jueves, septiembre 22, 2011

Burberry, Un Verano Inglés


Semana de la moda de Londres, desfiles para el verano de 2012 y Burberry (´s). Bailey está exultante. En un par de años ha logrado sacudir a la marca de todo su rancio abolengo y hacerla deseable para las jovencitas trendsetters. Sin embargo, Burberry sigue manteniendo también ese lado innegablemente inglés de rosas en la mansión de campo, troncos ardiendo en la chimenea y ponche de huevo en Navidad.


Lo bueno de la colección de Burberry es que se deja de delirios de grandeza y de cosas absurdas que les da a los diseñadores por querer hacer, leáse convertir la marca de gabardinas en una de trajes de noche o leáse prohibir a cierta tribu urbana, completamente alejada del cánon estético de la marca, usar sus complementos. Bailey retoma la tela de gabardina y la revisa y la actualiza. Algo como lo que hacía Ghesquiére en Balenciaga con sus glamoamazonas de los 60s que parecían flores de loto tecnológicas -o sea, antes de que se le fuese la pinza con la construcción-deconstrucción y los cortes por láser-.

Bailey hace gabardinas más ajustadas, que podría llevar Twiggy en un arrebato de genialidad y con las que Viviane Westwood podría correrse una buena juerga con los Sex Pistols sin desentonar un ápice. Por otro lado, la marca sigue sonando con su verano sombrío y lluvioso a escapadas por el campo con botas de agua de color verde loden salpicadas de barro -eso sí, con un vestido blanco inmaculado digno de Jane Austen- y a trencas y gabardinitas beige que cortan el viento húmedo y permiten correr por la playa, hacer el amor y ser feliz mientras llueve.


La pieza mítica de la firma, la gabardina, se renueva. Pero de verdad. Son las prendas las que han cambiado porque las chicas siguen siendo las mismas: quieren correr, quieren jugar, quieren gustar a su novio, poder mancharse un poco y salir de fiesta a un pub a tomar algo en la hora feliz. Quieren ser rosas inglesas con pétalos de gabardina, y también quieren ser simplemente chicas más allá de la ropa.

Son bonitas las declaraciones de intenciones. Tanto como las tradiciones. Tanto como las viejas cosas nuevas. Es nuevo y hay nostalgia... !tan honesto!

4 comentarios:

Jane dijo...

Hola, hay cosas preciosas, besos

Holly Golightly dijo...

Jane. Un saludo

Anónimo dijo...

Los zapatos son carne de edito

Holly Golightly dijo...

Maika. Totalmente. Un saludo