La Vie En Rose

Espero que el próximo verano en Balenciaga, Ghesquiére caiga de rodillas ante el rosa Balenciaga. Un tono que no es tan conocido como el Rojo Valentino ese tono amapola, vivo que refleja a Italia y a España y, a la elegancia actual; no tiene la misma repercusión que el Azul Klein que, se ve cada temporada o, el negro de Chanel con su it de la elegancia actual, pero que tiene en su haber las bazas de ser femenino, combinable, primaveral y exquisito.

A pesar de que Ghesquiére no hace mucho caso, ni presta atención, ni mira siquiera al histórico de la marca. Espero que ésta temporada vea rosa la primavera como la vio la Vreeland de Funny Face de Audrey Hepburn. La primavera es rosa, un tono femenino, elegante, regio y de porte soberbio. La primavera es rosa, la primavera es flor. Y la moda hace años que, no se da cuenta de ello. La semana de la moda en Nueva York ha sacado a la luz una tendencia muy femenina, elegante pero comercial pero, es, sin lugar a dudas el matiz liláceo el que ha arrasado en las pasarelas.

Espero un renacer en Balenciaga, un ejemplo de saber hacer y no de titular barato como hasta ahora hemos visto, una composición femenina, elegante, regia y soberbia en vez de mujeres metálicas y andróginas adolescentes. Espero femineidad a grandes dosis y miradas al histórico en vez, de patronajes difíciles que, dejan sumas en publicidad y a los que sólo caen rendidos la Alfombra Roja. Espero que Cristóbal renazca y, no sólo para poder ver la Fábrica de Ghesquiére si no para poder dar un aplauso verdadero y, no una mirada recelosa que se pierde en el infinito de las cifras bajo la mirada atenta de la rock-roll Carine Roitfeld.

Lo sé, quizás no pase pero, mi nostalgia piensa en rosa al son de las notas de Edith Piaf…