¿Qué pasaría si no estuviera Anna Wintour en Vogue? Es una pregunta difícil porque, actualmente, el éxito de Vogue USA se reduce a que es como leer las páginas del diario de Anna Wintour. Anna Wintour es fantástica, tiene un ojo como nadie para descubrir nuevos talentos, si Issabella Blow nos lo permite y si Diana Vreeland no se ofende, y es genial si buscas el conjugado de moda y comercialidad pero con ese aire etéreo, puro y femenino y, sobre todo, bello. Anna Wintour es un diablo, el mundo la ha coronado pero también es un genio. ¿Y si no estuviera, qué ocurriría? Lo primero es que no habría editoriales de ensueño y tampoco habría sueño americano.
A los americanos siempre les han gustado los clichés. El pasado bucólico del sueño inventado de J.P Tods arrasó con su concepto del legado imaginario y Ralph Lauren con su elegancia rescatada del club de caballeros y de la Vieja Europa y la Nueva Inglaterra arrasó con una marcada cimentada en el aire de la nada del pasado pero en el maravilloso brillo ensombrecido con un rubor del pasado que se convirtió en el símbolo de Estados Unidos. Ralph Lauren se convirtió en dueño de la bandera más antigua, trece millones de dólares después, y se convirtió en insignia del sueño americano. Ralph, Jay Gatsby. El creador de sueños. Anna Wintour repite el milagro.
Y es que como diría Alber Elbaz, todo Estados Unidos, y toda la moda, puede resumirse en una anécdota. Cuando Alber era aún ayudante y no maestro, su mentor le preguntó acerca de un vestido, él respondió “Es muy comercial”. Entonces, Alber Elbaz cuenta que le apartó a un rincón y dijo “No es comercial, eso no se dice nunca. Se dice es deseable”. Y luego Alber añade una sonrisa sosegada, limpia y casi traviesa. De Anna Wintour se puede decir lo mismo, ella construye sueños.
En los sueños de Anna Wintour todo es perfecto. Ellas son altas, bellas, guapas, sonrientes, delgadas -delgadísimas-, espigadas, sofisticadas. Uno nunca sabe cómo explicarlo, digamos que si alguien hiciera un nuevo “Desayuno Con Diamantes”, Holly leería Vogue. Carrie ya lo hacía y cualquier persona respetable, lo hace. Las damas de Anna Wintour, son damas. Los hombres, caballeros. Eso sí, ellos tienen el encanto de James Bond -Martini con ginebra y una filigrana de limón. Agitado, no batido, por favor- y ellas son gráciles como Grace Kelly.
Mucha gente se pregunta lo mismo. ¿Es tan difícil hacer Vogue con prendas de diseñador de miles de dólares, fotógrafos de prestigio, bellas modelos de piernas infinitas y rostros perfectos y decorados de ensueño? Quizás no lo parece pero es, prácticamente imposible. Porque Vogue USA es, sencilla -o complejamente- el sueño americano. En sus páginas, el olor del perfume se puede aspirar como si abrieras la puerta de cristal del invernadero en verano, salieras a la terraza victoriana con sillas de forja blanca en primavera o pasearas por el mercado de flores en otoño; a uno le invade una sensación de nostalgia y encanto que envuelve el aire como un polvo mágico y, al mismo tiempo, sabes que la realidad está ahí y que, ya no hay compases de zapatos de tacón sobre el suelo ajedrezado.
Anna Wintour vende sueños. Y lo hace como nadie. Sus modelos son siempre las más guapas, las más altas, las más rubias, las más bellas, las más perfectas, las más americanas, las más ideales, las más. Y es que Anna Wintour siempre es la más. Lo que tienen Vogue USA es esa pasión por lo suyo, América que es la tierra de los sueños y de las oportunidades, progresó con la II Guerra Mundial y ella revive todo eso. Revive el tópico pero, ¿No adoramos el estereotipo y el cliché?
Como dirían los expertos. Al final, cien años de lucha de los sexos por conseguir la igualdad y, al final, todas quieren lo mismo: amor, hijos, matrimonio, una casa con jardín, un talonario, manicura francesa, un collar de perlas, una niñera y una asistenta, compras en Bergdorf Goodman y peonías y rosas de té. Y todo eso para que al final ella sea la corresponsal y él, el jefe. Y es que cuando empezaron las mujeres a conquistar el poder, muchos decían “La muerte del bolso, de la Costura y de la moda.” “Ellas se vuelven contra la moda porque toman el cánon estético del hombre”. Y llegó Margaret T. y bolseó, con su impresionante bolso por el Parlamento. Y todos la aplaudieron. Y, bolsear entró en el diccionario. Y la femineidad volvió con Anna Wintour.
Y, como en los cuentos de hadas, como en los sueños. Todo es leche y miel. Y, ella, amanece rescatada en los brazos de su príncipe azul desterrando el abajo el amor y cayendo en las redes del glamour y, con un vestido de color rojo pasión, se entrega al beso del galán. Y, entonces, Vogue se acaba y el sueño termina. O, por lo menos, hasta el próximo número… Anna Wintour es la reina de lo deseable.
21 comentarios:
Que looks Working Girl mas bonitos has seleccionado ¿Quien no querría ir así a trabajar a la ofi??;)
Zoe. Son preciosos. Un beso
Dios mío, como escribes! me encantan tus post. Creas unas imagenes bellisimas con tus palabras, mas que las fotos de Vogue. Sigue siendo una inspiración para todos.
espectacular....... , pero,
te ganaste el odio de anna con este articulo, aunque realmente en el fondo debe saber q lo suyo es lo deseable ... prefiero a carine i tihink, sin embargo la vogue usa es fabulosa.
segui asi, cada dia mejor
la última imagen es una preciosidá
Estoy casi casi deacuerdo contigo. Las mujeres puede que sigamos deseando el principe azul pero el avance en igualdad a sido espectacular y todos debemos dar las gracias a todas las que lucharon por ello (y revindicarlo tambien). Superando las primeras etapas del feminismo donde llevar tacones y perfumes era un sacrilegio. Somo mujeres, femenimas y sexys, pero tambien independientes. Un beso
(Se que realmente no intentabas hacer una oda al machismo pero no esta de mas por estos lares comentar cosas asi de vez en cuando)
como te llamas?
Hello Holly, tenia muchas ganas de pasarme por aqui, vengo del foro vogue en donde sigo tus consejos de moda y repasando temas he visto que tenias blogue, me gusta mucho lo que tu escribes aqui, es muy interesante, soy Ana15.
Que placer leerte. Tenés una habilidad exquisita para describir y pintar momentos e ideas. Te leo siempre porque cada día aprendo y me delito con tu blog.
Felicitaciones
Richard
El Chic Campeador. Gracias. Es un deleite leer tus palabras también. Un beso
Anónimo II (9.07). Muchas gracias. Es un placer. Un beso
Miss At La Playa. Es precioso. Un beso
Doublecloth. Toda la razón. ¿Has visto Abajo el amor? Es itneresantísima. Un beso
Anónimo III (12.03) Me llamo Ana. Un beso
Ana15.Gracias. Un beso
Richard. Gracias, muchas gracias. Un beso
De todas leas ediciones de Vogue, la única que realmente me gusta y compro es la americana. Aparte de ser la original me parece la mejor: la ropa se VE en las fotos y los artículos son interesantes.
Perfecto edito de Meisel... americanas, francesas, italianas, españolas.......soñamos con ir así a la oficina.....y Anna Wintour lo sabe.
The Pilfrim. Este mes es el vigésimo aniversario de Vogue España- Faltan muchas pero están Ester Cañadas y Eugenia Silva. Y Alaska. Un beso
In The Ro. La Wintour es genial. Un beso
La mejor eres tú. Es un placer leerte. Un beso,
Srta a
Srta A. Gracias, muchas gracias.
Isabella Blow falleció hace unos meses.
Anónimo. Sí, falleció tras un montón de intentos de suicidio bebiendo insecticida, como su padre o su abuelo, no recuerdo. Una pena, una desgracia porque no hay gente como ella... Un beso
Precioso el editorial de Vogue que has seleccionado.
Me encanta Tom Welling, me parece un chico extremadamente fotogénico que encarna muy bien el prototipo de hombre a la americana.
Carie Mercier. Gracias. Un beso
la última foto es muy bonita. a mí me gusta imaginarme el Vogue US con otra que no sea A. Wintour, con otra que vea más allá de lo "deseable" y que nos lo haga ver a nosotrs, con otra que vea más allá de modelos escuálidas y blancas, simplemente por curiosidad, a mí me gusta imaginármelo.
Atelier. El deseo. Un beso
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