Christian Dior quería convertir a las mujeres en flores como las que había conocido en su infancia en Normandía. Jardines de invierno en los que las enredaderas trepaban, reptaban los muros de piedra gris y las rosas se entremezclaban con las lilas como si fueran del Sur de Francia.
La brisa marina agitaba las peonías y las hortensias se mecían al ritmo de las corrientes y el oleaje.
Las mujeres de Dior agitaban Francia con sus jaulas y sus faldas, con el rostro tapado como un girasol al irse el sol y Monsieur Dior decía "quiero que agiten sus vuelos, sus rodillas y sean distinguidas como lirios". ¿Su "New Look? Una corola. Todo flores.
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