En invierno de 2003, Daria Werbowy, que por aquel entonces se esperaba que tuviera más de una cara pero que resultó que no y dio igual porque ella es divina, apodo que le viene como anillo al dedo, en todo caso, protagonizó este editorial, de joyas supuestamente, para W, fotografiado por Mert & Marcus. La cosa es que yo siempre he pensado que tiene uno de los mejores cuerpos del mundo de la moda y esto lo confirma.
No estaba tan delgada como ahora y llevaba el pelo un poco más largo y aún simulaba ser menos masculina, el tema del lesbianismo siempre está ahí, como con Freja Beha lesbiana declarada, y más glamurosa, al estilo de los años 70, con esa belleza que le hacía parecer un poco Lauren Hutton, aunque no tuvieran nada que ver, más allá de una cierta flexibilidad felina y una energía contenida, como de mujer pantera.
Ahora Daria Werbowy va más bien como Erin Wasson, con ese aire de playa hippie, surf, pulseras de plata de a saber dónde y un montón de vaqueros, camisetas raídas, chaquetas de Balmain para dar el toque diferente, y botas altísimas o zapatos planísimos con los que se puede apreciar la ausencia total de grasa de su cuerpo, el aire masculino que diría Ortega del estilo de los años 20, que bien podría ser de efebo, y ese estilo tan de voguette, tan de Emmanuelle Alt, que la adora y que ve en ella claramente su aspiración física, como Hitchcock con Cary Grant, que han cultivado ambas (y que, en buena parte, incluye un pelo no muy peinado y no muy limpio).
En algún momento el personaje de Daria Werbowy suplantó a la modelo, o quizá lo contrario, el caso es que hace miles de años que Daria Werbowy es Daria Werbowy en todos los anuncios y reportajes. No es una modelo conocida por el gran público, aunque ha sido rostro de varios perfumes y de productos de Lancome lo que le convierte automáticamente en una cara conocida aunque no célebre (ni es Kate Moss, un icono por derecho propio, ni es Claudia Schiffer, supermodelo donde las haya, ni Cara Delevigne, que será lo que sea y lo ha sido meteóricamente) y tampoco es famosa por su estilo de vestir ni nada parecido. Tampoco es una modelo secreta, de esas que aparecen sólo cada cuatro o cinco años, como Nadja Auermann, que casi nadie recuerda pero que son inolvidables por su aura magnética.
Yo tampoco es que me queje, porque ella es divina. Besada por el sol, por los dioses, por lo que sea. Que, al final, es lo fundamental.
2 comentarios:
Ya sólo el nombre inusual "Daria" tiene mucha personalidad como llamarse Filippa Hamilton que también marca una imagen seas como seas luego.
Maribel. Eso le pasa a Carmen Kaas que se llama Carmen de casualidad y a todos le suena muy exótico, sobre todo porque es estoniana.
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