es elegante y distinguida. En Louis Vuitton se han encontrado con un americanismo parisino que ha impregnado la pasarela de Marc Jacobs. Un diseñador que ha impregnado a la maison con un toque arribista más propio del glamour de las estrellas de cine que del savoir faire de la leyenda de la marca. Actualmente, la política y la imagen personal están ligadas pero, el carácter de Vuitton es la soberbia del lujo, de la elegancia, de la sofisticación y el viaje consabido, y ése es el leit motiv de la colección.

Para la campaña oficial en la que Scarlett Johansson ejerce tanto de femme fatale como de musa de los desvaríos de Marc Jacobs. En una campaña femenina en la que el poder del logo cede protagonismo a las propuestas de Marc Jacobs para el imperio del tejido Monogram. La inspiración de la temporada han sido los 40s, esas mujeres cuya estela de perfume anunciaba su llegada y que el sonido de sus tacones retumbaba en la agencia de detectives. Una dama de rubios cabellos, de labios rojo fuego, de curvas marcadas, de sinuoso atractivo. Dama de suspense y de intriga; dama detectivesca, dama al estilo Con la muerte en los talones eso sí, con el equipaje preparado.

El toque starlette que tanto gusta en Hollywood también está presente en la campaña de Louis Vuitton otoño invierno. Faldas tubo a la rodilla, twin sets de punto en cachemir, botines de charol, bolsos de piel y la paleta de colores de Vermeer acompañando al conjunto. Una mezcla de seductora fría y de fashion victim. Y con un toque muy americano, que al parecer es el espíritu de todas las colecciones. ¡Qué se le va a hacer! El viejo continente no interesa a pesar de que es en sus alfombras rojas y son sus musas las que hacen realidad las propuestas más extravagantes de los couturiers.

De todas formas, las divas de la gran pantalla son la inspiración de esta temporada, Marlene Dietrich, Rita Hayworth, Grace Kelly, son las musas de las colecciones más sofisticadas y, no podía ser de otra manera, las espías bellas y contrabandistas del gran Hitchcock han tomado las pasarelas y en un híbrido entre Grace Kelly y Kim Novack Marc Jacobs ha convertido LV en un catwalk cinematográfico con los Golden Ages como insignia.

Este invierno no es el visón, los chaquetones de pelo de Fendi, los plumíferos de Balenciaga, el astracán que tanto gusta en Italia, ni los abrigos brocados de La Perla, los chaquetones de tweed de Chanel o las estolas y boas de piel explotada de color de Dior si no los abrigos de plumas de LV y los originales místicos de Prada. Claro que en este caso tiene un aire más de millonaria despreocupada que se ha colado en casa de su amante sobornando al portero con una sonrisa y lleva vodka y unos stilettos como accesorios para el abrigo.

Por el momento en Louis Vuitton tenemos el lujo europeo como insignia de la marca. Sofisticación, cultura, elegancia y exquisitez al más puro estilo. Una sobriedad de antaño, de damas del cine negro, de elegancia Hollywoodiense. Louis Vuitton es una marca que acompaña al poder, al lujo y al hedonismo pero, nunca de ésta manera. Por una vez todo el glamour de la Red Carpet es sustituido por el poder del Viejo Continente, el espíritu del viajar con elegancia es la máxima de Vuitton y, no cabe duda que, la colección es soberbia.