Michael Kors, La América Elevada

La colección de Michael Kors en la Semana De La Moda de Nueva York ha sido muy aclamada, es cierto que nada nuevo hay en la propuesta del diseñador americano pero, también es sabido que son sus propuestas comedidas, elegantes y femeninas las que le han elevado a la fama y que hacen que tantas Alfombras Rojas vean sus diseños. Una propuesta con un claro sabor a los decadentes 50s ha salido a escena, mujeres con el cabello recogido, conjuntos de cóctel, piezas de punto y faldas tubo combinadas con carteras de mano, stilettos monocromos y bolsos rígidos de caimán. Esas mujeres poderosas, altivas, máquinas de hacer dinero o, sólo pasionales de la elegancia sutil y americana son las que se han subido a la pasarela de Michael Kors con un desfile que destilaba glamour de antaño y que, reincidía en los clásicos de una marca puramente americana.

Un magnífico conjunto años 50s salió a la pasarela de Michael Kors. El diseño formado por una falda a la rodilla en tonos púrpura y por un suéter en tonos oliva estaba combinado con un abrigo de seda pintada a mano en tonos verdes y morados con cuellos de piel y, combinado con un bolso en tonos oscuros así como unos discretos stilettos color crema. Un conjunto ideal para la noche en Nueva York y con ostentosos detalles de poder.

Un diseño de cóctel confeccionado en seda estampada en tonos verdes y morados y con la untura definida por un cinturón en tonos púrpura. El diseño que cae a la altura de la rodilla luce un profundo escote en uve y está combinado con unos sencillos zapatos de tacón alto en tonos crema.

Elegante y sofisticado son los datos de presentación de éste elegante diseño confeccionado en tweed rasado en tonos marrones con hilo dorado. El vestido que luce escote Diana ribeteado en piel de color chocolate, lleva la cintura marcada por un cinturón estrecho en tonos café y, luce una pequeña apertura en la parte de atrás. Como complementos, una cartera de mano en tonos marrones y zapatos de reptil en tonos oscuros.

El día a día en la Alta Sociedad se ilustra en éste provocador y femenino conjunto. Un abrigo retro en tonos lila con detalles en rosa que lleva el cuello decorado con aplicaciones de piel en tonos oscuros y botones redondeados en tonos crema. El diseño lleva además un vestido camisero, muy liviano, en tonos naranjas, marrones y púrpura ceñido por un cinturón de piel marrón. Como complementos, un bolso en tonos arena y zapatos de tacón a juego.

Un conjunto de cóctel confeccionado en tonos morados sale a la pasarela. El diseño, claramente inspirado en los años 50s, luce el torso ajustado y abierto con un escote redondo que deja los hombros al descubierto. Para ceñir y delimitar el contorno, un cinturón brillante de color púrpura completa el look. Una sobrecapa de gasa en tonos púrpura con grandes flores aplicadas está superpuesta a una ceñida falda a la rodilla con volumen a la cadera. Como accesorios, unas sandalias joya en tonos oscuros.

Un conjunto más funcional que combina los tonos oscuros con los reflejos morados salió a desfilar. El vestido que luce el escote redondo con vuelta sobre el cuello y los hombros al aire está ceñido por un cinturón metálico envejecido y concluye con una falda con volumen muy ceñida en el bajo. Como complementos, unos elegantes zapatos de tacón en tonos morados.

Un diseño de color oro, de noche, sale a la pasarela. El vestido que está impreso en dos texturas luce un reluciente baño dorado y, un pequeño brocado rígido. Escote corazón adornado por un lazo y una falsa botonadura hasta el cuerpo del vestido combinado con una falda ajustada hasta la rodilla con un pequeño pliegue trasero. Como accesorios, unos relucientes zapatos con puntera fina y un brazalete dorado con grandes piedras verdes.

La Alfombra Roja siempre se deja ver en los desfiles americanos. En ésta ocasión, un diseño en tonos púrpura con aplicaciones geométricas estampadas en negro es la propuesta del diseñador. EL vestido que luce un despejado escote palabra de honor decorado con una gran lazada rígida, está cortado con línea sirena, de forma que se adapta a los contornos y marca las curvas. Como accesorios, un sencillo zapato negro de tacón alto.

Lo que está claro es que Michael Kors no quiere ser parisino porque, como ya dijeron en los 50s: ¿Quién necesita a París? y, ésa es precisamente la consigna del diseñador americano. Americanas con dinero, no importa si son de Texas o de Boston. Lo que importa es lo que demuestran. Del desfile hay que resaltar la actitud y el cuidado estilismo de las modelos, esos abrigos puestos por los hombres son un gesto inigualable de Alta Sociedad: llevo abrigo pero no para protegerme del frío y, esos pasos ligeros y fríos que esconden almas gélidas y cuya función es sólo anunciar a las damas antes que su presencia. Si el desfile fuese un aroma, sería una fragancia persistente como aquellas de las damas de la Alta Sociedad de la II Guerra Mundial, un aroma a nardos. Pero, un aroma persistente.