Wanna Be

Lo reconozco. No todo son engendros de Vattimo. Pues claro, hombre. Doy marcha atrás. También hay engendros de Vattimo fuera del mundo del fotolog. No se creen Richard Avedon ni Cory Kennedy o, algunos puede que sí. Juegan al juego del clon. “Mira mi falda de Prada” “Mira mi bolso de Vuitton” “Mira mi vestido de Stella McCartney” “Mira mi americana de Balenciaga”. Sí, vale. Luego reconocen que es de Zara. “O sea, es de Zara pero es que es un clon-clon” Ahm. Ya. Queridos, norma número, el estatus no se compra. La inteligencia, tampoco.

Yo quiero ser. Quiero un mundo ideal. Quiero ser. Soy. Quiero ser famoso, soy famoso. Tengo blog. Ya sólo nos-les falta un canal en Youtube. ¿Quién le pone el cascabel al gato? Todos o nadie. Criticar es divertidísimo y, además, barato. ¿Quién ha dado libertad a todas esas fashion victims de pacotilla? Querida, eres una farsante. Si quieres otra vida, una falda larga y un pañuelo al cuello no te convierten en hippie. Como mucho, en idiota. Lo sé, he abandonado mi tranquila conversación y nostalgia de diván de color miel por una prosa más cargada y más densa. No me preocupa, el tiempo dirá si este giro es definitivo o si no lo es. A mí me gusta más que el otro aire, es más puro. Más cargado. Más café negro que au lait.

El fenómeno wanna be no es un nuevo, sí, todo está inventado. No es nuevo nada y a nadie le importa. Claudia Schiffer comparte espacio con Kate Moss, Alexander McQueen con Giles Deacon y, Vivienne Westwood con Anna Wintour. Todo está hecho pero, tranquilos, ustedes aún pueden hacer mucho. O no. Ya saben, tenía que ponerlo. Tiene un halo vil, un toque malévolo y cruel pero, la crueldad también está sobrevalorada. C´est la vie. Es lo que tiene ser de clase media que, nunca será alta ni baja. Un concepto gris.

Wanna Be, ahora se venden 2.55 a precio, digamos, módico. Si no, Karl Lagerfeld va a hacer una línea de vaqueros y, Alber Elbaz también. Aunque, claro, nunca será un tailleur de Chanel. Más que nada, porque no tiene etiqueta. Sinceramente, lo que cuestan los vaqueros puedes invertirlo en cultura. Porque Londres es algo más que una caja de ruidos y que cuatroidiotasconpseudónimo que surcan Internet. Ya sé, ya sé. Rezuma clasicismo ,elitismo, proselitismo, estupidez y mediocridad. Mis textos claro. ¿Y qué? Si yo fuera humilde, comedida, reservada, íntima y hablara de lo que todos hablan ¿me leerían?

La verdadera elección de la vida es muy, muy, sencilla y a la vez muy, muy complicada. Quiero ser contra Soy. Yo, escogí ser. Por eso me da lo mismo si me consideras una diosa o un engendro. Por eso me da lo mismo que alguien me diga que “porque estés renegada y amargada y luego tener tanta rabia, venganza o lo que sea contra la vida que necesitas decir estupideces de personas que no conoces, y de llamarle a un niño fracasado.”. Di lo que quieras. A mí no me importa. Querido, la educación no se compra. ¿Verdad? Es duro pero es cierto. No te preocupes, te diré otra cosa, seguro que acabas siendo muy feliz. En serio, y no es un acuerdo de paz ni una marcha atrás. Muchos te aplaudirán en el futuro y, yo, aunque no te la creas, me alegraré. De verdad. De verdad de la buena.

Ah, un matiz. No eres un niño. No te olvides. Y, tu edad no te exime de nada. Bueno, Hacienda te exime de la declaración de la renta ¿no?. Eso es un lujo, nene. Ay, siempre habrá clases. Siempre habrá estúpidos Wanna Be y siempre habrá alguien al que le caigas mal. No es culpa tuya, es el mundo. Ese mundo que me encanta. Que es una mierda, también. Pero ¿a que es impresionante muchas veces? En fin, como conclusión y, teniendo en cuenta que el “se tú mismo” está muy manido. “Sean como yo” si lo soportan claro que, no es fácil. Pero es gratificante. Queridos, hagan lo que quieran pero, que sea lo que quieran de verdad. Háganme ese favor. Y a ti, querido mío (el de la frase en cursiva), te deseo lo mejor. De veras. Pero, no entierro el hacha de guerra. Tú empezaste.