viernes, marzo 22, 2013

La Playa










Lo que más me impresiona de este editorial de Vogue París titulado La Playa es que es, claramente, un día de verano, un grupo de jóvenes reunidos bajo el calor del sol y al lado de las olas, amor, sexo, amistad, diversión y gente guapa, alcohol y puede que incluso drogas. Sin embargo, también es sueño y un poco de muerte. Eso es lo más trágico. 

Las revistas de moda juegan todos los años con la misma baraja de cartas. O, lo que es lo mismo, Miranda Priestly, directora de Runway en El diablo viste de Prada, tenía toda la razón al mirar a sus subordinados con desdén -e incluso desprecio- cuando le proponen "para primavera" un reportaje de "flores, anillos esmaltados...". Primero, "porque lo hicieron hace dos años" y segundo, y principalmente, porque "¿flores?, ¿para primavera?, ¡qué original!".

Eso mismo les ocurre a todas las revistas. El año tiene dos temporadas: invierno y verano. Fuera de los rigores de la estación, de que hay meses de piel y otros de trajes de baño, de los titulares con nombre de películas, de las chicas en bikini en un mundo de hielo y de las damas norteñas atrapadas en el Sahara sin más ayuda que la que pueda facilitar el bueno de Hermés, no hay mucho que ofrecer. Es muy difícil hacer un buen editorial porque no se trata sólo de hacer unas hermosas fotos, tener un estilismo sugerente, una modelo talentosa y que resulte una combinación evocadora para el ojo, para la tarjeta de crédito y para renovar la suscripción -ja- a la revista sino que, uno pide -y no es mucho pedir-, algo de originalidad.

Esta editorial, de la época en la que Carine Roitfeld timoneaba Vogue París, es un buen ejemplo de cómo ser sugerente y original a la vez. Lo que devuelve la primera mirada es el fragor de la batalla del verano, cuerpos sexys, torneados, calentados bajo el sol y las pasiones y envueltos en trajes de baño salpicados de espuma de mar y arena blanca y fina. Sin embargo, es perturbador que sea en blanco y negro. Es perturbador que los únicos colores vengan de unos efectos casi fluorescentes que bien podrían ser sangre derramada. 

Es imposible no esperar la muerte. Este editorial es un vanitas barroco en el que la dama de negro, con su guadaña, espera en la página siguiente. El mar siempre ha tenido un sentido dramático. La vida da paso a la vida. Y lo hace con la muerte





5 comentarios:

Anónimo dijo...

Es precioso cómo escribes.

variopaint dijo...

gran verdad, lo realmente inquietante de la moda (aunque no de la belleza) reside en su mortalidad.

bsssssssss

Maribel dijo...

Un editorial interesante, yo no hubiera pensado en la muerte, pero bueno sí que hay algo decadente en las imágenes.

Holly Golightly dijo...

Anónimo. Gracias.

Variopaint. "La belleza es inmortal en el arte". Y lo dijo Leonardo. :)

Alexa. Yo creo que es por el b/n. Imaginamos el mar en color siempre. Mua

Mario dijo...

Es interesante poder disfrutar de la moda, pero por sobre todo de la forma en la que escribes. Por ello que a pesar de estar de vacaciones en los Hospedaje en los mejores lugares de New York me gusta disfrutar de apreciar la moda