Cool & Chic

En mi oda a la moda, al lujo, al glamour y a la elegancia no han faltado los momentos de tristeza y alegría, de emoción y de lamentos, de consumismo y victimismo pero, todo me ha servido para entender que la moda es el gran engranaje que mueve al mundo. La imagen personal es decisiva y necesaria para estar completo y preparado ante un mundo en el que la imagen externa es crucial. La moda es una bandera que enarbolar y la elegancia, el encanto que mueve al mundo. Al principio la moda era el símbolo del status social y la belleza el placer efímero reservado a las diosas pero, a medida que la Humanidad se desarrollaba, la moda y la belleza se convertían en los atributos femeninos por excelencia hasta tal punto que a Afrodita, diosa de la belleza, se la representaba desnuda y sólo cubierta con unas sandalias. La moda ha tenido un significado erótico, fetichista, reservado pero público y global. La primera fashionista y fashion victim fue Maria Antonieta, murió por la moda, y con ella la opulencia y el lujo, el peinado, el rococó y el exceso se convirtieron en asuntos de estado y no en frivolidades. Hollywood y el American Way Of Life fueron los grandes impulsores de la moda cuando el corsé se había desvanecido de un mundo cegado por la crinolina y con Paris como epicentro del mundo de la moda. Llegaron ellas, las estrellas de la meca del cine y con ellas, las tendencias y los universos de la elegancia, el savoir faire y el allure femenino.

La historia de la moda se remonta tan atrás como el vestir y siempre ha estado unida al poder desde tiempos sempiternos. Las mujeres padecieron los yugos de la moda con el corsé y el polisón o el miriñaque llegando a un punto en el que el respirar era un anhelo fantasioso para la mujer de la Alta Sociedad. La Revolución Francesa lo fue también para la moda y ella su espíritu fugaz, Francia siempre ha sido el centro de la elegancia y el refinamiento y la cuna de los más grandes artistas. Pero el término diseñador está acuñado recientemente, tanto que, no se sabía su lugar en la sociedad: los aristócratas van a la farola, la horca, y el pueblo por pan pero ¿Y los maestros de la Aguja? Obviamente al servicio de madame Déficit…

Los diseñadores más importantes de la historia fueron tiranos como Worth que querían acceder al status de sus clientas, visionarios como Poiret que impregnados por el ballet de Sherezade tiñeron al mundo de extravagancia, femmes fatales como Coco Chanel que hizo icónico el color del luto, mágico el audaz camisero y se convirtió en la estrella fulgurante de un mundo que moría por su sello: Coco Chanel mientras que la otra mitad de la Haute Societé buscaba desesperadamente los diseños de Schiapparelli, su gran rival, para tomar el sol en la Riviera con sus extravagantes sombreros hasta que la burbuja explotó para las Cenicientas de la moda y Hitler, Mussolinni y Franco adelantaron el reloj a las doce para las femmes del mundo y ellas y la moda sufrieron los delirios de los nazis y las restricciones de la Guerra.

Los años cuarenta fueron los años de la Audacia de la moda. Aquellas devotas del glamour tuvieron que sustituir las medias de seda o naylon por costuras de lápiz de labios y, los amplios tocados y sombreros por recogidos. Ya proclamaba Vogue: “Tendrá menos ropa porque no tendrá ni tiempo ni dinero para esas distracciones”. Pero, como en los cuentos de hadas, el príncipe rescató a la Bella Durmiente del letargo y, así fue como Christian Dior fue tachado de antipatriótico con la regresión al corsé, al gasto desmesurado de tela, al lujo con el New Look de la cintura ceñida y las faldas exageradas hasta proporciones caricaturescas. Con Monsieur Dior, dios de la elegancia parisina, la moda renació y, los grandes grupos empresariales vieron en el mundo de la moda el otro pecad terrenal o, la última fuente de ingresos. Así la moda se unió a los negocios y, al mismo tiempo, a la Haute Couture como una pasarela.

Con un mundo nuevo, el estilo era también nuevo. Los años cincuenta marcaron la liberación adolescente, un nuevo reino consumista se abría a la moda y el espíritu libre del adolescente revolucionó a un mundo en el que las subculturas hacían mella. Los años cincuenta han inspirado la moda en cientos de ocasiones y, además se han convertido en uno de los referentes actuales en los que el cánon de Marilyn Monroe como la rubia que se divierte más se ve representado por “amplios” segmentos, de herederas entre otros, en la población. Los 50´s son, sin lugar a dudas mi década…

Los 60´s están marcados por Yves Saint Laurent, y los minis y mods en los que Mary Quant arrasaba con la minifalda y Twiggy era la reina de las modelos marcando los cánones de belleza, famélicos, del presente. Pierre Cardin hacía de las suyas en el mundo de la moda y diversificaba su nombre a todos los productos que se le ocurrían, bebía café en tazas Cardin y fumaba cigarrillos Cardin, pero los años de la margarita son los tiempos de Jackie Kennedy-Onassis y el glamour de las gafas de carey o los años de la Princesa Grace Kelly. Claro que la moda también sufría golpes en esta época en la que las mujeres combatían el brassiere y reclamaban una moda unisex basada en el poder de la margarita. Si algo tiene la moda, es que es una necesidad que empieza donde acaba la necesidad y eso, es amparo del capitalismo se mire como se mire…

Los 80´s son el tiempo del dinero en grandes cantidades. La religión de la época es la fama, la riqueza y el poder y la moda los transmite. Son los tiempos de Studio 54, de Andy Warhol, de las fiestas locas. El lujo deslumbrante de Dinastía define el glamour de los ochenta. Lagerfeld añade a Chanel todo lo que Mademoiselle quitó y extrapola las cadenas, el logo, el dorado… Ésta década incorpora años de confusión ¿Quién influye a quién? ¿La calle a la Haute Couture o viceversa? Aunque también son los años de las hombreras y de las ejecutivas con tacones-deportivas de la bolsa de Nueva York. Lady Di es la femme de este período influido por la Tess de Armas de Mujer con sus grandes hombreras y cortes estructurados. Pero la moda evoluciona a cuerpos perfectos y tendencias antagonistas.

Los 90´s son la batalla por las marcas. El logo devora la moda, las firmas son al vida y, también son los años del escándalo desde McQueen a Galliano en Dior. La moda entra en una época de pluralismo y de enfants terribles como diseñadores de las firmas de moda. Niños malos que juegan con los escotes, las proporciones y los colores y que se vuelven caprichosos. La máxima de la mujer no es la elegancia. ¡Es el lujo! En estos años se acuñan dos de los grandes, Versace que viste a las mujeres como a putas salidas de un burdel y que cae en lo grotesco, lo vulgar pero esa es su meta puesto que él mismo afirma que se inspira en los burdeles para su pasarela y Karl Lagerfeld que aburrido de hacer siempre lo mismo en Chanel se convierte en el temido Kaiser de la moda luchando en el mundo para perder 40 kilos, plausible, y cubriendo a las mujeres con logos Chanel. “Las señoras visten de Chanel, las amantes de Versace” y, nada más lejos de la verdad. Ahora, todos los diseñadores tienen un público que reclama voraz las tendencias. Esta es la época de las top models, las chicas vitamina o las top bombón como Claudia y es que, ella y Chanel hicieron moda.

El presente es una época de leyenda. Amamos el vintage, reclamamos innovación y nos deleita la Costura pero al mismo tiempo, el exclusivismo lujoso de las grandes firmas se opone con la democratización de la moda que ha dejado de ser propiedad de la Clase Alta y forma parte del pueblo. Las tops de los 90´s han dado paso a famélicas mujercitas representadas en Kate-Cocaine-Moss que ha despertado polémicas por su talla y estilo de vida. Los aniversarios se han agolpado, los más grandes han celebrado por todo lo alto la grandeza de sus firmas: Dior y su doble aniversario, Valentino y sus 45 años con la prepotencia del Divo del “puedo diseñar eternamente” y, Cool&Chic que, cumple su primer año de vida como referente del lujo, el glamour y la elegancia. Ahora las celebrities son las estrellas del Hollywood re los 20´s, las estrellas de Hollywood son modelos de grandes firmas, las modelos famélicas, Moss, o femeninas, Gisele, son seguidas por su vida y no por sus obras y los couturiers, antaño olvidados, son más famosos que sus creaciones.

Cool & Chic es uno de los ejemplos de la moda de hoy. Si antes la cabeza de la moda era Vogue con un Diablo como guarda y custodio ahora los blog han llegado al más alto eslabón de la moda. Profesionales, modelos, anónimos y fashion victims se encargan de la otra esencia de la moda. Más actual, más digital, más conceptual. Recorren inagotables la calle en busca de tendencias, comentan los actos extremos de las celebrities, admiran el trabajo de diseñadores nóveles, dan su punto de vista a la moda tradicional o conceptual, son el noticiero de la moda, imprimen savoir faire a la moda y al mundo salvándolo en un delirio real o, entre otros, codician las maravillas de las grandes firmas al servicio de la Baja Costura dando su punto de vista a la moda racional o no del momento.

Yo no sé que deparará el futuro, pero la moda tiene un papel importante en el mundo. El ritmo de los sucesores a los maestros de la Haute Couture hacen que las tendencias se precipiten y quemen aunque, a la vez que Tom Ford desnuda, Galliano cubre. Auguro la vuelta de las tops con Claudia como efigie, presagio la rutilante afirmación de la Baja Costura pero la continuidad del deseo del lujo, la presencia de blogs como quintaesencia de la moda, las vistas al pasado y la moda como publicidad. También veo a Cool&Chic como centro de la elegancia y a la buena educación y la elegancia en todos los campos como una promesa inalienable y como una necesidad, no un derecho ni un privilegio. La moda no tiene nombre propio si no nombre global y cada vez más en el futuro. Sea como sea, la moda es eterna, como Claudia y, con ella, el buen gusto.

Ante todo, me gustaría agradecer las 130.000 visitas del blog, los links de todos aquellos que Cool&Chic ha dejado prendados, los comments a los reviews y las interesantes opiniones. También agradezco la acogida y la amistad que he hecho con muchos bloggers, y la continuidad de espacios magníficos online. Espero que el futuro sea aún mejor, merci! Y, decir que jamás podría escoger una mujer como ejemplo de la elegancia pero, aparte de mi, Claudia Schiffer por ser moda y no musa, Moss por romper cánones y barreras, Grace Kelly y Jackie Kennedy por su glamour de antaño, Audrey por su sencillez y elegancia y, tantas otras que siempre nos han deleitado y, por supuesto, lo seguirán haciendo. La elegancia tiene nombre de mujer, está tejida por hombres y atada por grandes marcas.

Sinceramente, ¡gracias!

Holly Golightly