martes, julio 01, 2008

Chanel, El Poder De Una Insignia


Chanel es Chanel y sólo Chanel. No es una evocación, no es arte y no es lirismo. Chanel es París abierto y mostrando su pasión, es la elegancia refinada y sutil, es el clasicismo más severo y el rupturismo prometedor. Es la tendencia devorada, la modernidad obsoleta, el pasado caduco, el impenetrable, el inmortal. La leyenda. Karl Lagerfeld es la cabeza pensante en Chanel, es el hombre que dirige la moda y, el único que aúna comercialidad, mundo onírico y moda a dentelladas, de esa que duele digerir, en Nueva York, París y Milán. Es el único que tiñe los visones de color melocotón, que dobla la inicial de una marca y que es amado y odiado por todos pero sobre todo temido y respetado. Karl Lagerfeld es una autoridad, con mayúsculas. El único sucesor que ha escrito el nombre de sus marcas con las letras doradas de la constancia y el buen hacer, el único creador que ha unido su historia y su figura al de una marca ya existente y el único que consigue engrandecer, si aún cabe, Chanel.


El trabajo de Karl Lagerfeld en Chanel se ha desarrollado en dos vertientes. Por un lado en el de la contemporaneidad apostando por jóvenes estrellas, creando historia aunándose con socialities, creando la cultura del logo y convirtiendo a Chanel en un icono para la juventud y, por otro, rescatando (o reinterpretando) la herencia de la casa hasta convertir una casa puntera en innovación que liberó a la mujer imponiendo un nuevo estilo en una casa basada en la tradición y el clasicismo. Él ha convertido a Chanel en el twin set de punto con collar de perlas de Park Avenue cuando Gabrielle Chanel fue una rupturista que maltrató a estrellas y a tendencias cortando o extendiendo, aplicando o riéndose.



Aún así, con sentenciar a la Casa más famosa de París a la tradición obligada y al esplendor de la maltrecha comercialidad y repetición ha conseguido crear historia. Mítico es Lagerfeld pero no se puede decir nada más de Chanel. De hecho, dicen que ya no es posible separar al hombre del mito y que, Chanel es más Lagerfeld que Gabrielle. Cuentan que los contratos de Karl son vitalicios, que cuando acabe el hombre; acaba el mito.


La mujer de Karl Lagerfeld siempre es la misma con leves variaciones. Puede estar fascinado por Amy Winehouse o declarar su amor por Nicole Kidman, puede adorar o aborrecer a Claudia Schiffer, puede tener una musa, un modelo que se repite compulsivamente o un carácter inconexo que grita y aparece pero, siempre es la mujer Chanel. En las últimas temporadas, Karl Lagerfeld ha apostado por convertir Chanel en una marca “joven” añadiendo detalles más juveniles a sus colecciones y buscando un público más actual. Él mismo ha asegurado que se encuentra imbuido en la -post-(neo)modernidad y que su obsesión es el presente.


Él ha declarado recientemente en medios que es la contemporaneidad la que le inspira y no lo sublime o la perfección. De hecho, narra cómo todo lo que crea “le viene” en sueños y no sabe de cuándo o de dónde surge. También aclara que lo que no sueña, cuando la inspiración no llega o el destino se satura; simplemente revisa el histórico. ¿Mejor crear algo ya aplaudido que arriesgar con un estallido? Karl Lagerfeld en su colección de Alta Costura de invierno ha soñado con los ochenta. Otra femineidad, otra mujer Chanel pero, siempre Chanel. Un sueño del pasado. Plenamente Chanel y, al mismo tiempo, totalmente ajeno a la marca del discreto Ford de la moda.


La mujer que Karl Lagerlfeld propone esta temporada en la añeja y severa Costura es un reflejo de la vulnerabilidad que otorga tener el cetro de mando del poder y, al mismo tiempo; del brillante pasado de la década del exceso por Chanel. Aquella época en la que Karl dio poder al logo; en la que convirtió a las demi mondaines de Chanel en burguesas potentadas y en la que conectó nobleza y plebe en una misma marca. Son los años de combinar una chaqueta Chanel con vaqueros 501 porque el “dinero dinero dinero” de Warhol está mal visto fuera de Nueva York donde la moda reafirma un estatus que no viene de nacimiento para su comprador y, es que en París y en la Vieja Europa, Chanel es, radicalmente, otra cosa. Chanel es una leyenda. Punto.


Es la etapa en la que Karl Lagerfeld descubre el poder de la marca, la voracidad con la que se consume y la industria de la moda. Es el momento en el que Chanel cambia radicalmente, el aire de desdén, el halo del humo del cigarro y las gotas de Chanel Nº5 son la imagen de la marca desdeñando a la vieja imagen del cóctel y velada del color de una noche sin estrellas. De hecho, es en esta década cuando surge la alianza de Karl Lagerfeld con Anna Wintour.


La marca pasa a la posteridad como sinónimo de cambio y, al mismo tiempo, como la única muestra de lo tradicional, de culto al linaje y a la herencia. El 2.55 se reinventa; la leyenda de su nacimiento se entierra bajo el peso de la doble C dorada que ahora le preside; el traje de chaqueta de Chanel cambia para convertirse en un traje clásico, armado y nobiliario; el mítico collar de perlas exagera sus dimensiones hasta ocupar el cuello por completo colonizando el escote en nombre de Chanel y, es entonces, cuando los editores de moda caen de rodillas ante el viejo-nuevo Chanel.


La nueva mujer de Chanel es, en realidad, la misma que en el otro milenio combinaba su collar de perlas con un traje de muselina negra; la misma que irradia modernidad pero que en su armario, heredado, tiene un traje con la inexplorada y desconocida etiqueta de Gabrielle Chanel Casa De Modas París y, es la misma que coquetea con una copa de champagne mientras mantiene su bebida en una copa de cristal de Baccarat. Un rey con chistera en vez de corona como dirían en la revolución liberal de mil ochocientos veinte pero, rey. Y diferente del resto. Aunque lleve chistera como un burgués.


La nueva mujer de Chanel también ha cambiado. Ahora le permite a Lagerfeld aquello que antes no le permitía. Y Lagerfeld se permite los excesos con los que soñó pero que nunca conquistó. Mugler y Montana trotan en la pasarela de Chanel maltratando el mito pero elevándolo al Olimpo. El “ya está todo inventado”, el alarde de originalidad y genialidad de Lagerfeld… La vuelta a los ochenta.


En los años ochenta el cuerpo se descubre por la invención y el uso de tejidos experimentales creando una revolución que encuentra su antecedente en los sesenta y en los veinte. Aparecen nuevos tejidos que proclaman la llegada de una época de romance con el propio cuerpo pero, como a cada genio se le da un látigo, llegan los tiranos e imponen una silueta imposible basada en el exceso, en la caricatura exagerada y convexa del propio cuerpo y en unas dimensiones sobreactuadas y exageradas.


Y es precisamente ese concepto el que Karl Lagerfeld explota pero añadiendo un matiz; la teatralidad minimalista con un halo futurista y un gusto por lo conceptual. Para los puristas de la línea, es un alegato contra la forma y la estética desdibujando proporciones y tamaños pero al mismo tiempo es una nueva visión del Chanel añejo, del Chanel que corta y cose a mano, del Chanel que conserva botones plumas y cristales en los viejos y mortales casi difuntos talleres artesanos. Ahora Karl Lagerfeld idolatra al Balenciaga futurible e imposible de Ghesquiére, rinde homenaje al corte magistral del láser y entremezcla el látex con la seda.


Pero para los amantes del clásico Chanel de Lagerfeld; la firma francesa sigue estando ahí. Sigue habiendo plumas y encajes, sigue habiendo perlas y camelias y, por supuesto, sigue habiendo clases sociales. El hijo del proletario podrá soñar con Chanel pero nunca lo logrará y, eso es una tranquilidad. Todos pueden comprar Chanel pero, ¿Quién posee la moda? Quien la tiene, no quien la comprende.


Pero también hay un antes y un después. Sigue habiendo princesas encerradas en su castillo pero también hay burguesas y despendoladas herederas o, quizás, sólo un amago de adaptación a los tiempos. Chanel sigue siendo inalcanzable, sigue siendo la promesa de conquistar París y, es la imagen de la moda. Chanel ya no es un mero símbolo de una marca de ropa, Chanel es París y, París es moda.


El futuro sigue estando vigente. Las tímidas y deliciosas premisas que Cardin, Courreges o Rabanne sentenciaron en los sesenta cubriendo a la mujer que cenaría en Marte y veranearía en la Luna de andróginas placas de metal y espectaculares monos blancos impolutos y con aire espacial sentencian la idea de la colección de Lagerfeld. El futuro. ¿Qué mejor manera de seguir a la moda que adelantarse a ella? Ahora aquellos delirios futuribles quedan como juegos de niños inocentes pero, estos delirios más cercanos en el tiempo parecen extremadamente audaces. ¿Son los tiempos o son las generaciones?


Karl Lagerfeld no es Gabrielle Chanel, de hecho, dista mucho de serlo. A Gabrielle Chanel le parecían pomposos, irracionales, excesivos y sin cabida en la casa de Chanel; a Karl Lagerfeld el traje de novia le parece el punto, el broche final a su hecatombe. O el toque final a su gloria.


Un desfile de Alta Costura de Chanel que sienta precedente. Karl Lagerfeld se aleja del concepto que venía arrastrando en su Costura desde hacía más de cuatro temporadas y sienta precedente combinando los ochenta, una tendencia esta temporada que viene augurando una nueva femineidad, con el espíritu clásico de la casa. Karl Lagerfeld se aleja de los cánones clásicos de Chanel pero ahonda en el Chanel excesivo de sus inicios. Con los años, la experiencia y el saber que es una firma deseada, anhelada y cotizada y que cuenta con el apoyo de los gigantes guardianes de la moda y salvaguardada por la comercialidad y la historia; Chanel cambia y se acerca más a la moda del androidismo y del futuro revisando los viejos sesenta pero con la esencia efectista y morfológica de los ochenta. Un cambio en Chanel, un nuevo Chanel anclado en la tradición.

21 comentarios:

Anónimo dijo...

ESPECTACULAR CRONICA

¿AUN NO TE HA LLAMADO VOGUE?

Pffff

ESTO ES MUCHO MEJOR QUE VOGUE POR LA CALIDAD, LA ACTUALIZACIÓN Y PORQUE ESTÁS TÚ Y TU AGUDEZA

Holly Golightly dijo...

Anónimo. No, no me ha llamado Vogue pero cualquier día -espero- lo harán.

Gracias por la parte que me toca. Un beso

Anónimo dijo...

no sé, no creo k la moda se pueda poseer, ni tener; me atreveria a decir que la moda nos posee a nosotros...
Aun asi un buen post, aunque claro viniendo de ti era de esperar un beso y como siempre espero impaciente la nueva entrada.

Holly Golightly dijo...

Anónimo. Muchas gracias. Un beso

Marga - ModaQueMola dijo...

Excelente colección. Karl siempre soprendiéndonos con su estilo, y qué bien ha llevado la actualización de la marca!

Jane dijo...

coincido con los comentarios de arriba, realmente escribis magnifico, no se como haces para encontrar las frases perfectas para cada detalle.
un beso

Hummingbird dijo...

no sé si hablar antes del contenido o de la forma y tampoco hacerme repetitiva. pero mira chanel lo dejo para tí, tú sabes más y lo has bordado. pero respecto a la forma del contenido... -creo- que te tienta más parís. pero es que te veo en nueva york. metropolitans 'algo'... pensarás que humming se ha 'bebido el entendimiento', pero no. son las dos y yo no soy lagerfeld pero a esta hora es cuando yo me aclaro, y mucho. holly, en nueva york. tienen otra mentalidad, y saben valorar y apostar por lo bueno venga de europa o de marte. y aunque te tocase con la wintour, qué más te da? muchos xx! me voy al de armani, llevo retraso y promete tanto como éste.

alterego dijo...

Creo que, dentro de lo que se puede esperar de K, esta colección es bastante mejor que las últimas que ha presentado (a pesar de extravagancias sólo entendidas por él y su corte de admiradoras). Un saludo.

Shared closet dijo...

Me encanta cómo escribes y cómo te expresas. Desprendes tu pasión por el arte(moda) por todas partes!!
Muchos besotees!

thesil dijo...

Me gusta el Karl que reinventa los clásicos de la casa pero odio sus excentricidades como el rollo futurista ese que nos ha metido en el desfile.

Aun así, me parece mejor que la de verano.

xoxo

Holly Golightly dijo...

Marga. La colección está bien. Es muy interesante. También recuerda un poco al Lacroix de los ochenta con esas medias melenas tan pomposas y a Mugler y a Montana. Un beso

Jane. Muchas gracias. Un beso

Hummingbird. Tengo que confesarte una cosa, me encanta París pero siento una predilección hacia Nueva York. París representa todo lo que amo pero Nueva York es la ciudad de las oportunidades. :) ¿Qué tendrán tus comentarios que al acabar de escribirlos me siento como si me conocieras? Muchas gracias, de veras.

Alterego. La colección se distancia muchísimo de lo anteriormente visto en Chanel, quiero decir que lo más innovador que habíamos visto eran detalles como el cabello a lo Amy Winehouse y esas extravagancias sólo se las permite en el crucero...

Por otra parte, desde que sacó a las minifaldas con bailarinas de la otra temporada le sobrevinieron muchas críticas. ¿Quiere Chanel ser Prada y, Prada Chanel? Lagerfeld debe saber dónde está y lo que tiene que hacer.

Y ahora que todos pensábamos que ya era mucha originalidad maquillarlas como Penelope Tree, nos despierta con esto. Un beso

Sweet Shoes. Muchas gracias. Un beso

Di dijo...

Aunque Karl sigue sin ser santo de mi devoción reconozco que no todo ha sido horrible, lo que hace que recupere la esperanza en la humanidad, jeje.

Un beso y gracias por tu comentario.

Anónimo dijo...

Creo que es una muy buena colección. Podemos sacar fallos o criticar cosas pero sigue estando ahi arriba. Chanel tiene mucho peso. Más de lo que parece. Creo que casi todos estamos de acuerdo en eso. Lo que si me han faltado en el desfile son chicas its. Cerrando el deslile Sasha"Prada"? Buscas musa en la mimada de Miuccia? Karl quizas buscas nueva "chica" a la que subir para luego matar y no la encuentras??? Ahora que aborreces a Freja,que tampoco te gusta Gemma, de Raquel dicen ya ni la saludas despues de tu bronca monumental con ella hace pocas semanas... y ni rastro de Lara ni alguna chica it de las de verdad... Bueno siempre te quedará Claudia...jeje Besos Holly. Limón_de_Luxe.

Holly Golightly dijo...

Di. Un placer con tristeza. La verdad es que la colección es interesante, tiene un punto de vista que Karl no había explotado porque en los ochenta se dedicaban a las señoronas y no a los delirios y a las ensoñaciones propias de la década. Tranquilo Karl, ahora no es tarde. Total, ahora todos, con la resurrección de Mugler el vigoroso, se vuelven a los ochenta. Ya no quedan sólo los creadores, ahora han resucitado los conceptos. Un beso

Limón De Luxe. Ser la chica de Karl entraña un gran peligro, que la caída de tu pedestal de marfil sea más sonada que la subida. Dicen que Karl luego se le pasan los enfados pero eso solo le pasa con las grandes. ¿Díganme una modelo gloriosa en Chanel? Claudia. Sólo ha ella le ha perdonado. Las demás son veleidades...

Un beso

Hummingbird dijo...

hahaha! es que esto sí te lo digo siempre, te leo y te escucho. hay que escuchar a las personas, se aprende de ellas y se las conoce mejor. y por cierto, CLARO que tú no vas de rebajas... un XXazo!

Anónimo dijo...

Llevas razon. Claudia es la modelo mas gloriosa de Karl para Chanel. Pero Holy quizas no es la única... por ejemplo Daria fue una musa indiscutible tb hace unos años y sus campañas espectaculares... luego hubo enfado pero tb ha tenido reconciliación con Daria y seguro volverá a ella tb... ellas lo necesitan a el y el tb a ellas... Holly me gustas mucho, sobre todo cuando eres mala...jjeje. Limón_de_Luxe.

Holly Golightly dijo...

Hummingbird. No, yo no voy de rebajas. Son tiempos de aficionados, como la nochevieja. Me hace ilusión loq ue dices. Un placer.

Limon De Luxe. Yo no soy mala, soy realista. La campàña de Daria es maravillosa porque la ves y te la crees. Le pasa como a Claudia que no desentona con lo que lleva puesto. Que no es solo una tontita guapa, que es delicada y elegante.

Además esa campaña en los Angeles me pareció especialmente atianda, tiene otro enfoque pero no deja de ser Chanel. Es como si hubiese evolucionado. Es una campaña muy sofisticada que encaja en el espíritu preKarl de la firma pero no en lo que hace Karl siempre.

De cualquier forma, para Lagerfeld ser moderno y rejuvenecer Chanel suele bastar con poner o incorporar vaqueros al desfile... Este desfile es diferente y aquella campaña también. Era fresca porque no pretendía ser joven. Lo era, sin pretensiones.

Un beso

alex dijo...

una colección sublime!

Holly Golightly dijo...

Alex. Es una colección muy interesante sobre todo porque se desmarca de la línea que seguía la costura de Chanel pero sin dejar de lado el esquema de la marca. Un beso

Lucio dijo...

Aunque resulte extraño me ha gustado esta colección de costura de Karly, es raro. Lo sé.

Holly Golightly dijo...

Lucio. A mí también. Un beso