Un trío perfecto, probablemente.
Y más para un crucero por el Mediterráneo, con el mar azul, las servilletas de hilo, las sillas rojas, el café negro mojado con unas gotas de leche y el cielo despejado.
Una combinación insuperable con un desfile en el que fallan muchas cosas.
Aún así, lo que Karl Lagerfeld debería enseñarnos es más de esto:
Jovencitas descalzas por la ciudad, libres, frescas, juveniles, alegres y sencillas.
Vestiditos blancos, pamelas, faldas de lunares, blusones estampados, cadenas largas, bolsos hippies, cestas de Jane Brikin, vestidos de punto de seda y sonrisas.
Sonrisas a los socorristas, a los botones, a los camareros y dejarse llevar.
Qué díficil es dejarse llevar.
Y no es sólo para Karl.
Eso es el sur de Francia.
Un ser y no un existir.
¿Cómo?
Fluir...
Como la gasa y la vida.
9 comentarios:
ohh lo mejor q he exo!!! irme de crucero!!! q vidorra por diooos
b
sss
Que entrada más bonita y más inspiradora... Quiero trasladarme alli! jajajaaj
Te sigo..
Un beso!
que apañado el texto (:
chanel y francia genial, pero lo mejor el verano!
si cada año es igual que el anterior será que nos gusta su tendencia :)
un beso!
http://dreamingonlouboutin.blogspot.com/
que guay el post
Lo mejor del desfile, ya lo dices tu: Francia, el Mediterráneo y la libertad que dal verano para caminar descalzas
Moá
ladygrett.com
Marta. Gracias
Louboutin. Gracias.
Black Widow. Gracias
LadyGrett. Un beso
no sé cuántos comentarios llevo ya diciendo que esos sombreros me parecen una preciosidad!
Barcelonette. Cierto. Un beso
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