Hay que pensar en lo extraño, en lo retorcido, en los mundos sacados directamente de los sueños que se deslizan, sigilosos, por cualquier repliegue de nuestro subconsciente y, donde todo es grande y maravilloso, omnipotente y extravagante. Donde nada es convencional, donde lo raro es normal y lo normal nos sorprende como si procediese de una aberración que nos fascina y nos conmueve, que nos construye y desintegra, que nos ama y nos repulsa. Donde la fantasía reina y los focos nunca se apagan...
En la sinergia de disonancias que forman una extraña melodía sacada de los retales de nuestra integridad y con raíces en la más profunda intimidad. Saltimbanquis, polichinelas y viejas damas. Hadas y duendes, y luz.... luz más luz... pide el alma burguesa que contempla, emocionada, en domingo y vestida de Domingo, lo que ocurre más allá del mundo estipulado con olor a lejía y a corrección, y rie y llora con el horror, con lo exagerado, con lo histriónico que toca el corazón.
Es una cosa que fascina y sobrecoge que no se sabe muy bien si pertenece al mundo de sombras o al de luz, si impera el Inframundo o lo celestial, si es amor de madre o tragedia envuelta en sombras. No se sabe si es maldito o sagrado, si es ajeno o si es propio, si es infantil o... salvajemente adulto.
Es lo que prodece del imaginario individual y de lo esperado por el subconsciente colectivo. Es horror y diversión, es magia y es mal. Es el mundo del circo, de los gitanos, de los echadores de cartas, de los timadores, de los que convocan espíritus, de los enanos y los mal formados, de las bailarinas que hacen pasos entre tules, de los elefantes dando vueltas a una pista en la que... en la que nada es lo que parece, damas y caballeros.
Y uno no se puede fiar de nadie en absoluto porque el circo... amigos... el circo, está sacado de los sueños de un loco, de un demente, de un perturbado que saca sonrisas a los niños con trucos de psiquiátrico. Que habla de otras vidas, de otros sinos, de otras gentes, de otros mundos que no son atractivos y desconocidos. Que nos están prohibidos, en los que somos consumidos y que siempre deben tener fin.
Por eso se acaba la entrada al circo y hay que abandonar el recinto. Porque las personalidades extrañas forman una especie de espectáculo sagrado que hay que contemplar y salir, pues no se puede permanecer allí a no ser que... a no ser que se quiera correr el riesgo de no volver jamás... a ser lo que se fue. Por eso, las cosas acaban y han de ser guardadas y encerradas, soterradas para que no vuelvan al mundo normal.
Porque el mundo normal, el de los burgueses que pagan la entrada al circo y compran piruletas a sus hijos con puntillas de algodón y motletes sonrosados, no pueden permitir que lo degenerado que ahora brilla, recorra el mundo de la decencia, del trabajo honrado, de la dignididad... No puede hallarse la teofanía con la teodicea o ambas morirán.
Pues el mundo del circo debe reducirse al circo donde todo puede ser posible en un compás de tiempo, donde el silencio viene rasgado por aplausos, donde lo extraño se mezcla con lo siniestro y produce caras sonrientes y muecas de admiración... porque es bajo la carpa roja y blanca donde esto es digno de admiración y no de censura ni de insatisfacción...
En el mundo de "verdad", en el de lunes a sábado y domingo de guardar no hay lugar para la efigie exagerada de la mujer malvada y mágica, de la divina diosa ni del mago y su aprendiz. En el mundo del horario, de la mediocridad, de la trementina y el aguarrás, de los delantales con puntilla y las plantas relucientes en el balcón.... no hay espacio, ni lo habrá para el mundo del circo.
Porque pertenecen a mundos distintos que no se pueden combinar. El circo es sagrado y reverenciado en Domingo, cuando uno sale a divertirse con los hijos y ejerce de padre y cabeza familiar pero, no es digno de un oficinista de camisa azul y corbata en traje sastre pero eso ni es propio ni es señal de la sociedad burguesa, aficionada a las distracciones y a las obras de caridad. Reverencia el día de fiesta lo extraño y se regocija en esas cosas, esas tonterías... esas golosinas de la otredad.
El mundo del circo reverencia a los burgueses y a sus hijos, con coletas, con tirabuzones, con bendiciones a la mesa y fe procesional en la Iglesia pero... al mismo tiempo, lo rechaza. Lo despacha con una sonrisa burlona, de eso se encarga en su espectáculo, de parodiar, de alabar, de venerar eso que la mediocridad burguesa de los hombres burgueses que rezan al Dios de Abrahám no acaban de comprender. El circo es un mundo para locos... donde no puede caber la respetabilidad ni la seguridad. Es la vida en el alambre con los focos deslumbrantes y el salto mortal y eso.... no se puede -ni se podrá- conjugar con el ahorro al 3% y los impuestos y los cotilleos de la salida de misa en Navidad.
El mundo del circo y la realidad son las dos caras de la misma energía. De la misma forma que todo lo sagrado es maldito y, el horror más grande nace con la piedad. Y el mundo del circo .... ah, qué burgués y qué poco burgués.... de la misma forma que el mundo "real" qué extraño, qué ordenado y qué caos reina en él.... Cuánto tiene de horror y de risa enlatada, cuánto tiene de pista llena de excéntricos que hacen reir y llorar con su maquillaje.... cuánto tiene de mago charlatán y de danzarinas frágiles.... !Cuánto se parecen y se confuden ambos mundos!
15 comentarios:
que poesia tan maravillosa.... holly
Anónimo. Gracias.
Me deprime pensar en la vida como un circo. Todo tan superficial, tan efímero, tan vano, tan ligero... como la moda. Y a la vez me gusta.
Besos!
AldO. ¿Y no sabes que nosotros somos siempre o fieras o payasos? Un beso
o me gusta boscono pero tiene fuerrrrza
De lo mejorcito de la blogosfera, filósofa de tendencias, ninguna banalidad. Todo fuera de la superficie hablando de lo superficial.
Me gusta tu "gran" estilo
Marcela. Gracias. Te espero, entonces, por aquí. Un beso
Muchas felicidades Holly! Tus reflexiones son todo un regalo. No puedo entrar en este magnífico blog todo lo que quisiera, pero sé que disfrutaría leyéndote aunque filosofaras sobre el precio de los tomates.
Un abrazo,
Arabella
Buenísimo el editorial... y los comentarios.
Excelente editorial de Harpers Bazar... y tus ocmentarios adjuntos son lo máximo.
Arabella. Ese es un tema en el que hay muchas cosas por contar. :P (Es broma, o no, quién sabe). Muchas gracias y un placer. Un beso
Anónimo. Gracias por la parte que me toca. Un beso
Miss Lujosa. Gracias. Un beso
Te considero lectura obligatoria, ya se me ha hecho un hábito, muy aguda. Te felicito...me permití ponerte en links de interés dentro de mi blog.
Saludos.
Andrala. Gracias. Un beso
JAJAJAJAJAJA Holly, anda que no me llevaría un sorpresón si entro en el blog y te veo hablando de tomates!! Son muy sanos pero yo prefiero que sigas con otros temas, como este del circo por ejemplo, un mundo que me fascina...
Un beso también para ti
Arabella
Vraiment une belle collection de photos, très appréciable et quel régal!!
Karine
Publicar un comentario