Rachel Roy, Personalidad Cosmopolita

Rachel Roy ha sido una de las primeras firmas que desfilan en la Semana de la Moda de Nueva York para la temporada otoño invierno, la firma, con unas propuestas muy comedidas y sofisticadas ha escogido los tonos blancos, naranjas y la paleta de los marrones con morados combinados con accesorios art decó de piedras y plumas. Una apuesta por la elegancia tradicional, básicos con una tendencia arriesgada y un estilo muy lady. Una propuesta muy americana, de líneas puras y con exquisitas combinaciones.

El primero de los diseños fue un precioso traje de chaqueta formado por una falda recta de blanco puro con la cintura holgada y con el bajo sin rematar que no marcaba las caderas ni ceñía la cintura combinada con una blusa con engageantes de seda blanca coronada por un broche geométrico en grandes piedras de color ámbar. Una chaqueta en un tono crema, de mohair y con el cuello algo elevado está combinada con medias transparentes y unos vertiginosos botines. Un bellísimo conjunto.

El naranja arrasa y, no sólo porque Chloé lo haya convertido en su tono estrella, porque el maestro del rojo lo haya encontrado apasionante o porque las inspiraciones americanas y Hollywoodienses de Marchesa lo adoren. Un extravagante y sofisticado conjunto formado por una falda a la rodilla de color blanco con la cintura rematada en pailletes color plata combinada con un cuerpo de seda estampada de color naranja y con un adorno de plumas en la pechera. Como complementos, un broche de plumas y guantes largos.

Un diseño muy americano en naranja con una pátina brillante es un traje de cóctel de plena actualidad. El diseño, que lleva el escote decorado con un exótico collar de plumas está ceñido por un cinturón que deja caer una sucesión de pliegues a la altura de la cadera para concluir con una línea tubo. Como complementos, guantes fruncidos en tonos chocolate.

Un diseño que recuerda a las prendas de la colección de Chanel para el delirio americano presenta una opción muy chic e informal. Una falda de color azul linóleo con una cremallera lateral está combinada con una blusa de raso estampada en tonos marrones y con una chaqueta de tweed de color rojo con el cuello y los puños decorados con plumas y, estampada con listas chocolate y rojo brillante. Una opción arriesgada pero exquisita.

El traje pantalón también tiene cabida en las colecciones americanas, un pantalón negro de líneas depuradas y corte recto está combinado con una blusa decorada con volantes a lo largo del torso y por un cuello cuajado de plumas y cuentas. Como accesorios, una levita negra confeccionada en una tela versátil, práctica y ligera y combinada con un sombrero español de color negro. Un conjunto para The Sartorialist.

Para la noche, las opciones destilan elegancia al estilo del viejo Hollywood. Un vestido largo de corte sirena con una pequeña cola con volumen de corte redondo cae a partir de un pliegue color crema que luce el diseño a la altura de la cadera y que recuerda a aquellos corte pañuelo que se lucían en la década de los años 20s para delimitar la caída de los diseños. El vestido que luce en cuerpo decorado con aplicaciones en crema, oro y cuentas color hielo luce un amplio escote redondo.

Lo más interesante del desfile ha sido la paleta de colores especialmente magistral en la sutil combinación de crema, hielo, piedra y blanco nupcial tanto para la noche como para el día. Unos looks puramente americanos, con un sabor clásico pero que destilan conceptualismo chic al estilo del Soho y Tribecca o, Nolitta para los discípulos de The Sartorialist y, que combinan ese estilo desenfadado americano, casi despreocupado pero cosmopolita.