Los años cincuenta representan en la mente de casi toda la humanidad una década ideal en la que las tensiones entre los sexos eran menos palpables pues la identidad que se dibujaba en el rol que cada persona tomaba era más clara y carecía de la multiplicidad actual. Las mujeres eran femeninas y los hombres respetados cabeza de familia con vaso de Bourbon y jazz por las noches. La familia era un ente que demostraba la unidad y el compromiso social de la humanidad con la ética y la religiosidad y los valores tradicionales de trabajo, dignidad, religiosidad y esfuerzo estaban implantados en el seno de una sociedad definida por unos ideales y encaminada a conseguir unos objetivos. Que luego las cosas no eran así, es evidente. Pero eso no importa demasiado en lo que Jung denominaría Inconsciente Colectivo que, al fin y al cabo, es lo que nos trae aquí.
Jung no habló exactamente de si eso de la idea mental arquetípica común incluía jaretas, ramilletes de flores y tarta de manzana en el alféizar enfríandose pero, lo importante está ahí. O sea, el pilar base, el ladrillo maestro, la clave de la obra tiene ese discreto encanto burgués de los cincuenta, se encuentra en cada una de las ideas desarrolladas a partir de ese concepto básico.
Sensibilidad, romanticismo y clases sociales. Golf, faldas con vuelos, pic nics, ir al cine vestido de gala y a la Ópera aún más arreglado, damas con guantes hasta el codo y langosta con champagne. Los años cincuenta, probablemente, son la década más manida dentro del mundo de la moda. Pero siguen gustando. ¿Y por qué? Pues porque somos contradictorios.
Las mujeres quieren ser independientes, libres, felices -¿?- y sexies pero luego mantienen en su mente el ideal de los cincuenta. Machista, humo y ligueros. Los hombres quieren ser, bueno, los hombres siempre han querido ser como los cincuenta. Jefazos con secretarias con faldas que enseñan culos prietos y tetas marcadas. El pintalabios rojo y la lista de amantes es opcional.
Y, es que, al fin y al cabo...
No tengo nada en contra de los ideales. ¿Y quién lo tiene?
18 comentarios:
Loewe es bastante recomendable.
Los ideales están bien siempre y cuando no vengan impuestos.
XXX Holly ;)
el cine de los años 50 es lo que tenía que volver..
el cine de los años 50 es lo que tenía que volver..
Pau. Un beso
Jordim. Un beso
tu blog cada vez mola más
sigue así holly
Anónimo. Gracias
Me gustan mucho estas crónica pero no te parece un poco oscura la paleta de colores para ser verano?
Ni Loewe escapa de enseñar la ropa interior...
hay propuestas preciosas, y tan femenianas... un beso
En un mundo tan aristotelico es lindo tener ideales y ser un poco platonico, lo unico es que a veces hay que distinguir la linea de lo personal y lo colectivo!
Grandes tus palabras! Besos
Sur. Gracias. Un beso
Di. El sexo vende. Un beso
Gala. Un beso
Luciana. Un placer
En mi último post he puesto un link a tu artículo de voguettes que me pareció genial, espero que te guste y no te importe.
Belle Vie en Hola.com
Bes
Natalia
Natalia. No me molesta. !Cómo iba a molestarme! Un beso
me parece que algunas cosas son inspiradas en miuccia...la combinacion de orange con beige, el sport plastico de las viseras mmmm, nose, es muy prada..
que pensas holly?
Micaela
Micaela. Me recuerda enormemente al verano 03 de Louis Vuitton, aquel de las bolsas años 50 y las diademas con flores en el pelo. Y a una colección de Prada, con Marina Pérez, con maletas, viseras y color beige y piedra. Es una mezcla entre ambas. Un beso
A mí me recuerda a Vuitton verano 01 y otro poco a Vuitton verano 03. Y un pelín de la colección Prada que citas. Pero a la vez le veo mucha entidad. Esa napa en marrón clarito me parece una locura, me encanta.
Sr Q. Yo he hechado de menos accesorios. Muchos accesorios. Un beso
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