Dice el Evangelio que los últimos serán los primeros y, parece que en esta época postmoderna, ¿quién sabe si decadente?, se cumple. Y no sólo porque niños de todo el mundo puedan ser fashion icons o porque, de repente, todo el mundo habla de Worth como si perteneciese a la familia o chismorrea sobre la muerte de Christian Dior -bombón o sardina, quién da más-. Sino por la nueva fama que proporciona Internet.
Cualquiera puede ser famoso, célebre, por cualquier motivo pues ya no es necesario pertenecer al Todo París, a la nobleza, a los ricos y famosos, a las estrellas de cine o, siquiera, a la intelectualidad que hace algo -aunque sea pensar-. Hoy, vestirse, hacerse una foto y subirla a Internet permite acceder a la fama, si bien efímera que diría Warhol, fama.
El Diablo Viste de Prada, película, permite que toda una generación ame la moda difundida por el cine tanto como por las series de televisión al estilo Sexo en Nueva York que, permite a los espectadores -mujeres- comprender que, cuando un ladrón te atraca es juicioso no resistirse a no ser que ... que ... que ... !mis manolos?
Hacer o no hacer algo no es motivo suficiente de celebridad pero, no obstante, como de todo tiene que haber, asistimos al reconocimiento de lo que antes estaba anonimatizado. Las profesiones no se reconocían tan dignas y los famosos o bien eran conocidos por no hacer nada, o por su belleza en pantalla o por otros motivos. A Jane Birkin le persigue la sempieterna cesta de paja y el bolso de Hermés, a Bardot le sigue de cerca el mohín de los labios, las piernas, el culillo respingón patrimonio nacional francés y el pelo pajizo dorado al sol. A Josefina, el corte imperio y a Rita Hayworth, un guante y un vestido negro.
Quizás por eso dijo que "los hombres se acuestan con Gilda y se levantan conmigo".
Pero la verdad es que, el ser famoso ha adquirido un concepto muy vago. Antes, ser famoso, era algo muy concreto. En tiempos de Casanova y antes, bien lo sabía él, era el nombre el que importaba. La facha ya era cuestión de cada uno. La gente no conocía rostro, ni imagen ni nada. Pero sí el nombre. De ahí la posibilidad de escapar y abandonar la efigie y el pasado cambiando el nombre. De ahí que Mariantonieta pudiese ir a las fiestas de París y que los reyes de España charlasen con serenos en Madrid.
El común conocía el nombre pero no el rostro por tanto cuando se hablaba de el Conde Fersen uno podía imaginar ciertas habilidades amatorias y presuponer una bella gallardía pero todo quedaba ligado al nombre. Bueno, esto, si me permiten, es un poco eso de "unos crían la fama y otros cardan la lana". O eso de ponerle Chanel a unas raquetas o, de ponerle Dior a un jamón.
Llega la tofografía, la expansión del saber quién es quién, la moda como importante distribuidor de la imagen y todos saben quién es quién. La bella Otero, Mata Hari y el Zar de Rusia que graba en vídeo a sus hijos -era un gran aficionado- y, con la llegada definitiva del cine y "el conquistar la inmortalidad venciendo la muerte por los Hermanos Lumiére y la Black María" los famosos se consagran y todo el mundo quiere ser -y de hecho, casi conocen- a Claudette Colbert, a Katherine Hepburn, a Vivien Leigh, a Marilyn Monroe o a Audrey Hepburn.
Y, luego aparencen famosos del corazón como Grace Kelly reconvertida en princesa, Jackie Kennedy que pasa a ser Jackie O., Maria Callas, Onassis, Studio 54, la panda de Warhol, un montón de modelos, Bianca Jagger encima de un caballo, el sida, Carolyn Bessete Kennedy, Claudia Schiffer, Naomi Campbell, Cindy Crawford y Christy Turlington.
Y, con la democratización de la moda, llega el punto y aparte.
Con el Street style surge la consagración de los rostros sacados del anonimato. Anna Wintour, otrora Carmel Snow, o el jovencito Avedon en sus tiempos mozos, dejan de ser conocidos por insiders para ser reconocidos. Todo el mundo sabe que Anna Wintour juega al tenis, no saluda porque quita tiempo, toma café, lleva gafas de sol y al parecer, es un diablo vestido de Prada con mucho, mucho, mucho poder.
Pero no sólo llega ahí. Cory Kennedy, Tavi, Rumi, Betty (sigan sigan sigan) son lo nuevo cada temporada. Brian Boy recibe un bolso de Marc Jacobs y Steven Meisel saca las redes sociales en Vogue Italia con Natalia Vodianova teniendo un bonito affaire con un vestido de lunares.
Y, en medio de esa marea de desconocidos, !oh, oh, oh! aparecen nuevos conocidos. ¿Anna Wintour me dices, esa vieja que lleva con un bob los últimos cuatrocientos años? Sí que estás al día sí... Yo prefiero a Anna Dello Russo que es mucho más auténtica. ¿Anna Dello Russo, esa fashion victim que se pirra por Balmain y con joroba -pardon? Sí sí, prffff... Yo prefiero a Giovana Bataglia que fue modelo de Dolce & Gabbana y siempre saca los bolsos de su hermana y parece simpática. ¿Y no te gusta más Carine, que sonríe más, tiene una hija más guapa y es más sexy? ¿La del pelo rubio, muy morena, que va de joven siendo vieja? Sigh. Qué va, el que más mola es Scott Schumman el blogger o leer The Huffington Post. ¿No?
Una nueva fama.
Para rematar la jugada, la Dello Russo saca perfume. Sí, todo esto ha surgido de ahí.
11 comentarios:
me cae fatal esta señora....
es gilip*llas
oye holy, te gustan los tudors
Anónimo. No me gusta mucho Jonathan Rhys Meyers la verdad. Un beso
Siempr eme había gustado pensar que el tiempo pone a cada cual en su lugar. AHora empeizo a temer que no lo hace.
O puede que tarde demasiado.
Alphonse. Quizás sí lo hace. ¿No? Un beso
Interesante... Me pasa con Anna Dello Russo lo mismo que con Daphne Guinness, las admiro porque tienen la oportunidad de ponerse lo que ellas realmente quieren. Otra cosa es que nos guste o no, pero creo se han convertido en iconos por ser ellas mismas. Lo del perfume con imagen de famosa con tirón mediático, bueno...
Bss
Dorothy. ¿Crees que se ponen lo que quieren o que se ponen lo más exagerado de la temporada? Porque, desde mi punto de vista, "ellas mismas" no son a no ser que "ser uno mismo " se entienda como ser hoy intelectual por Prada, mañana puta de Sicilia por D&G. Un beso
holly, genial el artículo.
se me olvidaba, la dello ruso es feíiiiiiiiiiiiisima y tiene una pinta de rata que lo flipas
Con el paso de los años, añoro el glamour de antaño, qué fue de las gotas de Chanel 5 de Marylin o el encanto de ocultar embarazo con un bolso que bautizan con tu nombre...
Deseamos lo que no tenemos, y ahora que casi todo parece posible, pierde su encanto.
Además esta semana estrenan el nuevo programa de la Lomana ...
XXX holly
interesante post
Anónimo. Gracias
Pau. ¿Programa de Lomana? Ugh. No veo yo la tele en España. Un beso
Laura. Gracias
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