El peso de una marca es la carga del histórico. Hay grandes creadores, grandes talentos, genios, que no saben apoderarse del timón de una Maison. Ése es el caso de Ghesquiére, él es como un niño en una pastelería en la que no hay nadie pero con los anaqueles llenos de dulces. Se deleita, prueba, experimenta y gana. Carine Roitfeld le adora, Wintour le tolera y le aplaude, las demás editoriales cuentan con su presencia y en todos los delirios que se precie está él, presente como nadie, multiculturalismo, tribus urbanas, imágenes y prendas totalmente reconocibles bajo el sello Balenciaga. Pero el problema es que, a pesar de que es muy creativo, inconformista, ha creado un grupo de chicas it y se debate entre Europa y USA, no sigue los cánones de la marca. En sus colecciones no hay un ápice del estilo de Cristóbal Balenciaga, no hay damas hay, una generación metálica de frívolas fashion victims; no hay allure, ni encanto hay, comercialidad; no hay un leit motiv, hay una estrategia. Está claro que Nicolas Ghesquiére ha venido para quedarse pero, ¿Ocurre siempre? No, jamás.
Es un año triste y alegre al mismo tiempo. Se buscan genios, se consiguen talentos, se despiden ineptos. Ésa es la línea comercial de casi todas las marcas. Comenzamos con un mito de la Costura, Gianfranco Ferré, el arquitecto de la moda quien, falleció recientemente dejándonos tras de sí un legado en Dior en el que la arquitectura se combinaba con la soberbia y las top models altivas e imponentes; en su propia firma, un vocabulario geométrico y escultural que hacía tiempo que nadie oía hablar de él, quizás, el último reparo fue gracias a Julia Roberts que, decidió ser su imagen y convertirse en una Americana de Vacaciones En Roma… Ahora su marca está desolada, ¿Quién la rescatará del olvido? El que lo haga tiene, desde luego, una marca con un recorrido inexistente pero que marca el canon que debe seguir con fuerza.
Chloé, dramática despedida de Phoebe Philo y, dos años después, aparece Paulo Melim que apuesta por la modernidad. Ha llegado y ha cambiado, ha dejado de mirar al pasado y de centrarse en la marca de “la historia de muchas historias” para, mirar al presente. Lo constato, tiene tirón pero necesita aprender. Tiene toques magistrales, muy bien el naranja frío, muy bien el guiño a las grotescas Dr Martens, elegantes las líneas simples que no minimal y, un buen esquema financiero a sus espaldas. Tiene propuestas acertadas para el futuro, no mirar más al pasado ni refugiarse en el vintage, tampoco recurrir a un futuro frío y metálico. Mirar al presente. Aunque para muchos, él, se separa del espíritu de Chloé y le falta ritmo que imponer a sus creaciones, lo cierto es que, sus cifras venden y la marca le respalda.
Ahora soplan nuevos aires para Ferragamo, Graeme Black se despide por segunda y definitiva vez. A pesar de que la marca ha conseguido aparecer y reaparecer en las revistas como una de las marcas en alza, creen que el aire 40s no es suficiente y pretenden volver a entrar en el circuito cerrado de las marcas it. Necesitan celebrities, socialités, modelos y, editoriales. Y lo quieren ya, no quieren una presencia descafeinada en las reviews de tendencias si no un giro radical, imitando a Balenciaga, para sus prendas, para la marca. ¿Sucesor? Aún no se sabe pero, lo más seguro es que sea alguien de dentro, conocedor del histórico pero sabedor de las nuevas tendencias. Aunque no será hasta el próximo invierno, lo que sí se sabe es que, los cambios en la firma van a ser constantes.
Peter Dundas se despide de Ungaro. Maison tocada por la desgracia, van tres sucesores en menos de diez años y, ninguno de ellos la consiguió hacer aparecer como una de las maisons its. No consiguieron adueñarse del histórico aunando tradición e innovación, no consiguieron mejorar las ventas, presencia en celebrities ni editoriales, ni modernizar la herencia de la marca. Los rumores apuntan a que, el responsable del pret a porter masculino, Frank Boclet será el sucesor pero, ¿Mejorará en algo la situación? Seguro que no pero, al menos, producirá algún ajetreo en la prensa, un par de titulares, algunas especulaciones y declaraciones.
Pero, aún hay más preguntas. El año pasado, cuando Rochas cerró y Olivier Theyskens estaba a la caza y captura de una maison en la que imprimir su arte nostálgico y bucólico al estilo gótico. La encontró: Nina Ricci, encontró musa: Reese Witherspoon, encontró color: el amarillo, encontró editoriales y portadas. El tema no es ése, uno de los nombres que se barajó fue el de Oscar De La Renta, el eterno enamorado de la americana pura, diva, y rubia. El esquema de su mujer es sencillo, en verano, le inspira el chic francés y una mezcla de vestidos de cóctel y noche playera; en invierno, el leopardo, el negro, el terciopelo y, sofisticación educada y comedida. ¿Sucesor? Aún no, ni encontrado ni buscado pero sí en proyecto. Quizás como diseñadora Eliza Reed Bolen, hija de la esposa de Oscar, que ya forma parte del equipo creativo. O sea, ella se encargará de la casa y, otros del diseño pero, ella será la Donatella americana.
Luego tenemos la línea de los “enchufados”, léase: bien relacionados, con un apellido y de moda. Aquí entra Roberta Armani con su tío y afincada como la próxima Donatella Versace: gran equipo de asesores y su firma. Luego, Cavalli, Eva Cavalli como hijísima del diseñador y, en algún modo, futura heredera del imperio Cavalli. Hay que contar con, Carolina Adriana Herrera, indudablemente posicionada como futura creativa del imperio de la blusa blanca y el vestido de cóctel estampado. No cabe duda de que los sucesores son una tendencia en alza, tenemos a Vogue USA y a Vogue Paris como emblemas del madre-hija con Bee Shafer y, Julia Restoin Roitfeld como alumnas aventajadas.
No me extraña nada que Valentino no piense siquiera en retirarse…
8 comentarios:
La verdad es que hay mucho movimiento en las maisons últimamente, y muchos rumores... buscar un sucesor no es tarea fácil, puese suponer el éxito o el declive de una casa. Bueno, como ves ya he vuelto despues de unas vacaciones que me hacían mucha falta. Ahora con las pilas cargadas todo es mucho mejor!!
Besitos y felicidades por el post, que como siempre, es fantástico!
Srta a: gracias. Espero que las vacaciones hayan sido buenas. Pero me alegro de tenerte de nuevo entre nosotros. Lo cierto es que cada vez hay más movimiento, más dudas y rumors y menos diseñadores fijos. !Qué viva el trajín!
Besos
Valentino y chanel son las unicas en la mira, las demas van y vienen, pero en unos 5 años las cosas seran muy diferentes...
Todo lo que sube tiene que bajar, y lo que un día es in al otro out... Estos dichos ciertamente tienen su significado potente en el mundo de la moda...
No se muy bien qué pensar de Ghesquiére. Hay veces que Balenciaga saca prendas con las que alucino, otras llegan incluso a convertirse en must have como es el caso presente de la archiconocida palestina y las chaquetas tipo montar a caballo que propone para este invierno.
Pero hay otras veces que se excede, para mi gusto claro, como es el caso de los botines peep-toes o los leggins dorados recientemente sacados.
No se es una mezcla de sí pero no.
Aunque tiene a su favor la aceptación de muchas celebrities que son noticia prácticamente a diario como las Olsen o VBeckham.
De momento para mi el mejor es Galliano. Sus colecciones son atrevidas e inolvidables.
Besos
Eduardo. En cinco años van a cambiar muchísimas cosas... Ya lo veremos. Y veremos como la permanencia en una marca se resume en el trabajo que hagas y no en lo afincado que estés... Besos
Aretha. Ha pasado con todos, Chanel tras irse Coco no valía nada, Cerruti en los 80s era una nimiedad y en los 90s estilo hecho marca, Gucci se turnó para ser casa it, casa out... Besos
Thesil. Ghesuqiére se entretiene en la pasarela y sus delirios tienen ese problema. O no valen nada o son magníficos...
Yo también me quedo con John... Muas
Oh, me alegro que alguien piense lo mismo que yo (o, mejor dicho, que lo exprese): que Ghesquiére no sigue los cánones de Balenciaga. Según leí, le daba igual éste, su historia, sus orígenes y demás...
A mí Ghesquére no me gusta. Balenciaga, sí.
Ciao!
Abril. A mí Ghesquiére me parece un genio pero no en Balenciaga. Una marca ya creada es un libro con su propio índice, su clientela, su taileur, su histórico. En una firma mítica uno no puede jugar a Dios...
Ghesquiére es uno de los grandes pero, no sabe manejarse.
Besos
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