Es algo que sólo tienen las bailarinas, sin artificios. Y las niñas de ojos tiernos que miran al cielo mientras su globo se escapa. Es algo que uno no controla, que le sobreviene, que aparece, que se marcha y que es efímero...
Christian Dior contrataba modelos casaderas de las que alguna le abandonaba cada temporada o por una alianza o por una canastilla. Yo cuando pienso en modelos -más allá de las walkirias de Versace- me imagino ninfas lánguidas que se deshacen en las sedas, en los creppes de sus vestidos en un pase privado.
Creo que la fuerza que tienen los desfiles actualmente ha erradico esa delicadeza, esa sutileza de los pases privados. Uno contempla la bailarina mientras la música sube el tono, su paso firme y seguro pero femenino, lánguido pero ligero y honesto, sobre todo honesto. Sincero. Reservado. Íntimo.
Porque comprar en Chanel es ser miembro de un selecto club.
Íntimo.
Porque intimidad, delicadeza en el trato y en el hacer, es lo que precisa el que compra la imagen que le van a ver los demás, que dice tanto de nosotros por cierto y que sella no sólo nuestro alma sino el exterior.
Intimidad tiene que ser contemplarla a ella.
Con el espejo.
En el sillón.
Y el corazón en vilo.
7 comentarios:
sublime
Me encanta como introduces la moda en lo que escribes. Haces que parezca tan... Como el ejemplo perfecto al que referirte sobre lo que escribes. Chapó.
M♥
Miss Of Vanity. Muchas gracias. Un verdadero placer. Un beso
Christian Dior marcó sin duda un antes y un después en el mundo de la moda
Clara. Sin duda. Un beso
muchos temas en pocas palabras pero me ha llegado (a mi corazón de vendedora) este pequeño gran manual: el Arte de la venta. creo que el secreto está allí (aquí) porque vendas chanel o vendas (lo que vendas) el cliente desea sentirse único, especial y casi querido. intimidad, sutileza y delicadeza...
un abrazo, y un XX!
Humming. :) Un beso
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