martes, abril 20, 2010

El Espíritu Contra la Materia


El cuerpo de Andrés Velencoso es como un estudio de anatomía por Mirón, cincelando en vez de mármol, carne. Me recuerda tanto a los atletas que adoraban con pasión laica los griegos que el parecido es casi evidente, salta a la vista que dicen.
Al cánon hermoso y severo, de proporciones asequibles, de serenísima belleza de Policleto que refleja la serenidad calmada, de los hombres que templan sus pasiones bajo el frío arte del pensamiento y al cuerpo embellecido de Lisipo con sus jóvenes imberbes, regios pero dulces con esa delicadez propia de la masculinidad que en nada se parece a los gestos femeninos (unos cogen lirios al aire y otras peinan sus cabellos).


El culto al hombre como "medida de todas las cosas" y a la belleza serena, de fuerza hercúlea pero sin amaneramientos de los varones puede remontarse en el tiempo hasta hace mucho años, siglos y milenios atrás encontrando uno de sus cúlmenes en la cultura griega arcaica y extendiendo sus redes hasta el clasicismo, donde Apolo, dios de la luz, las purificaciones, lo claro, lo sobresaliente y el cánon, se hallaba entonces como sello de una cultura entregada al concepto de belleza como perfección y medida.

Las estatuas de los griegos hablan de la belleza del cuerpo y de la lozanía perfecta de los atletas. Y también de las virtudes del alma.


La concentración del atleta entregado a la consagración de su ejercicio. El cuerpo en tensión como un elogio al templo de la mente y al acceso al mundo de los dioses. La templanza que da la calma requerida para el instante del disparo. La llama de la mente visualizando la victoria interior. La paz de rozar la gloria. La modestia con la que se acepta el triunfo... La purificación del cuerpo tras el ejercicio.

El instante de máxima movilidad convierte al hombre en un titán. El cuerpo rígido convulsiona en una explosión de movimiento, el artista capta la calma de la acción, el dinamismo de la parada en seco y dota de movilidad a la feroz quietud de quien lanza con el cuerpo y proyecta con el espíritu.


Y todo listo para el espectáculo....


Andres Velencoso posa desnudo en Vanity Fair España hablando de la belleza exterior y la interior e incluso, de la fuerza del desnudo, vestimenta y privilegio de los dioses y condena de los hombres y sus pudores. Un atleta en reposo es...

Y todo se sujeta en el mismo punto, claro, como si camináramos por el mismo suelo que ellos pisaban.

13 comentarios:

Hummingbird dijo...

como la trama de una novela.

si la pureza del alma la diera un cuerpo perfecto habrían puñetazos. puñetazos por Velencoso sin duda y serenidad para aguantar el golpe.

el mt -en cuanto despierte del sueño éste que me ha poseído..

un XX Holly

variopaint dijo...

Lástima que Velencoso no sea un canon (ni falta que hace)...

Besos, Holly

Holly Golightly dijo...

Humming. :) Un beso

Variopaint. :) Otro.

La Ratita dijo...

Esta portada es de enmarcar.

Holly Golightly dijo...

La Ratita. Un beso

Alejandra Caballero dijo...

Me encanta la portada.
Bs

Nuevo Clasicismo dijo...

Velencoso tiene la esencia de la belleza clásica sin parecer pese a ello distante. Nada hay en él excesivo. ni musculatura desorbitada, ni osbtentación por la sexualidad más obvia (y, por tanto, menos erótica). Tiene una serenidad, una mesura en cada rasgo. Hasta desnudo conoce el secreto del "saber estar".

Holly Golightly dijo...

Bewoman. Un beso

Pablo. Bonito comentario. Precioso. Un beso

Tiffany dijo...

Espectacular, además me encanta la pareja que forma con Kylie Minogue! Me parecen monísimos.

Holly Golightly dijo...

Tiffany. A mí Kylie no me gusta. No me gusta ella no porque esté con Velencoso. :) Un beso

Sr Q dijo...

Vanity Fair: la mejor revista de España.

Holly Golightly dijo...

Sr Q. :) Un beso

Anónimo dijo...

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