Un estilo de vestir que ha impregnado la moda y una actitud: la elegancia. Un estilo muy cotizado por muchos diseñadores y, casualidad, el look de la todopoderosa custodia de Vogue: Anna Wintour quien ha profesionalizado su imagen convirtiéndola en tendencia. Hace unos años Gucci inspiró su campaña en su corte de pelo, Devil Wears Prada ha sido un tributo a la más odiada y temida del mundo editorial y de la moda. El estilo de Anna Wintour ha sido la “última” inspiración para una rotunda Carine Roitfeld que ha exagerado su estilo hasta convertirse en su contraria víctima de la moda, tirana de las tendencias, caricaturesca en la forma y siempre aunando un savoir faire ecléctico en pos de la elegancia. Pero Carine ha decidido rendirla un particular homenaje, piel a grandes rasgos en el reportaje, su color y estilo de pelo, sus incondicionales gafas de sol, faldas a la rodilla y stilettos. ¿Homenaje o Crítica? Aunque la opción de editorial fácil también está vigente…
El reportaje está plagado de guiños y es que parece que
se llevan las editoriales con humor a juzgar por lo que estamos viendo estos días pero, entre los guiños absolutamente reconocibles, Carine Roitfeld ha escogido compaginar la crítica-sátira-¿homenaje? con el estilo de la temporada cubriendo la editorial con prendas de rabiosa actualidad y, bueno… Faldas plisadas a la rodilla con chaquetones de piel y camisetas lisas con detalles en el falso escote o con lazadas a la cintura o blusas vintage. Wintour se ha decidido por un estilo muy neoyorkino y Carine ha combinado esa seriedad de Anna con el estilo 40´s que tantas pasarelas ha conquistado este otoño invierno.
Un estilo americano y actual al mismo tiempo amparado en Oscar De La Renta, Armani, Carolina Herrera, Manolo, Jimmy Choo, accesorios LV, prendas de Marc Jacobs y, Chanel o Valentino. Para la noche escoge vestidos rectos con flores estampadas o, diseños largos con drapeados y caída en seda salvaje. Sus marcas de cabecera para la noche son Chanel y Dior, las maisons por excelencia y, para actos solemnes como los catwalk o los photoshoots prefiere escoger el American Style, faldas a la rodilla con pliegues o estampadas, camisetas ceñidas con lazadas o con escote redondo, o blusas con manga farol. Los trajes Chanel en tweed con el clásico ribete en piel y perlas son su perdición junto con stilettos o sandalias y, guantes. Austera en las joyas y en los complementos excepto, obviamente, sus maxigafas selladas siempre por las mejores marcas de moda. Este año la pasarela se ha teñido de pieles, del espíritu de la Wintour y de faldas a la rodilla además de los estampados neoyorkinos por excelencia.
Los abrigos apasionan a Anna Wintour, y este año puede escoger entre abrigos brocados de Cavalli, De La Renta o CH; adamascados de La Perla o en chinchilla de Prada. Chaquetones de Fendi en piel y pelo, abrigos de colores de Dior, piel en estolas de Armani… Las maxigafas se han convertido en tendencia y todas las chicas it temen el carácter de Nuclear Wintour como también ha sido apodada. Pero yo no creo que ella se merezca esto, de hecho, su rivalidad con Roitfeld siempre ha estado patente y no lo va a dejar de estar tras este reportaje que aunque no la caricaturiza es fácilmente reconocible y tampoco pone punto y final a una Guerra Fría. Wintour es frágil y Roitfeld es una diva pero al final ella es la que tiene un film, un libro y tantas apariciones y amigos como enemigos y, de ambos tiene profusión. Carine siempre se ha contado entre sus enemigos y ésta editorial confirma las sospechas, no es un homenaje porque más bien tiene un sin sabor de crítica. ¿Contestará la audaz Wintour con un reportaje al contrario?
Inconformista Anna y muy perfeccionista ante todo es la editora de Vogue USA. Muy habitual es verla en el Front Row cruzada de brazos y forzando el gesto esperando a una (In)competente ayudante en busca del Perrier perdido. En este caso Anna luce su inseparable reloj de muñeca, porque ya se sabe que es mítico que no pasa más de cuarto de hora en una fiesta y un collar de cuentas en tonos rojizos con tee a juego. El abrigo es, por supuesto, de piel y es que ella les luce a cientos pero en este caso, entre otros tenemos a Anna Wintour con un toque de maquillaje muy ligero como en Vogue gusta en los tonos mate de Pat McGraw.
Este es uno de los looks estrella de Anna, primero lleva la indiscutible chaqueta Chanel bordada, rematada, deshilachada y con costuras impecables que ha convertido en su sello y como permiso de excedencia respaldada bajo el sello Chanel. Por otro lado luce una falda de raso a la rodilla, of course, en degradé de azules combinada con una cartera de mano y tacón. Estos looks la convierten en un referente de estilo y ejemplifican su savoir faire adecuado a su edad y status.
Muchos de los estilismos del reportaje están sacados directamente del armario de Anna y de los looks que luce en los catwalks porque los vestidos de seda oriental con estampados florales e impresos en un tono brillante son su especialidad en la pasarela parisina y siempre combinados con su perpetua piel, sus gafas de sol y su collar de una hebra alineado a la caja del cuello. A la propia Wintour la hemos podido ver con lienzos plasmados sobre los diseños combinados con estolas de piel oscura o moteada y altos salones.
Este diseño le ha llevado Anna combinado con un abrigo gris que voila! era exacto al de la imagen. La pashmina también se ha encontrado entre sus haberes, y exactamente igual anudada como en una época en la que The Sartorialist reunió fotos de la pashminización tras el viaje improbable de Gwyneth Paltrow al Tíbet en busca del chal it. Las gafas son un complemento, y obsesión de Anna por lo que no es de extrañar que aparezcan con profusión. De hecho, aunque el editorial no declara abiertamente que sea un Wintour icónico el repaso a sus looks es tan obvio como descarado sacando directamente la inspiración de las salidas de Anna.
Pero Carine se ha encontrado con un problema y es que la editorial, muy espectacular entre otras cosas por su simplicidad, elegancia, y naturalidad forzada tiene el problema del plagio. Carine no reproduce el estilismo de Anna si no que sencillamente le plagia y le plasma en una imagen con su esencia. Todos saben y conocen los clichés de Anna: Chanel, De La Renta y Dior como los constituyentes de su armario básico, chaquetones y abrigos de piel para el invierno, botas con falda a la rodilla, estampados de flores, cóctel años 50´s para la noche, maxigafas, pashminas y bufandas de mohair y ante y el eterno stiletto. Pero, inspiración no es copia y, hay despistes o fallos tan grandes cómo diseños que la propia Wintour ha lucido y looks que ha repetido y explotado hasta la saciedad. ¿Ejemplos? A cientos…
El chaquetón tres cuartos en piel gris de Armani que luce Anna en la primera imagen ya le ha lucido en diferentes ocasiones combinado con falda gris a la rodilla o con vestidos estampados. La imagen tiene tal dualidad que las gafas tienen el mismo diseño y, también luce complementos, el reloj, idénticos. Este abrigo gris es uno de los más repetidos en el vestuario de la opulenta Wintour y de hecho, le ha llevado a más de seis catwalks diferentes el de Chanel y el de Oscar de La Renta entre otros y, además se ha dejado fotografiar con él en fiestas privadas y cócteles de Vogue. Un fallo de los grandes.
Tampoco es un secreto que el Kaiser y Anna tienen una conexión muy especial y que ella siempre que puede luce un complemento de Chanel, ya sean gafas o pañuelos o zapatos y, en infinidad de ocasiones ha lucido la Haute Couture del kaiser en las galas del Metropolitan, en eventos relacionados con aniversarios de firmas de moda y en desfiles. Los totally looks de la Haute Couture también la han cubierto en los desfiles de Chanel en los que acude bien abrigada por lo cuellos y puños ribeteados del kaiser y haciendo gala de un despliegue de los trajes de chaqueta del káiser. Nada nuevo Carine, nada nuevo….
La cuarta imagen de “Anna” es de un look en piel de leopardo con detalles de pelo y pashmina. No es exacto el estilo de la editora pero el leopardo se encuentra entre sus estampados favoritos para los abrigos firmados por De la Renta y, nunca ha tenido reparo en las pieles de colores atrevidos como podemos ver en la imagen del abrigo bicolor de piel tornasolada. La pashmina es un complemento que luce con profusión y, las grandes solapas siempre se convierten en pechera como en el editorial.
En la sexta imagen del reportaje podemos ver el look formado por chaqueta y falda tornasolada muy llamativa. La falda también estaba presente en el armario de Anna en tonos verde y con estampados orientales entremezclados con franjas oliva. Cazadora y superposiciones con sandalias trenzadas como en el editorial. También podemos ver cómo la falda de raso a la rodilla es uno de los conjuntos it de la directora de Vogue USA combinado con una camiseta sencilla y un collar de cuentas. E incluso con estampados más arrolladores como los felinos de Prada.
Hablando de prendas y estilismos idénticos podemos ver cómo Wintour ya ha lucido esa chaqueta de astracán bicolor con solapas anchas de pelo en tonos marrones y combina, con un vestido de raso en tonos rojizos con estampado floral y collar de corte redondo a la caja del cuello. ¿Casualidad? Demasiada además teniendo en cuenta que la piel con vestido de raso es una de las combinaciones estrella de Anna podemos ver otro look muy manido.
En la última imagen del editorial podemos ver cómo ¡oh casualidad! el vestido en blanco con detalles geométrico optical art en negro ya le ha llevado Anna y, en tres ocasiones nada menos. El abrigo de piel en tonos gris de pelo amplio vuelve a estar presente en el editorial pero también en el look de Anna, ¿otra casualidad? que le luce con un collar de dos vueltas en tonos púrpura. La pashmina gris anudada al cuello cayendo sobre el look de Anna no es una novedad y, la editora más temida la ha lucido en infinidad de ocasiones.
Carine Roitfeld la ha dedicado el número de agosto a Anna Wintour, y en él ha incluido un reportaje en el que la modelo es Snejana y hace gala de un look no similar, ni siquiera parecido si no una réplica del charme o del savoir faire de Anna Wintour. Pero que el peinado y las sempiternas gafas de sol de Anna estén en un reportaje impregnado del estilo de la directora no la convierte en ella misma si no que es ella, Anna porque los estilismos de Carine son exactamente réplicas de los abrigos de piel de Anna, de las faldas a la rodilla del peculiar diablo, de los Chanel de la editora más temida. Las poses de "Anna" también están copiadas ya que en casi la totalidad de sus imágenes se halla en los asientos del front row...Pero, ¿es esto una editorial? ¿O una lograda copia del look de Anna? Si lugar a dudas, Anna gana la batalla a Carine y, como buena enemiga, siempre gana. ¿Tendremos estilo Roitfeld en Vogue USA? Hagan sus apuestas…